En 2021 cabe esperar otro aumento en las matriculaciones de coches eléctricos y para muchos clientes será su primer contacto con un coche de este tipo. Recopilamos algunos consejos que debes saber si pronto te vas a convertir en usuario primerizo de un coche eléctrico.
Has oído hablar de cero emisiones locales, bajos costes de mantenimiento, silencio a bordo y muy buena respuesta al acelerar. Tras sopesar pros y contras, has decidido que tu próximo coche será un coche eléctrico, algo que en este 2021 hará -seguramente- mucha más gente que el año anterior. Algunos usuarios ya tienen la lección bien aprendida antes de comprar su primer coche eléctrico, pero otros muchos quizá sienten la existencia de un abismo entre su coche gasolina o diésel de toda la vida y uno eléctrico. Conectores de carga Tipo 2, CCS o CHAdeMO; mantenimiento y cuidado de la batería; potencias de recarga… ¿Demasiada información? ¿Es para tanto? Vayamos por partes.
¿Cómo se carga un coche eléctrico?
La respuesta corta es: enchufando el coche a la corriente. Obvio, ¿verdad? Sin embargo, antes de eso debemos saber si el cargador al que hemos acudido es compatible con nuestro coche, pues no todos son iguales. Los conectores más habituales son el Mennekes (o Tipo 2), el CCS Combo2 y el CHAdeMO (aunque este último lo tienen pocos modelos, algunos como el Nissan LEAF son muy populares).
En algunos modelos la apertura de la toma de carga es manual (basta apretar con el dedo para desbloquearla). En otros, se hace desde un botón físico o digital desde el interior del vehículo. Vamos, lo mismo que pasa con otros coches gasolina o diésel.
Dependiendo del cargador donde te encuentres, quizá tengas que activarlo con una tarjeta RFID; en otros casos, bastará simplemente con hacerlo desde la aplicación de móvil correspondiente. Una vez que el coche y el cargador hayan establecido la comunicación, empezará el suministro de corriente.
¿Dónde puedo recargar el coche?
La mayoría de veces, entre el 85 y el 90 por ciento de ellas, un coche eléctrico se recarga en casa. Si lo piensas, por regla general un coche (del tipo que sea) se pasa la mayor parte del tiempo aparcado en el garaje. Podrías enchufarlo directamente en un enchufe normal, como haces con el móvil, pero tardaría demasiado; por eso, si vas a comprar un coche eléctrico lo ideal es instalar en casa un cargador de pared (wallbox) para poder cargarlo en unas 6-8 horas durante la noche.
Puesto de carga en casa.
El tiempo de carga dependerá de la capacidad de la batería (cuanto mayor sea, más tardará en cargarse) del coche, y de si la corriente es alterna o continua, monofásica o trifásica. En función de esto último, varía la potencia total de recarga y, por ende, el tiempo de carga.
Es recomendable que busques tarifas valle y super valle para cargar más barato en ciertas horas (por la noche, por ejemplo) y conseguir el mayor ahorro posible en la factura de la luz.
Si vives en un piso con garaje comunitario, para instalar un punto de carga deberás informar por escrito al presidente de la comunidad o al administrador antes de realizar la instalación. Para ahorrarte dolores de cabeza, es recomendable que guardes una copia del escrito.
¿Y para cargar fuera de casa?
A día de hoy la práctica totalidad de los fabricantes de coches eléctricos tienen aplicaciones propias integradas en el coche y también para el teléfono móvil, pero te recomendamos que descargues y pruebes también otras apps como Electromaps, A Better Route Planner, Charge Map o Plug Share. Sirven para localizar estaciones de carga en toda España y Europa, recopilando cargadores de todos los proveedores, y tienen filtros muy útiles para conocer la disponibilidad de los cargadores, el tipo de conector (enchufe), potencia de carga, precio o las formas de pago.
Además, cada proveedor de energía cuenta con su propia aplicación, que te podrá ser necesaria para pagar en sus cargadores: Wenea, Iberdrola o Endesa X son algunas de las más populares en España, pero hay muchas más. Google Maps también ha empezado a añadir puntos de carga, aunque de momento no es tan completa como las mencionadas anteriormente.
Punto de recarga público para vehículos eléctricos.
Encontrarás puntos de carga en algunos supermercados, centros comerciales, hoteles y restaurantes y puede que incluso en el trabajo; normalmente todos estos serán de carga lenta, similar a la de casa, o semi rápida en el mejor de los casos. También hay electrolineras repartidas por la geografía nacional, que tienen cargadores rápidos en autovías y autopistas en los que se puede conseguir un chute rápido de electricidad en poco tiempo para reducir las esperas durante el viaje. Para cuidar la batería a largo plazo, no utilices las cargas rápidas más que cuando sea estrictamente necesario.
Los coches eléctricos también tienen “reserva”, pero no es recomendable usarla
A diferencia de un coche de toda la vida, aquí no tenemos depósito de combustible sino una batería con sus respectivas celdas eléctricas. Para saber cuánta energía queda almacenada, el sistema es similar a cualquier aparato electrónico: en la mayoría de modelos, tenemos un indicador con el porcentaje de energía que queda (estado de carga). En otros coches, el indicador es analógico o se divide con líneas (las típicas ocho rayitas).
En cualquier caso, no debes dejar que llegue al mínimo. Para preservar la salud de la batería a largo plazo, lo ideal es mantenerla habitualmente entre el 20 y el 80 % de estado de carga. Si en un momento dado llegas a ver la autonomía a 0, todavía te queda una -pequeña- oportunidad: el fabricante ha reservado un pequeño margen y el coche podrá seguir circulando unos kilómetros (más o menos en función de cada modelo) aunque la autonomía marque cero, pero lo mejor será que vayas hacia el cargador más cercano para evitar quedarte tirado/a.
Con el frío tendrás menos autonomía. Tranquilo/a, es “normal”
Y ya que hablamos de autonomía, conviene señalar un punto crítico para los coches eléctricos: el frío. Probablemente ya te hayas informado al respecto o te lo han comentado por ahí: en condiciones de baja temperatura, los coches eléctricos tienen menos autonomía. Hasta un 30 por ciento menos, en el peor de los casos.
La explicación, grosso modo, es que el calor excita los electrones y, por tanto, facilita la circulación de corriente eléctrica a través de las baterías. No es un problema de tu coche, sino intrínseco de la propia tecnología. La merma de autonomía se empieza a notar especialmente cuando la temperatura ambiente cae por debajo de unos 15º C.
Un coche eléctrico sí necesita mantenimiento
Quizá te hayan dicho que un coche eléctrico no tiene mantenimiento, pero sí tiene, aunque menos que un coche con motor de combustión interna. Esto te ahorrará bastante dinero a lo largo de la vida útil del vehículo, pero no caigas en el error de pensar que puedes olvidarte para siempre de pasar por el taller (aparte de las posibles averías, de las que nadie está a salvo).
El circuito refrigerante de la batería es uno de los puntos en el mantenimiento específico.
Un motor eléctrico es bastante más sencillo en cuanto a número de piezas que un motor de combustión interna, y no necesita cambios de aceite, filtros de combustible, de aire y aceite; correa de distribución; bujías o embrague. No obstante, un coche eléctrico sí necesita cierto mantenimiento específico que cada fabricante detalla en unos intervalos concretos. Entre las revisiones más importantes de un coche eléctrico está comprobar el aislamiento de las conexiones entre el motor eléctrico y la batería, y cambiar el líquido refrigerante del circuito eléctrico.
Además del mantenimiento específico, no podemos olvidar el gasto de consumibles (igual que en cualquier otro coche) como los neumáticos, las escobillas del limpiaparabrisas, los amortiguadores, el filtro de polen para el habitáculo o el líquido y las pastillas de frenos. En todos los casos habrá que estar pendientes de cambiarlos cuando sea necesario.
Puedes lavar el coche sin problema
Sobra decir a estas alturas que el agua y la electricidad no se llevan bien. Mejor dicho: se llevan tan bien, que cuando se juntan es mejor cederles su espacio. Limpiar el coche con agua a presión es una posible preocupación antes de comprar un coche eléctrico, pero en la práctica no has de preocuparte más que con un coche gasolina o diésel.
La batería es hermética, faltaría más, y va bien protegida, así que puedes acudir al lavadero y limpiar tu coche eléctrico como has hecho siempre, ya sea con una manguera a presión o en un túnel de lavado automático. En este último caso, el problema serán los pequeños arañazos y abrasiones a la pintura de la carrocería.
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Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com