Cada normativa de emisiones ha sido más restrictiva que la anterior, pero con la Euro 7 la situación apunta a un nuevo nivel: según la información que se ha filtrado sería tan exigente que podría suponer el fin de los coches de combustión (tanto gasolina como diésel) en 2025.
Antes de mirar a lo que viene, centrémonos en lo que tenemos justo delante. A partir de 2021, para el que faltan unos días, entra en vigor la norma Euro 6d, que ya exigirá a los coches nuevos diésel que no superen los 80 mg/km de NOx (óxido de nitrógeno), mientras que los de gasolina no pueden pasar de 60 mg/km. Sin embargo, la 6d se puede calificar de permisiva si se compara con lo que será la Euro 7.
La Comisión Europea está estudiando la situación y se sabe que el Grupo Asesor sobre Normas de Emisión de Vehículos (AGVES) de la institución ya ha propuesto algunas medidas al respecto, las siguientes:
- El límite de emisiones de óxidos de nitrógeno para vehículos nuevos sería de 30 mg/km (se baraja hasta una limitación de solo 10 mg/km)
- Las emisiones de CO (monóxido de carbono) serían de 100 – 300 mg/km (actualmente es 500 – 1000 mg/km)
- No se aceptarían excepciones en la prueba de emisiones en conducción real
- Habría que cumplir con los límites a temperaturas de entre 10 grados bajo cero y 40 grados, y en altitudes de entre 1.000 y 2.000 metros
- Se estipularía una vida útil teórica para cada vehículo de 15 años y/o 240.000 kilómetros
Esto ha hecho saltar las alarmas dentro del sector, puesto que los fabricantes temen que, de aplicarse esta normativa tan estricta, lo que se esté haciendo sea condenar directamente a los vehículos de combustión, puesto que se pretenden unos límites de emisiones mínimos en cualquier situación (incluso en montaña, cargando con remolque, etc.), algo que es técnicamente imposible para un motor gasolina o diésel, por moderno que sea.
Hildegard Müller, directora de la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA), declaraba que “con la introducción del estándar EU 7 planificado, la Comisión de la UE prohibirá de facto los automóviles con motores de combustión interna a partir de 2025″.
Y es que para conseguir unas cifras tan bajas los fabricantes deberían recurrir sí o sí a la electrificación de todos sus modelos, y ya no hablamos de una hibridación convencional (menos aún de la microhibridación), si no de híbridos enchufables o vehículos 100% eléctricos. Y esto se antoja bastante complicado teniendo en cuenta una realidad europea en la que dentro de cuatro años es difícil que se contase con una infraestructura de re carga suficiente para un parque automovilístico con un gran volumen de vehículos de esta naturaleza.
Escrito por Mario Herráez
Fuente: https://www.autobild.es