La logística de última milla y la gestión de devoluciones se han convertido en el reto para el comercio electrónico, especialmente en el contexto de la pandemia por Covid-19. Ante este escenario, los microhubs logísticos son ya una tendencia ante el crecimiento del volumen de entregas por compras online.
¿Qué es un microhub?
De acuerdo con el Urban Freight Lab of Supply Chain Transportation & Logistics Center, un microhub logístico se define como una instalación donde los bienes y productos destinados a entregas se agrupan dentro de los límites de un área urbana determinada.
Este rango de espacio limitado permite un cambio en el uso de vehículos de distribución tradicionales (autos o camiones) por modos de “transporte suave¨ como bicicletas, lo que aligeraría la fase de última milla en los asentamientos urbanos.
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La gran diferencia con un centro fulfillment (una instalación en la que se preparan y envían pedidos de clientes de tiendas online) son las dimensiones. Por ejemplo, un gran fulfillment center puede tener hasta 10 mil metros cuadrados de espacio, mientras que un microhub puede tener sólo 300 o incluso 200 metros cuadrados. Es por esto que también se ha popularizado el nombre de micro-fulfillment center para referirse a estos espacios.
Una nueva tendencia logística
Las nuevas dinámicas de consumo generadas a partir de la pandemia por Covid-19 y las medidas de confinamiento han estresado la logística de última milla. El aumento del volumen de entregas a través de comercio electrónico aumentó considerablemente en los últimos meses, pero el verdadero reto será gestionar la distribución en la nueva normalidad.
El regreso a las actividades representa un serio problema para la última fase de entregas: regreso al tránsito cotidiano, problemas de movilidad y logística urbana, así como aumentos en la contaminación. Los microhubs logísticos podrían ser una solución de movilidad sostenible e inteligente en el corto plazo.
A principios del año, el estudio Gesvalt Tendencias 2020 pronosticaba el aumento de los activos logísticos ubicados dentro de ciudades y zonas urbanas que permitan realizar entregas en bicicleta o incluso a pie. Tras la pandemia, la tendencia parece haber ganado impulso.
¿Un centro logístico en cada barrio?
Tener un micro centro logístico más cerca de los clientes no sólo beneficia a la última milla en la movilidad urbana, sino que podría solucionar el problema de las devoluciones y las entregas fallidas.
Los modelos tradicionales de última milla a menudo generan retos en materias de costos sociales, económicos y medioambientales. Ante el aumento del comercio electrónico durante los momentos más críticos de la pandemia, la distribución también ha tenido que adecuarse a niveles de demanda no previstos y, por consiguiente, a un aumento en el número de devoluciones.
Tan sólo en México, por ejemplo, durante los 10 días de ofertas del pasado Hot Sale (del 22 de mayo al 1 de julio, las ventas digitales experimentaron un crecimiento de 82% respecto a los 11,082 millones de pesos generados durante el 2019, de acuerdo con información de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO).
Los microhubs logísticos podrían ser la carta ganadora para la distribución y la gestión de devoluciones en la nueva normalidad.