La gestión del recurso humano fue, de por sí, compleja para todas las empresas, pero lo fue aún más para los líderes logísticos y de la cadena de suministro en las organizaciones ¿Qué hicieron los directivos de grandes empresas para salir adelante ante esta situación impuesta por el Covid-19?
El Consejo Nacional de Ejecutivos en Logística y Cadena de suministro (ConaLog), organizó un panel de discusión sobre los retos y aprendizajes de la gestión del talento y de la cadena de suministro a distancia, en el que participaron Teresa Renán, directora de operaciones en Quaker State; Javier Arellano, director de operaciones de Hasbrog; Enrique Villalpando, director de supply chain para Under Armour; y Víctor Benavides, country manager para TIBA.
Acciones inmediatas para el recurso humano
Los ejecutivos estuvieron de acuerdo en que lo primero fue identificar a la población vulnerable de la empresa y mandarla a casa, así como a aquellos empleados cuyos labores fueran administrativos. En el caso de Quaker State, incluso se tuvo que mandar a las casas de los trabajadores las estaciones de trabajo completas, como las sillas y las computadoras de escritorio, relató Teresa Renán.
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La preocupación dentro del personal fue una constante en todas las empresas. Para la ejecutiva fue fundamental tener un liderazgo más humano. Renán contó que se creó un círculo de comunicación y confianza en su equipo en el que todos podían expresar sus preocupaciones y sentimientos de manera más abierta. Esto sirvió para montar un proceso más consciente de seguimiento personal con el equipo.
Enrique Villalpando contó que tuvo que mejorar la comunicación con su equipo y hacerle sentir que estás ahí para ellos. En Under Armour también se tuvieron que adaptar los KPI de rendimiento de los equipos para hacerlos más escalables y ajustados al modelo de home office.
Controlar la cadena de suministro a distancia
Javier Arellano compartió que él solía estar involucrado en todo el proceso desde el centro de distribución. Al estar en home office abusaba de las reuniones virtuales para tratar de mantener el mismo control, lo que afectaba el trabajo de sus empleados, reconoció el ejecutivo.
“Me di cuenta que medía cosas de más. Aprendí a seleccionar los puntos más clave para saber cómo está la cadena de suministro, sin tener que estar en todo el proceso, así como a establecer sistemas de medición más eficientes y de comunicación con mi equipo. También perfeccioné la manera de establecer los objetivos e instrucciones con ellos”, expresó Arellano.
En el caso de TIBA, el personal tuvo que estar al pendiente constantemente de los cambios en la demanda para sus clientes, ya que atiende a diferentes industrias. Mientras en Cancún sus clientes del sector hotelero no tenían requerimientos, los del sector salud estaban a tope. Benavides relató que los empleados más desocupados salieron a ayudar a aquellos que tenían exceso de trabajo.
Teresa Renán contó a la audiencia del panel que la contingencia sanitaria le permitió a Quaker State fortalecerse en la revisión de temas críticos de la empresa, como el flujo de productos, el inventario y el servicio a clientes. También fue una oportunidad para integrar a la cadena de suministro de una manera más profunda, desde los proveedores hasta los clientes.