Unos 150 concesionarios de Cadillac en Estados Unidos habrían decidido no vender coches eléctricos y renunciar así a su franquicia de la marca, según ha informado The Wall Street Journal. A cambio, Cadillac les recompensará con entre 300.000 y 1.000.000 de dólares.
Alrededor de 150 concesionarios de Cadillac en Estados Unidos van a dejar de vender coches de la marca, según ha informado The Wall Street Journal, tras haber decidido no vender coches eléctricos de la marca.
Hace dos semanas informábamos del comunicado que había enviado Cadillac a los concesionarios de su red oficial para aceptar o rechazar la venta de coches eléctricos. La firma estadounidense, propiedad de General Motors, daba dos opciones: adaptarse a los nuevos tiempos y vender coches eléctricos o rechazar vender este tipo de coches y renunciar a la franquicia, a cambio, eso sí, de una compensación económica. Cadillac recompensaría con entre 300.000 y 1.000.000 de dólares a los concesionarios que renunciasen a su franquicia.
Ahora hemos sabido que unos 150 concesionarios de los 880 que tiene actualmente Cadillac en Estados Unidos han optado por no vender coches eléctricos, según The Wall Street Journal, y, por tanto, renunciar a la concesión de la marca. Dicho de otra manera, alrededor del 17 % de las concesiones de Cadillac han optado por vender su concesión.
El coste de las mejoras necesarias a las que obliga la marca es uno de los motivos, si no el principal, para que haya renunciado un número tan elevado de concesionarios. Los que decidan continuar vendiendo la marca necesitan renovar los equipos de reparación, instalar cargadores para coches eléctricos y actualizar la imagen de las instalaciones, entre algunas cosas más, para adaptarse a lo que está por llegar en Cadillac en un futuro plenamente electrificado. Dichas mejoras supondrán unos 200.000 dólares de inversión en cada concesionario.
De acuerdo con The Wall Street Journal, muchos de los concesionarios que han renunciado a vender coches eléctricos son pequeños y, entre estos, a menudo eran concesionarios con varias marcas de General Motors. Dado el menor volumen de ventas de Cadillac en comparación con otras marcas más generalistas, como Chevrolet, a algunos de estos pequeños concesionarios no le salía rentable llevar a cabo las inversiones necesarias para adaptar todas las instalaciones a los Cadillac eléctricos.
Por otro lado, los concesionarios también han hecho cuentas con el negocio posventa, muy rentable para ellos. Con los coches eléctricos ganarán menos dinero en este apartado ya que el mantenimiento y las reparaciones mecánicas se reducirán notablemente respecto a los coches de combustión interna, aunque seguirán haciendo falta cambios de neumáticos, cambio de las escobillas para el limpiaparabrisas o revisiones rutinarias cada cierto tiempo. Se prevén menores ingresos en este apartado, hasta ahora una de las principales fuentes de beneficios de los concesionarios, y los centros más pequeños son quienes más podrían sufrirlo.
En cualquier caso, el acuerdo entre Cadillac y los concesionarios no echa a los distribuidores inmediatamente. Podrán seguir teniendo acceso a modelos nuevos de la marca hasta finales de 2021 y tener oferta de Cadillacs usados hasta 2024.