La compra de vehículos de más de 20 años se ha disparado un 31% durante los meses de julio y agosto, alcanzando un total de 43.655 unidades vendidas en la antesala de la vuelta a los centros de trabajo y escolares, según datos del Instituto de Estudios de Automoción para Sumauto.
El dato refleja un aumento del interés por la cuestión más económica de la movilidad particular, ante la perspectiva del regreso a la oficina y al colegio y como alternativa a las aglomeraciones en los medios de transporte colectivo en el actual contexto de pandemia. No en vano son vehículos que pueden adquirirse desde 500 euros y que se mueven en los 1.400 euros de media.
De hecho, en los meses de verano -con la vuelta de la movilidad tras el confinamiento-, el uso del transporte público ha registrado alrededor de un 40% de caída respecto al mismo periodo del año anterior, según datos de la patronal del sector ATUC. Y no se espera una plena recuperación, pues las previsiones para el conjunto del año hablan de un descenso de usuarios del 20%.
Además, según los datos de la encuesta ‘El VO en la nueva normalidad’ de Sumauto, casi el 70% de los encuestados con hijos preferiría llevarlos en su vehículo al colegio, en lugar de utilizar la ruta escolar, el metro o el autobús.
Todo ello tiene lugar en un contexto de incipiente crisis económica, que hace que el consumidor busque soluciones para ahorrar o gastar lo indispensable y que también las ponga en práctica con su movilidad. En este sentido, un conductor de Madrid, por ejemplo, puede amortizar en solo nueve meses el coste de compra del coche, dado que el abono mensual de transporte público en ese periodo le cuesta en total 495 euros.
Y, para el resto de los gastos asociados a la movilidad particular, el consumidor hace un gasto mínimo. En el caso del taller, si un coche de menos de cinco años lo visita dos veces de media al año, los de más de diez no llegan ni siquiera al promedio de una visita anual, según datos de Solera. Y esto mismo sucede con la gasolina o el seguro, partidas de presupuesto en las que se hace el desembolso imprescindible para poder rodar.
Toda esta tendencia a la compra de estos ‘VO vetustos’ choca frontalmente con el espíritu de rejuvenecimiento del parque del recientemente aprobado Plan Renove, pues, al mismo tiempo que la Administración está facilitando la entrada de savia nueva en las carreteras, se encuentra con que el bolsillo de los españoles no está para compra subvencionada, sino barata.
Según Nicolás Cantaert, director general de Sumauto, “el parque ya estaba polarizado entre coches nuevos y muy viejos y el COVID está acentuando la tendencia dadas las connotaciones sociales y económicas de la pandemia. Aquellas personas que quieren un vehículo lo hacen para trabajar y sin pensar en desplazamientos por ocio y vacaciones, que están cayendo según la DGT, por lo que optan por soluciones muy económicas y hasta que el coche dure. Es reducir el vehículo a la mínima y necesaria expresión”.
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)