La educación en general y la educación vial en particular comienzan en casa. En el colegio los niños pueden aprender normas de circulación, pueden aprender señales. Si un día al año un policía local les da una clase especial de educación vial es fantástico. Si un día al año van a un circuito de seguridad vial es fantástico. En RiveKids impartimos educación vial en multitud de eventos y en colegios también.
Todo el trabajo del colegio, todo el trabajo del policía local no vale de nada si cuando salen por la puerta del colegio en el entorno familiar no se respetan las normas de circulación y convivencia más básicas. Precisamente las entradas y salidas del colegio son los momentos y zonas con más infracciones de seguridad vial y mayor riesgo para los niños.
Para educar en seguridad vial una familia tiene que cumplir escrupulosamente las normas de circulación cuando son conductores, cuando son ciclistas y cuando son peatones. Los niños hacen lo que ven, no lo que les mandas hacer.
Un niño de cinco años no tiene necesidad de saber ninguna señal de tráfico que no sea el semáforo de peatones y la señal vertical y horizontal de paso de peatones, el resto le sobra. Lo que debe saber es que no hay que cruzar si no hay paso de peatones, que no hay que cruzar con el semáforo en rojo y que siempre, incluso con paso de peatones y con semáforo en verde, debe mirar y esperar a que los coches se detengan por completo.
Que un niño de cinco o de siete años conozca todas las señales de tráfico no le va a salvar la vida, lo que le va a salvar la vida es que su familia siempre cumpla las normas de circulación, él las va a cumplir por imitación.
Si el niño sabe muchas señales no sabe educación vial, sabe señales, educación vial es no dejar el coche en doble fila nunca, ni para un segundo ni para cien segundos. Educación vial es cruzar siempre por el sitio indicado y con el semáforo en verde y si hay prisa pues se llega tarde, eso sí es educación vial. “Más vale un minuto en la vida que la vida en un minuto”.
Como adultos también nos equivocamos y si lo hacemos debemos pedir perdón a ese niño que nos acompaña o nos está viendo, para que entienda que la seguridad vial no tiene excusas, no tiene excepciones. Debemos pedirle perdón en ese mismo momento. La seguridad vial eres tú, incluso si no tienes niños, cada vez que cruzas con el semáforo en verde estás educando en seguridad vial.
Si como padres damos buen ejemplo, si como sociedad cumplimos las normas, cuando los niños reciban clases de educación vial de la policía local o de otros profesionales recibirán mucho mejor el mensaje y lo aplicarán el resto de su vida de forma inconsciente.
Escrito por José Lagunar (experto de rivekids)
Fuente: https://www.autofacil.es