La situación mundial generada por el Covid-19 ha impulsado fuertemente la transformación digital de las empresas. En materia de Supply Chain crear cadenas de suministro inteligentes y ágiles es la clave para construir una red de comercio resistente a esta o cualquier crisis futura.
Hace un tiempo leí un artículo hablaba sobre la transformación digital en las organizaciones y la importancia que ha adquirido en el último tiempo. Por años se habló del impulso que necesitaba ésta para posicionarse con fuerza en las empresas; impulso que -se pensaba- vendría desde las gerencias generales o direcciones tecnológicas.
Sin embargo, ha sido el Covid-19 el factor disruptivo que ha acelerado su adopción en la mayoría de los casos. Podríamos considerar entonces los muchos efectos positivos de esta pandemia, que por supuesto, también viene acompañada de grandes desafíos.
Desde hace algunos años ya se hablaba sobre las mejores prácticas de empresas altamente eficientes como la colaboración con sus proveedores, la gestión del capital de trabajo y retención del talento, la agilidad organizacional, los planes de continuidad efectivos, la sustentabilidad orientada a los planes de acción y la transformación digital. Todas estas son características que hoy, tras la disrupción impuesta por el COVID-19, han cobrado relevancia y se han popularizado bajo el concepto de “resiliencia”, obligando a las compañías a adoptar en meses aquello que venían analizando hace años.
Desde mi rol como asesora de procesos y adopción de tecnologías para cadenas de suministro, he presenciado en estos últimos meses mayor diligencia respecto a la digitalización de las compañías que realizan muchas actividades de forma manual o en sistemas desconectados entre sí. Hoy surge la urgencia de poder unificar sus fuentes de información, automatizar sus tareas, agilizar su toma de decisiones y obtener mayor control y visibilidad de la ejecución de sus procesos en tiempo real, como medio para recuperar una cadena de suministro altamente golpeada por los efectos de la pandemia global. Todo esto mientras que en paralelo continúa buscando centrarse en el cliente – un cliente que se ha vuelto cada vez más exigente en un mercado altamente competitivo.
TIEMPO DE DESAFÍOS
Es en tiempos de crisis las cadenas de suministro develan sus nodos más frágiles. Para algunas, el mayor reto está en sortear la escasez y mantener un flujo continuo de productos o materiales desde sus proveedores. Para otras, en mantener una ejecución productiva just-in-time; generar planes y proyecciones de alta precisión a pesar de la total incertidumbre; o en conservar sus capacidades logísticas costo-eficientes y a tiempo, aun cuando su modelo de negocio comience a tomar un giro y ahora se incline más hacia uno B2C.
Lo cierto es que cualquiera de estos desafíos o conjunto de ellos podría ser nefasto si además se combina con una carencia de herramientas que permitan realizar un diagnóstico apropiado y oportuno para propiciar una toma de decisión ágil y acertada sobre la dirección de sus estrategias de negocio. La interdependencia entre los distintos actores de una cadena de suministro y sus índices individuales de resiliencia determinan en conjunto el índice de resiliencia de la cadena completa. Si los resultados de realizar este ejercicio de análisis no son los deseados, naturalmente nos enfrentaremos a una disyuntiva: diversificar masivamente las fuentes de suministro para reducir al mínimo el riesgo del quiebre de stock, considerando que esto conlleva también un sacrificio de las economías de escala; o bien, aumentar el inventario de seguridad, teniendo en cuenta los costos asociados a su almacenamiento y riesgos potenciales de estancamiento, depreciación o vencimiento.
Pero ¿qué tal si existiera una tercera alternativa para resolver el dilema? Hablamos de las eficiencias que se pueden conseguir simplemente afianzando las alianzas y colaborando más activamente con los proveedores. Mediante un flujo de información constante y transparente desde y hacia los proveedores sobre las necesidades de abastecimiento (actuales y proyectadas), los costos y el desempeño de las cadenas de suministro, conseguir flujos de entrada de productos de manera más eficiente, que respondan a un modelo Lean. Además, acompañar estos procesos con analíticos actualizados en tiempo real que posibiliten realizar constantes reevaluaciones y ajustes en las actividades tanto programadas en el corto plazo como planificadas al mediano y largo plazo.
CADENAS FUERTES, CADENAS RESILIENTES
El COVID-19 ha forzado a las compañías a buscar la forma de fortalecer sus cadenas de suministro para sobrevivir a esta crisis y estar mejor preparados para las que vengan. En este cometido, con certeza, el actor principal para conseguirlo será la digitalización, favoreciendo la inmediatez de la comunicación y colaboración entre los distintos actores de la cadena; proyectando escenarios distintos con mayor precisión; explotando los múltiples beneficios de la automatización y gestión por excepción; adoptando las estrategias de picking más favorables que se adecúen a los nuevos canales de venta (especialmente e-Commerce que toma impulso de forma acelerada); optimizando las rutas de los embarques; monitoreando la ejecución de las distintas actividades a través de tecnologías como Internet de las Cosas; y logrando una mayor visibilidad sobre la gestión en todas las etapas del proceso que permitan tomar decisiones informadas, eficientes y oportunas.
Todas tecnologías que se han vuelto cada vez más asequibles, especialmente cuando se ofrecen como un servicio en la nube, es decir, mediante licencias. Considerando las características de esta pandemia, su duración y sus consecuencias, cabe recalcar que la crisis sanitaria que vive el mundo es una oportunidad para restablecer los sistemas basados en procesos obsoletos; analizar los dolores operacionales de sus cadenas y sus eventuales mejoras de la mano de la optimización, flexibilidad y adopción tecnologías.
Crear cadenas de suministro inteligentes y ágiles es la clave para construir una red de comercio resistente a esta o cualquier crisis futura.
Claire Riddell
Oracle SCM Senior Solution Engineer