Zonas rojas, piratas del Asfalto, cadenas ilegales de distribución son conceptos que engloban esta delictual práctica que ha despertado la preocupación de la industria privada, los transportistas y las autoridades. Cómo hacer frente a estos delitos.
El pasado viernes 17 de julio, la prensa nacional informaba casi en cadena nacional y en directo de un gran asalto que habría afectado nuevamente a la industria del transporte terrestre. “Delincuente se llevaron botín de más de 3 mil millones de pesos” “emboscan dos camiones en la autopista”, “Asaltan camión de cigarrillos avaluado en 3 mil millones de pesos” eran algunos de los titulares.
La historia es la siguiente (según los primeros antecedentes): Dos camiones que transportaba cigarrillos fue asaltados en la intersección de las avenidas General Velásquez con Américo Vespucio, en la comuna de Cerrillos.
Los vehículos se trasladaban desde Valparaíso, pasando por Santiago y con dirección hacia el sur del país cuando un grupo de cerca de 20 sujetos que se trasladan en 8 vehículos, interceptaron los camiones e intimidaron a los choferes para luego llevarse el cargamento y uno de los vehículos de carga. Según antecedentes de Carabineros, el conductor estuvo secuestrado y fue liberado en la comuna de San Bernardo, donde fue encontrado en buen estado de salud.
“En el robo fue retenido el chofer de este camión y este ya fue hallado en la comuna de San Bernardo, el conductor está bien y en el transcurso del delito fueron lesionados los escoltas de estos camiones, no de gravedad, pero sí con golpes”, indicó en ese momento el subprefecto de la PDI, Luis Salazar. Los sujetos contaban con armamentos, además de lanzar miguelitos en el camino. Uno de los conductores detalló que los delincuentes estaban vestidos con chalecos reflectantes, overoles y mascarilla. “Estaban parados esperando”. Cada camión contaba con una carga de 2 mil cajas, perteneciente a la compañía Chile Tabaco, avaluadas en más de 1 millón de pesos por cada vehículo de carga.
Lamentablemente esta historia no es nueva. El robo de carga en el sentir de la industria habría aumentado en el último tiempo, generando gran preocupación entre los actores del sector, quienes piden -por un lado- mayor atención por parte de las autoridades con un trabajo conjunto con las policías y por otro, buscan los partner estratégico que le entreguen soluciones que den mayor seguridad en la operación, de la mano de las tecnologías, procesos, equipamientos, entre otros.
LA EVOLUCIÓN DEL DELITO
El robo de camiones de carga es una de las problemáticas más importantes que debe enfrentar el proceso logístico. Se trata de ilícitos de carácter violento que ponen en jaque a las organizaciones y tienen un alto impacto social, ya se ejecutan -principalmente- en importantes rutas del país. Buena parte de estos delitos se concentra en la Región Metropolitana, punto geográfico donde confluyen -dada la geografía de nuestro país- el grueso de las mercaderías que se comercializan en el país.
Estos hechos están dejando graves daños económicos en el sector transportista, considerando la pérdida de su vehículo, la relación con sus clientes y su relación con las compañías aseguradoras. Para entender estos delitos es necesario comprender el modus operandi de estas bandas criminales, cifras y estadísticas ligadas a la ocurrencia de estos eventos, así como también las estrategias y tecnologías que pone a disposición el mercado para hacer frente a este delito.
Al momento de ahondar en las cifras, la situación no está tan clara, dada la ausencia de información, pero según estimaciones del sector transportista en promedio 3 vehículos son robados diariamente en el país.
Cifras más o cifras menos, lo cierto es que las bandas criminales dedicadas al robo en ruta centran su atención en cargamentos de alto valor y fácil reducción. Alimentos, tecnologías, implementos deportivos, vestimenta son algunos de los productos más atractivos para la comercialización ilegal de los delincuentes.
Así, históricamente las zonas de mayor peligrosidad, es el denominado “triángulo de las bermudas” que comprende las rutas San Antonio (Ruta 78) – Santiago, Valparaíso (Ruta 68) – Santiago y Américo Vespucio en la Región Metropolitana, donde se concentran cerca del 70% de los robos.
La concentración de empresas, creando cordones industriales claramente definidos en la Región Metropolitana se han transformado eso sectores en verdaderos triángulos del peligro. La conexión entre las autopistas urbanas y las rutas 78 y 68 son sin duda una de las zonas más afectadas, ya que por ahí -dada la característica de la logística nacional- pasa buena parte de las mercaderías que se trasladas a la industria del Retail y consumo.
De acuerdo con Héctor Becerra, director Nacional de Organizaciones de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones de Chile (CNDC) existe un claro sentimiento en la industria de “estar sobrepasados por la delincuencia”. “Nos encontramos atados de manos frente a los delincuentes, pero estamos conscientes de que el trabajo mancomunado entre los distintos actores de esta industria y las autoridades es la única solución para enfrentar esta situación”.
Si bien reconoce que el número de estos delitos no ha sufrido un alza, por el contrario, el sentir del sector es que han disminuido. Sin embargo, éstos captan la atención de la sociedad por “lo cinematográfico que son. Hollywood es a veces una escuela para los delincuentes. Son delitos super lucrativos, donde incluso participan menores de edad. Un tema no menor es quiénes son los compradores de los productos robados”.
Esta es, sin duda, una larga cadena delictual. ¿Qué pasa luego del robo? Aquí asoman centros de acopios clandestinos, distribución de mercadería robada, reducción de productos en el mercado informal (persas, ferias libres); formando un largo circuito ilegal.
Otra realidad que golpea a la industria, según el representante de la Confederación de Dueños de Camiones, es la relación que tienen con las aseguradoras, a quienes “muchas veces no les interesa ser parte. Hoy vemos que el vehículo nunca más aparece y eso es un golpe para el transportista que se queda sin camión y deben pagar la carga robada.”.
En un tono más crítico el representante del gremio lamentó la reacción de algunas empresas del Retail ante estos hechos delictuales que afecta su carga. En esta línea, Becerra aseguró que les gustaría mayor empatía de las empresas de Retail y consumo masivo, considerando que “la carga que transportamos es suya”.
Sin embargo, fue lapidario al asegurar que “la industria del Retail no tiene moral y no es empático con los transportistas. A nosotros nos roban un alfiler y nos cobran”. En esta línea agregó que “las empresas del Retail proceden ante estos hechos como ellos estiman. Ellos dan el trabajo y nos piden hacernos responsable de la carga; mientras que el código de comercio señala que la carga del camión debe ser asegurada por los dueños de ésta, pero acá nos piden a nosotros asegurarla y nuestros transportistas con tal de tomar el trabajo asumen esas reglas. Como Confederación no estamos de acuerdo con esa situación, porque uno puede asegurar su camión, pero no puedo asegurarles la carga a los clientes. Cuando pasan los delitos lamentablemente asumimos nosotros y así el único perjudicado es el dueño del camión”.
TRABAJO MANCOMUNADO
Y es ante este escenario cuando cobra fuerza el dicho que la unión hace la fuerza. La industria del transporte terrestre ha visto el trabajo mancomunado como una forma de hacer frente a los delitos que los afecta. Para eso, se ha dispuesto una Mesa de Trabajo sobre Robo de Camiones compuesta por Carabineros, PDI, gremios transportistas y empresas privadas que -a su juicio- estaría dando buenos resultados.
“Como se sabe, entre Santiago y San Antonio y Valparaíso y Santiago tenemos el triángulo de las Bermudas. Se pierde todo y las veces que algo se detiene es porque el conductor alcanzó a reaccionar y da aviso; así se toman las acciones de bloquear las carreteras, lográndose la recuperación de algunos vehículos. Tenemos un grupo donde está carabineros, PDI, Organizaciones sectoriales, representante de la justicia y un grupo de empresarios de estas tres ciudades”, afirmó Becerra.
Y es que el trabajo en conjunto ha sido un factor importante para hacer frente a este complejo escenario; sin desmerecer por supuesto el aporte que tiene las tecnologías y procedimientos asumidos por las empresas. Sin embargo, el representante del gremio reconoció que los delincuentes están muy avezados y vemos que hay empresas que invierten en tecnología y aun así desactivan todo. Con la tecnología no damos a vasto para responder, así que debemos trabajar unidos”.
“Muchas veces estamos sobrepasados. Las empresas suman tecnologías o usan escolta e igual los asaltan, porque hoy nos atacan grupos preparados. Esto es de películas. Estamos atados de manos. Así como estamos, solo queda que la justicia tome cartas en el asunto, porque cuando se pillan los delincuentes muchos de ellos quedan en libertad”, cuestionó el representante de la CNDC.
Finalmente, reconoce que este año ha sido complejo en materia delictual, pero la diferencia ha estado en que “hemos recuperados más vehículos y eso se debe a muchos factores: la mejor tecnología, preocupación de las empresas y la coordinación entre los diferentes actores, públicos y privados”.
EL ROL DE LA TECNOLOGÍA
Tecnología y procedimientos asoman como las soluciones para enfrentar estos hechos delictuales de mejor manera. Si bien, no existe herramienta capaz de asegurar complemente el que el vehículo no será vulnerado, la industria ha avanzado constantemente en busca de mejorar el rol de seguridad que aporta al sector.
De acuerdo con Rodrigo Serrano, Vicepresidente Corporativo de Innovación y Desarrollo de Wisetrack para analizar el aumento del robo de carga se deben considerar diversos factores, algunos de carácter económicos y social, que suman a esta realidad.
“Uno de estos factores es el aumento del desempleo, muchos se ven tentados por la plata fácil y los delitos de venta de productos ilegales, el contrabando de comercio irregular comienza a ser más atractivo. Otro factor es el control de movimiento de la ciudad producto de la crisis sanitaria que nos afecta, lo que ha hecho que sea más difícil el comercio del mercado negro. Antes eran más comunes, en determinados sectores, encontrar productos de contrabando y falsificados que para muchos es la fuente de ingreso, independiente de la legalidad de la acción. Otro punto es el cierre de fronteras hace que muchos de los productos de contrabando no lleguen al país. Hay bandas que ya tenían una estructura para contrabandear un contenedor, pero hoy ya no cuenta con esa posibilidad y ahí salen en busca de nuevos métodos”, comentó el ejecutivo.
Hoy la principal forma de materializar este delito es a través del robo del camión completo con “ramplas que son comercializados en el mercado negro”. Según Serrano se debe además considerar en esta nueva situación el boom que ha tenido el comercio electrónico en tiempos de pandemia, lo que ha llevado que el número de camiones que se mueven en la ciudad haya crecido con atractivos productos. “Son botines muy llamativos y fáciles de reducir: ropa de cama, tecnología y alimentos, por ejemplo, donde hay un importante mercado reducidor de este tipo de producto”.
Tras el análisis, el Vicepresidente Corporativo de Innovación y Desarrollo de Wisetrack apunta a ¿Cómo asumen las empresas estos riesgos? Para Rodrigo hay dos cosas que siempre están presentes en la lucha contra la delincuencia: tecnología y procedimientos.
“Entre los procedimientos tenemos, por ejemplo, el control de seguridad, medidas al interior de las empresas, medidas de información dentro de la organización, control de tecnologías, gente capacita, entre otras. Por tanto, a nivel de tecnología se orienta a permitir alertar, informar, tomar rápidas acciones a distancias, detectar dónde se detuvo el camión, dónde se abre la puerta, si el conductor se baja, aviso de bloqueo de GPS, entre otras acciones”, detalló Serrano.
Sin embargo, el ejecutivo fue enfático en recalcar que “para que la tecnología responda correctamente tienen que haber procedimientos establecidos. Esto es lo único que puede ayudar a disminuir el riesgo. La tecnología no funciona por sí sola, si no hay un escenario controlado”.
CONTROL DE EXCEPCIONES
El mundo logístico tiene sus propias particularidades, donde la principal característica está en la diversidad de los procesos y etapas que conforman esta operación. Sin embargo, a nivel operacional una de las principales problemáticas -según Serrano- son las excepciones. “En el mundo logístico está lo esperado v/s lo real. Lo esperado es lo que se planificó. Si no hay planificación todo es bueno y es difícil observar el panorama real. Lamentablemente hay empresas que se van acostumbrando a las excepciones, por ejemplo, entran a zonas donde no debían o el camión debía volver a la base, pero finalmente se lo lleva el chofer a su casa. Todo eso se comienza a ver como normalidad, lo que dificulta que uno pueda observar anormalidades. Todo pasa a ser normal y eso abre posibilidades de riesgo para las empresas”.
A reglón seguido, el ejecutivo de Wisetrack afirmó que “no se logra nada con tener una tremenda reja de acceso a la casa si nunca se pone llave a la puerta. Hoy la tecnología no es un lujo. Dada la complejidad del movimiento logístico, desde hace un tiempo esta tecnología es indispensable”.
Según Rodrigo Serrano, las tecnologías pueden ser vista como un seguro. “Uno debería tener siempre un seguro y cuando me muevo más, las posibilidades de tener que usarlo aumentan”, agregó. Asimismo, reconoció que los delincuentes miden el riesgo y dificultades. “Si quiero robar una casa y veo una que tiene reja y una que no lo tiene; claramente entraré a la que no lo tiene. Eso también pasa en este mundo de la tecnología, porque mientras menos controles tengo y menos tecnologías seré más sujeto a ser elegido para un asalto”.
Hoy la industria ofrece desde las herramientas más tradicionales como el GPS Tracking hasta soluciones de marchine learning. Se debe tener claro que hay dos cosas importantes, “el hardware adicional que se va implementando en el vehículo y, por otro lado, está la inteligencia artificial en las plataformas para detectar anormalidades.
“No se puede en grandes flotas tener un ejército de personas mirando camión por camión, por lo tanto, se necesitan plataformas inteligentes que vayan aprendiendo cuáles son excepciones y que permitan detectar anormalidades de forma automática y generen una alarma. Aquí es fundamental el machine lerning para ir detectando imprevistos en base a la comparación de lo que era la normalidad, porque eso permite bajar costo (menos monitoreo) y me permite adelantarse a lo que son las situaciones de excepción no planificadas”, detalló Serrano.
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