Una colisión, un fuerte estruendo y el peor de los escenarios se ha evitado: esa es la forma más sencilla de describir los beneficios del airbag. La unidad de control del airbag juega un papel clave en esta protectora ‘explosión’, ya que funciona como el centro de control del airbag salvavidas.
Hace 40 años, Bosch unió fuerzas con Daimler-Benz AG para iniciar la producción de la primera unidad de control electrónica del airbag del mundo, lo que dio un impulso decisivo a la protección de los ocupantes de los vehículos. Desde el inicio de la producción a gran escala en diciembre de 1980, Bosch ha fabricado más de 250 millones de unidades de control del airbag, perfeccionando constantemente la tecnología. Los investigadores de accidentes de la compañía estiman que, desde su lanzamiento al mercado, las unidades de control de Bosch que despliegan airbags frontales, laterales y de cabeza, han ayudado a salvar unas 90.000 vidas en todo el mundo. Esto convierte al airbag en un componente clave de la visión cero: sin víctimas mortales ni heridos graves en el tráfico por carretera.
La decisión correcta en milisegundos
Mediante sensores internos y externos de aceleración, velocidad de giro y de presión, la unidad de control del airbag de última generación identifica el tipo de accidente, así como su gravedad, y despliega el airbag y el tensor del cinturón, según sea necesario. En solo diez milisegundos, diez veces más rápido que el parpadeo de una persona, el algoritmo de activación interpreta los datos del sensor para determinar si el conductor ha pisado simplemente el freno, ha chocado contra un automóvil aparcado, se ha subido al bordillo o si el vehículo ha tenido una colisión grave o corre el riesgo de volcar. Si la situación es peligrosa, el sistema enciende el generador de gas pirotécnico. En 30 milisegundos, el airbag está completamente inflado y puede proteger al conductor y a los pasajeros.
Los vehículos actuales equipan hasta nueve airbags que se pueden desplegar individualmente según el escenario del accidente. Después de una colisión, el sistema también envía una señal para cortar el suministro de combustible o, en los vehículos eléctricos, para desconectar la batería de alto voltaje. Además, envía información sobre el accidente a otros sistemas del vehículo como, por ejemplo, el eCall, que llama automáticamente a los servicios de emergencia después de que se haya desplegado un airbag.
Desde 1977, los ingenieros de Bosch han trabajado con los fabricantes de automóviles en la primera unidad de control electrónico del airbag, sometiéndola a más de 6.000 pruebas de choque en 60 modelos diferentes de vehículos. Hoy en día, se necesitan más de 1,8 millones de simulaciones de choques para preparar una unidad de control del airbag para su producción a gran escala en un determinado modelo de vehículo.
El primer sistema de airbag, que entró en producción en diciembre de 1980 y tuvo su lanzamiento al mercado en la Clase S de Mercedes-Benz, constaba de tres componentes: un convertidor de voltaje, una reserva de energía y una unidad de control con un total de 170 componentes. Controlaba un único airbag y tensor de cinturón para el conductor y, opcionalmente, para el pasajero delantero.
Las actuales unidades de control del airbag, la generación duodécima, tienen la mitad de componentes y pueden gestionar hasta 48 dispositivos de retención, incluyendo varios airbags frontales y laterales, airbags de rodilla y tensores del cinturón de seguridad.
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)