Lux Research publica un estudio en el que confirma que dada la mejora en materia de baterías, para 2030 el peso de las mismas dejará de ser un obstáculo en busca de la eficiencia energética de los coches eléctricos.
La eficiencia es una de las facetas que más se trabaja en el desarrollo de un coche eléctrico con la premisa de lograr el máximo aprovechamiento energético posible. Uno de los principales lastres de los coches eléctricos por baterías es el peso del paquete de las mismas, y ahora Lux Research adelanta que para 2030, tal vez, este aspecto pueda dejar de ser un déficit para el coche eléctrico.
Todo esto que el organismo americano pretende exponer con su estudio queda reflejado en un artículo que hemos publicado esta semana y que resume a la perfección todo lo que viene ahora. En él dábamos a conocer que el Tesla Model 3 de gran autonomía pasaba a ofrecer 82 kWh de capacidad de baterías gracias a la nueva tecnología que Panasonic, el proveedor de baterías de Tesla, iba a implementar en sus celdas.
A estas alturas parece estar claro que los coches eléctricos alimentados por baterías son el futuro de la automoción, pero para ello aún queda por recorrer un no demasiado largo camino, en el que los principales obstáculos, aunque están camino de ser resueltos, siguen suponiendo un motivo de descarte a la hora de considerar comprar un coche eléctrico.
En el estudio publicado por Lux Research, la empresa comenta que tomaron como referencia 64 modelos distintos de coches eléctricos que estaban a la venta en 2019, y los dividieron entre berlinas y SUV por su tipo de carrocería. Y el resultado que encontraron analizando todos estos coches es que a medida que la masa del coche en cuestión desciende y aumenta la densidad energética de su esquema eléctrico, la autonomía aumenta, algo lógico. Por lo que la clave en busca de la eficiencia está en encontrar el equilibrio perfecto entre el peso total del coche y la densidad energética de su paquete de baterías.
Gráfica en la que Lux Research muestra que coches más pequeños con más densidad energética en su paquete de baterías son los que más autonomía logran..
Para complementar esto, la empresa predice que la densidad energética aumentará un 15% de aquí a finales de la década, si no más, como hemos visto con el ejemplo del Tesla Model 3, y en base a ello han hallado que para que para que el aligeramiento sea una forma rentable de aumentar la autonomía en lugar de aumentar el paquete de baterías, debe haber un ahorro aproximado de cinco dólares por cada kilo de peso extraído, que al cambio actual suponen 4,23 euros.
Al final, y sólo durante esta década, vamos a encontrar a fabricantes buscando soluciones de aligeramiento y abaratar costes a golpe de equipar materiales más ligeros y menos costosos para compensar la inversión extra en baterías, y además veremos esto complementado por elementos periféricos que ayudan a recargar el paquete de baterías como sistemas de frenada regenerativa más efectivos, o incluso un uso más intensivo y eficiente de placas solares.
Relación entre el desembolso a efectuar en baterías y el ahorro propiciado por aligeramiento de materiales en coches eléctricos de 2030.
Adelanta también Lux Research que habiendo alcanzado ese punto de equilibrio entre el peso del coche y la densidad energética de las baterías, para 2030 las prioridades para la elección de materiales en coches eléctricos habrán cambiado, ya que los fabricantes habrán pasado a dar más importancia a aspectos como como la sostenibilidad, la durabilidad y los problemas que generarán los materiales empleados al final de la vida útil del coche, que al propio aligeramiento.
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Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com