Si esta semana te has visto atrapado en un atasco, ya has conocido de primera mano los efectos de la estacionalidad. Al igual que se agolpan los coches en las carreteras al llegar Semana Santa, la demanda de productos tiene picos muy acusados durante el año que necesitan de una logística de calidad para solventarlos sin aglomeraciones.
El ejemplo prototípico son las Navidades, donde algunas empresas realizan la mayoría de sus ventas anuales, llegando al 80% y 90% en el caso de las jugueteras. Lo que hace que no solo sea la época logística más difícil sino también la más importante, ya que nadie quiere que su producto sea el que no esté presente en las estanterías.
Por normal general, son los productos de consumo los que viven con más fuerza la estacionalidad. Durante las últimas navidades, Sony vendió 5,4 millones de Playstation 4, lo que da una idea de la enorme labor de distribución de palets que supone, y la coordinación necesaria para que tenga éxito.
El resto de sectores no son ajenos a la estacionalidad y varios de ellos tienen la suya propia. Es el caso de las empresas agrícolas, con su calendario particular, que además se ve influenciado por sus propios factores, como la maduración del producto, la variabilidad en calidad y cantidad de las cosechas, la caducidad de los productos, su tamaño, etc.
Herramientas para gestionar la estacionalidad
Planificar la demanda
Este es uno de los aspectos en los que más se ha mejorado en los últimos años. ¿Cuántas veces has oído aquello de “Cada vez empiezan antes las Navidades”? Pues, en logística, es muy cierto. Se ha logrado reducir los picos adelantando el inicio de los envíos y suavizando así los volúmenes. Aunque es una herramienta que tiene limitaciones por la capacidad de almacenamiento de los minoritas; nadie quiere tener más stock del necesario, pero la posibilidad de quedarse sin él en el punto de venta es aún peor. Sin embargo, los proveedores sí se aprovechan del deseo que tienen las tiendas por comenzar cuanto antes el alza de las ventas.
En este apartado las empresas jugueteras vuelven a dar una vuelta más de tuerca. Con muchos productos nuevos cada año, resulta difícil saber cuáles van a triunfar esta temporada y, por tanto, cuáles van a tener una mayor demanda. Para solventar este problema, a veces se opta por enviar cantidades reducidas de stock a los minoristas y se confía en ser rápidos y flexibles para detectar cuál se está vendiendo más y lograr abastecer a las tiendas sin que haya roturas de stock, añadiendo estrés a la cadena de suministro.
Cuantificar la demanda
Evalúa tus ventas pasadas, la situación económica, el estado del sector y trata de predecir con la mayor antelación y exactitud posibles los volúmenes que vas a tener que mover a cada destino y en qué fechas. Además, intenta ser lo más específico posible. No es lo mismo decir que vas a necesitar 100 contenedores durante una semana que decir que vas a necesitar 50 el lunes, 30 el miércoles y 20 el viernes.
Visibilidad
La estacionalidad pone en tensión a toda la cadena de suministro y poder disponer de toda la información posible y compartirla te pondrá más fáciles las cosas. Poder conocer la ubicación y el estado en tiempo real de tus envíos te permite identificar problemas, prever cuellos de botella y prevenir problemas que vayan a producirse. Si la comunicación entre proveedores, logistas y tiendas es deficitaria, una vez aparezca el problema puede que no tengan una buena solución.
Es muy distinto localizar con días, semanas e incluso meses la gestación de un problema a encontrárte una rotura de stock justo en tu periodo más importante de ventas del año.
Tener información posibilita que tengas alternativas
Previsión
Tener información posibilita que tengas alternativas. ¿Sabes cuánto tardas en hacer llegar una mercancía a un punto en concreto si se produce un problema? ¿O cuánto tardas incluyendo además el proceso de producción del objeto? Si un temporal afecta a tus redes de distribución o a la demanda sobre tu producto, ¿qué puedes o debes hacer? La respuesta a estas preguntas te permite tener planes de contingencia de antemano.
En la actualidad, la capacidad para hacer previsiones y actualizarlas ha aumentado mucho. Los datos que antes se obtenían de forma trimestral hoy pueden recogerse al instante y acaban modificando las necesidades logísticas. Todo esto va a tener su reflejo en los costes: cuanto más engrasada esté tu logística menos vas a incidir en gastos derivados de las prisas, como envíos exprés, por avión, horas extras imprevistas, etc.
El conocimiento es poder
Tener una relación duradera con los proveedores permite aprovecharse del conocimiento mutuo y del historial compartido. Los resultados del pasado te permiten planificar con más exactitud los del futuro. Todas las partes de la cadena van a ser más conscientes de las necesidades del resto de eslabones, de las dificultades durante los puntos de fuerte estacionalidad y de cómo atenderlas con éxito.
Solicita ayuda
Por muy bien que planifiques, gestiones, preveas y visibilices tu cadena de suministro, la realidad es que los volúmenes van a subir y con fuerza; y eso significa más trabajo y más horas de personal. A la hora de solventar esto, ten en cuenta que es la época más difícil e importante del año. Si vas a optar por personal de fuera de la empresa asegúrate de que lleguen formados a las fechas que necesitas, de lo contrario lo que conseguirás es que estén formados para cuando haya pasado la estacionalidad.
Por el otro lado, aumentar los turnos del personal habitual te asegura que van a conocer en profundidad sus labores. Sin embargo, a medida que vaya aumentando su carga de horas irá disminuyendo su rendimiento por el lógico agotamiento. Y también puedes incurrir en riesgos de ‘quemar’ a la plantilla si esta sobrecarga es excesiva.
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Fuente: https://www.transgesa.com