Con el cambio de estación del verano al otoño, muchos componentes del vehículo pueden sufrir problemas o averías debido al drástico cambio de tiempo. Por ello, además de realizar una puesta a punto preventiva del vehículo, posventa.info nos ofrece ocho consejos de Confortauto Hankook Masters, que van a ayudar a adaptar la conducción a esta época del año para circular con mayor seguridad.
Revisar los puntos vitales del automóvil. El buen estado del vehículo es capital para la seguridad al volante, por lo que si se quiere evitar imprevistos ningún elemento debe pasarse por alto: neumáticos, motor, batería, amortiguadores, frenos, dirección, luces, niveles de aceite, filtros de combustible y aire, correas, refrigerante, limpiaparabrisas, etc. Además, un mantenimiento regular es esencial no sólo para la seguridad y el buen funcionamiento del coche, sino también para alargar su vida y rendimiento.
Informarse de la meteorología antes de salir. Intentar crear el hábito de consultar los pronósticos del tiempo antes de salir de casa. Con previsión, se estará mejor preparado y en caso de que se produzcan condiciones meteorológicas adversas, siempre que se pueda, se aconseja retrasar la salida hasta que desaparezcan.
Usar las luces de cruce cuando se note una disminución de la luminosidad. Con la llegada del otoño, las horas de luz se reducen haciendo que se circule más tiempo con menos visibilidad. Se
deben utilizar las luces de cruce cuando se note esta bajada de luminosidad y, de ser necesa-rio, utilizarlas también durante el día.
Prestar atención al aquaplaning. Las lluvias de otoño pueden convertir cualquier carretera en una pista de patinaje. Si la conducción y los neumáticos no están a la altura, cabe la posibilidad de sufrir un accidente. Un frenazo brusco,
un camino en mal estado, neumáticos gastados… son factores que pueden favorecer el surgimiento de una capa de agua entre los neumáticos y la calzada. El resultado, pérdida de tracción y control del vehículo. Para prevenir el aquaplaning, habrá que adaptar la conducción a las condiciones de la vía manteniendo siempre una velocidad segura. Otro consejo es seguir la huella del coche que antecede ya que es una forma de aprovechar el drenado de agua de sus neumáticos y favorecer la adherencia del vehículo. En los charcos grandes, usar la marcha más corta y pasar con las cuatro ruedas para no quedarse atascado.
Alerta a las hojas de la carretera. Si se tiene que pasar sobre ellas, habrá que reducir la velocidad y hacerlo con cuidado, porque pueden estar mojadas y provocar en el coche un efecto similar al aquaplaning, lo que pondría en peligro al conductor al hacerle perder la adherencia con el asfalto.
Cuidado con los animales. Los atropellos a animales y accidentes a causa de intentar esquivarlos son significativamente más altos durante la temporada de otoño. En concreto, se producen al amanecer y el atardecer, y éstos ocurren porque los conductores tratan de esquivar al animal demasiado tarde y a velocidad inadecuada. Si se conduce dentro de barrios o en entradas rurales, se recomienda ir con precaución y prestar atención a su posible presencia.
Evitar la fatiga. Desplazarse en carretera bajo condiciones meteorológicas desfavorables aumenta la tensión nerviosa y la fatiga visual provocando una disminución de la atención y aumentando el riesgo de accidente. Por ello, especialmente en trayectos largos, es importante detenerse cada dos horas o siempre que se observe fatiga o somnolencia. Para combatirla, no hacer comidas abundantes, beber agua con frecuéncia aunque no se tenga sed y realizar ejercicios de estiramiento de articulaciones cada vez que el conductor baje del coche.
Precaución con la conducción nocturna. La conducción nocturna entraña peligros asociados a la pérdida de agudeza visual y la disminución del campo visual. Aunque de noche se estima que el tráfico disminuye un 60%, cuatro de cada diez accidentes mortales suceden a esas horas pues, en la oscuridad, no se aprecia bien ni velocidad ni movimiento. Es más, ésta puede ocultar peligros que sí son visibles con luz diurna. Todo ello implica más tiempo para identificar objetos e interpretar correctamente la señalización. Conviene disminuir la velocidad hasta un 20% respecto a la velocidad permitida, ya que al circular con luz de cruce la zona iluminada por los faros puede ser muy inferior a la distancia de parada. Además, se puede sufrir la aparición prematura de monotonía, fatiga y cansancio, especialmente entre las 4 y las 6 de la mañana, cuando baja el nivel de alerta.
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)