El conjunto de tecnologías denominadas C-ITS, o Cooperative Intelligent Transport Systems, son aquellas que utilizan sistemas de comunicación de corto alcance y entre iguales para reducir la siniestralidad y mejorar la seguridad.
Actualmente, existen dos tecnologías que, en cierto modo, compiten para convertirse en el estándar de facto en C-ITS. Por un lado está 802.11p, también conocida como DSRC1 o ITS-G5, un sistema que lleva en desarrollo desde el principio de la década y que aún no ha encontrado mucha aceptación. Y por otro, está la alternativa que propone 5G, denominada PC5 -o también ‘LTE-side link’–. En todos los casos, se utiliza la banda de los 5.9 GHz, que tendrá que ser levemente regulada.
Más allá de esta sopa de acrónimos, el hecho es que ambas opciones son buenas. Sin embargo, y según expertos como FICOSA, la versión 5G es la preferida por los fabricantes de chipsets asiáticos como Datang, Huawei, Qualcomm y Samsung y, dado que dominan el mercado, probablemente sea la que se imponga.
En cualquier caso, C-ITS engloba lo que se conoce como comunicación entre vehículos (V2V), entre vehículos e infraestructuras (V2I) y entre usuarios vulnerables de la vía como peatones y ciclistas (V2P).
Cuando nació el concepto de la comunicación directa entre vehículos e infraestructuras, inmediatamente surgieron varias aplicaciones obvias orientadas a la seguridad, como que las ambulancias pudieran alertar a los coches de que se estaban acercando, o que un coche que pega un frenazo debido a un obstáculo en la calzada pueda avisar a los coches que circulan por detrás.
Sin embargo, en la era del 5G siempre hay que pensar a lo grande. ¿Por qué compartir información elaborada de forma puntual si podemos compartirlo todo? Así es como nace el concepto de sensores compartidos convencionales y de alta definición. Veamos dos ejemplos de aplicación denominados VRU y See-through.
La protección a usuarios vulnerables o VRU consiste en que peatones y ciclistas comparten su posición, rumbo y velocidad con los vehículos cercanos. Esa información procede del sistema GPS, aunque puede mejorarse haciéndola casar con mapas detallados. Así, cuando el conductor informa a su coche con el intermitente de que tiene la intención de girar, el coche puede comprobar si hay, por ejemplo, un patinete acercándose a 25 km/h al paso de peatones de la siguiente intersección. Entonces, el coche utiliza la información de su propia trayectoria y velocidad y la del patinete para calcular dónde se va a producir la intersección, el riesgo de colisión, y avisar al conductor.
El concepto See-through es aún más sofisticado. Consiste en compartir imágenes en tiempo real de lo que están viendo las cámaras de los vehículos que circulan por una misma área geográfica. De esta forma, a la hora de, por ejemplo, adelantar a un camión, tu coche puede utilizar la imagen que retransmite el camión para ‘ver a través’ de él y comprobar que el carril contrario está despejado.
Sin embargo, la idea puede llevarse más lejos. Imagina que te acercas a una intersección con un ceda el paso. Tu coche se conectará a los vehículos que se aproximan y no sólo te dirá si vienen coches, sino que se coordinará con ellos para que todos podáis pasar por el cruce sin deteneros ni chocar. Sustituye los vehículos convencionales por otros autónomos y lo que tendrás será una ciudad mágica: sin semáforos ni accidentes, y con un tráfico extremadamente fluido.
Fuente: https://www.autofacil.es
REDUCE LOS COSTES DE LA FLOTA CON NUESTRO PROGRAMA DE AUDITORÍA
La auditoria es una herramienta clave para conocer el estado general y suministrar el análisis, la evaluación, la asesoría, las recomendaciones y las acciones a realizar con el objetivo de reducir costes e incrementar la eficacia y la eficiencia de la gestión de la flota. Conoce nuestro programa de auditoría.