La Mercedes EQV 300 eléctrica llega al mercado ofreciendo todo el lujo de la Clase V y un mayor confort gracias al silencio de su propulsor eléctrico. Tiene 357 km de autonomía y ya hemos podido conducirla y extraer nuestras primeras impresiones.
Los orígenes de la EQV de Mercedes se remontan a finales del siglo pasado, poco antes de entrar en el nuevo milenio. Impulsada por el creciente mercado de vehículos MPV que se estaba creando, Mercedes presentó el suyo propio en el Salón de Ginebra de 1996: lo llamó Clase V. Un modelo que se vendió también con una versión comercial -Vito- y con una versión de pasajeros, más lujosa, que es la verdadera predecesora de nuestra protagonista de hoy. Mucho ha cambiado el mundo en las últimas dos décadas, y ahora el mercado acoge lo que en 1996 hubiera parecido impensable: una furgoneta eléctrica de producción en serie. La nueva Mercedes EQV 300 eléctrica ya está en España y hemos podido probarla para recoger nuestras primeras impresiones.
Mercedes EQV 300: más que una furgoneta, un lujoso monovolumen
Aunque por diseño y tamaño estamos claramente ante una furgoneta, podemos afirmar sin miedo que la Clase V es más un refinado monovolumen que una furgoneta corriente. Aunque en este modelo, la EQV, la corriente sea fundamental. Esta versión eléctrica se distingue por las llantas aerodinámicas de 17” -de diseño específico y parcialmente carenadas para reducir la resistencia al aire-, la línea cromada de la parrilla delantera, las inscripciones EQV de la carrocería y por el puerto de carga ubicado en el parachoques delantero.
Mercedes-Benz EQV 300.
En el interior encontramos también detalles específicos aunque, en función del equipamiento, podría pasar por una Clase V normal a ojos de los menos iniciados. El cuadro de instrumentos no tiene cuentavueltas, en su lugar hay un indicador analógico de entrega de potencia y recuperación energética; tampoco hay indicador de nivel de combustible, sino de carga de la batería; y viene de serie con la pantalla táctil central de 10,25″ y sistema de infoentretenimiento MBUX.
Este último viene con navegador inteligente (optimiza las rutas en caso de que sea necesario parar a recargar) con 3 años de actualizaciones gratuitas de mapas, servicios Mercedes me Charge y funciones específicas del propulsor eléctrico. En este sentido, podemos adaptar algunos ajustes de la carga como limitar el amperaje o establecer un nivel de carga máximo (por ejemplo, si no queremos superar el 80 %), pero desde el sistema multimedia no podemos programar las horas de recarga.
Mercedes-Benz EQV 300.
De serie viene con tapicería de tela y molduras decorativas en negro piano, pero opcionalmente podemos elegir tapicería de cuero, molduras de diferentes maderas e incluso un paquete específico de los modelos EQ con tapizado azul y costuras en color dorado.
Aunque los ajustes de la parte central del salpicadero son mejorables (alrededor de los mandos del climatizador y los botones de acceso directo), la sensación de calidad a nivel general es alta y muy superior a cualquier otra furgoneta del mercado. Los acabados están prácticamente al nivel de, por ejemplo, un Clase C. Los botones, los mandos, detalles como los aireadores de la ventilación o las superficies blandas en la parte superior e inferior de la consola… Incluso tenemos un piso totalmente enmoquetado. Estamos ante una furgoneta de lujo y se siente como tal.
La confortable conducción de cualquier Clase V, llevada a un nivel superior
La Clase V es un vehículo bastante grande pero, aunque su tamaño pueda imponer respeto a la hora de maniobrar, no es mucho más largo que un Clase S. La versión Larga mide 5,14 metros de longitud (la denominada Extralarga alcanza los 5,37 m), pero circular con la EQV se hace muy sencillo gracias a la posición de conducción elevada, que permite una buena visión de todo lo que hay por delante de nuestros ojos. Tanto el asiento como el volante ofrecen muchas posibilidades de regulación, así que acabaremos encontrando una postura de conducción ideal.
Plazas delanteras de la Mercedes-Benz EQV 300.
Para controlar lo que tenemos en los alrededores, además de los espejos tradicionales, contamos con cámaras 360º de muy buena resolución que nos permiten controlar todo el perímetro del vehículo de manera muy cómoda. Eso sí, habrá que tener cuidado con la altura de algunos parkings.
Y ya que hablamos de comodidad, quizá sea el momento de hablar estrictamente de su conducción. Si alguna vez has conducido una Clase V diésel, habrás comprobado que viajar en ella es una delicia por suavidad, aislamiento de vibraciones y ruido… Pues bien, en la EQV 300 todo eso adquiere una nueva dimensión gracias al silencio del propulsor eléctrico. Circulando por ciudad no escucharemos más que la música que llevemos puesta (o un ligero silbido del motor en caso de viajar sin música ni acompañantes).
Puesto de conducción de la Mercedes-Benz EQV 300.
El silencio a bordo junto al buen filtrado de la suspensión (que puede ser neumática opcionalmente) hacen que incluso los peores atascos de la ciudad se sobrelleven de otra manera, mucho mejor, claro. En el recorrido urbano por Madrid durante la presentación pude registrar un consumo medio de 23 kWh/100 km, con algún acelerón brusco de manera puntual, cambiando entre los distintos modos de conducción, pero siendo cuidadoso la mayor parte del tiempo.
Para recuperar energía en las frenadas existen 5 niveles de retención seleccionables mediante levas detrás del volante. En el de máxima recuperación se pude conducir con un solo pedal la mayor parte del tiempo, pero ni siquiera en este modo se llega a detener por completo la EQV; tenemos que acabar pisando el freno para detenernos por completo. De los 5 niveles mencionados antes, existe uno llamado ‘D Auto’ en el cual la EQV adapta el nivel de recuperación de forma predictiva (entre 0 y -2 m/s²) en base a los datos proporcionados por los asistentes de seguridad, la cámara y el navegador.
Mercedes-Benz EQV 300.
Un detalle a mejorar es el tacto del pedal de freno: con la recuperación energética en el mínimo, es muy similar al de cualquier Clase V; con la frenada regenerativa en modo D- o D–, el recorrido del pedal tiene dos partes claramente diferenciadas y no hace falta frenar demasiado fuerte para sentir unas vibraciones un tanto extrañas.
En carretera el nivel de confort sigue siendo excepcional, e incluso el nivel sonoro por culpa del aire sigue estando acotado dentro de unos límites más que razonables. Además, como la velocidad máxima está limitada a 140 km/h para no disparar el consumo, el ruido aerodinámico rara vez supondrá un problema notable. Aunque es un vehículo pesado (la versión Larga supera los 2.600 kg), tenemos a disposición 204 CV de potencia y 362 Nm de par provenientes de un motor eléctrico asíncrono, suficiente para tener buena respuesta en cualquier circunstancia. Nuestro trayecto en carretera fue corto y bastante irregular, por lo que no pudimos obtener un dato fiable sobre consumos.
Mercedes-Benz EQV 300.
La Mercedes EQV 300 tiene 4 modos de conducción: C, E, E+ y S. En los modos C y S tenemos disponible la máxima potencia, aunque en el modo S (más deportivo) la respuesta del acelerador es más inmediata. El modo E (por Economy) limita la potencia a 136 CV y 293 Nm, además de reducir ligeramente las prestaciones del climatizador. Por su parte, el modo E+ está pensado para conseguir la máxima autonomía, así que la potencia máxima del motor se limita a 109 CV (si hacemos ‘kickdown’ tendremos los 204), y las prestaciones de la calefacción y el aire acondicionado se reducen considerablemente.
Para una conducción relajada por ciudad, lo más razonable es elegir el modo E. Por carretera será igualmente suficiente la mayor parte del tiempo, aunque el modo C garantiza mejor respuesta y mayor potencia ante, por ejemplo, cualquier adelantamiento o una pendiente pronunciada.
El maletero tiene 1040 litros con todos los asientos dispuestos.
El motor eléctrico, la transmisión (con 1 relación de cambio fija), el sistema de refrigeración y los componentes de la gestión electrónica constituyen una sola unidad que va situada bajo el capó delantero. La EQV envía la potencia del motor a las ruedas delanteras (a diferencia de las versiones diésel, que son tracción trasera o tracción total), lo cual afecta negativamente al diámetro de giro. Los palieres que transmiten la potencia del motor a las ruedas delanteras hacen que estas giren menos que en una Clase V de tracción trasera, lo que hace aumentar ligeramente el diámetro de giro en la EQV.
Su batería de 90 kWh le permite homologar hasta 487 km de autonomía en ciudad
Si nos atenemos a las cifras homologadas bajo el protocolo WLTP, la Mercedes EQV 300 tiene un consumo de 28 kWh/100 km y 357 kilómetros de autonomía en ciclo combinado, y hasta 487 kilómetros en circulación urbana. Para alcanzar esta última cifra, tendría que registrar un consumo urbano de 18,5 kWh/100, lo que a priori se antoja casi imposible dados el peso y la potencia de la furgoneta, así como nuestras primeras impresiones sobre el consumo.
Mercedes-Benz EQV 300.
También hay que tener en cuenta que durante este primera toma de contacto viajábamos solos y sin equipaje, pero normalmente la EQV llevará más pasajeros (puede tener hasta 8 plazas) y probablemente también su equipaje. El volumen mínimo del maletero, con todos los asientos dispuestos, es de 1.030 litros (1.410 en la EQV Extralarga).
Para alimentar al motor, la EQV equipa una batería de iones de litio, refrigerada por líquido, con 90 kWh de capacidad útil (100 kWh brutos) y fabricada por CATL. Está ubicada bajo el piso del habitáculo y, según Mercedes, no quita espacio a los pasajeros. Nuestra sensación es que, efectivamente, la altura disponible es prácticamente igual que en las Clase V con motor diésel.
La unidad que probamos tenía 7 plazas pero puede tener hasta 8.
La batería se puede recargar en corriente alterna a un máximo de 11 kW, en cuyo caso se necesitan unas 10 horas para una carga completa. La recarga rápida en corriente continua admite hasta 110 kW de potencia, y en este caso podremos cargar del 10 al 80 % de la batería en aproximadamente 45 minutos.
La Mercedes EQV parte desde 79.084 euros y se fabrica en España
La Mercedes EQV ya está a la venta en España con un precio que parte desde 79.084 euros para la versión de carrocería Larga, un precio que incluye 4 años de mantenimiento. Por su parte, la EQV 300 Extralarga cuesta 79.878 euros. Como curiosidad, el modelo EQV está considerado el coche más caro producido en España (en la planta de Mercedes en Vitoria).
Mercedes-Benz EQV 300.
La primera EQV de serie salió de la fábrica el pasado 4 de septiembre. Mercedes se guarda para sí sus objetivos de ventas, pero apunta que la EQV será una buena opción como vehículo VTC de pasajeros VIP, para traslados desde/hacia el aeropuerto, hoteles, flotas de empresas y para instituciones públicas como consulados o embajadas. Y no nos engañemos, también para clientes particulares que quieran dar el paso a un monovolumen eléctrico.
Mercedes-Benz EQV 300.
Y es que, sí, la Mercedes EQV 300 eléctrica es un vehículo caro (nadie puede decir lo contrario cuando hablamos de 80.000 euros), pero también lo es una Clase V convencional. Su público objetivo tiene un poder adquisitivo alto y prueba de ello es que el precio medio de venta de una Clase V diésel supera los 60.000 euros, rebasando ampliamente los 90.000 € en algunos casos. Así pues, para su potencial clientela, el precio quizá no sea el mayor de los problemas.
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Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com
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