Cuando un fabricante monta en un coche un sistema de asistencia que aún no está ‘maduro’, se vuelve un estorbo… y acabas apagándolo.
Este es el guión de una película que, en Autofácil, hemos visto un montón de veces. Un proveedor tiene una idea brillante para un sistema. Desarrolla un prototipo que funciona más o menos bien. Se lo enseña a varios fabricantes. Y estos, puestos en la disyuntiva de comercializarlo tal cual o invertir dinero en convertir el concepto original en un asistente perfecto, deciden tirar p’alante y venderlo más o menos ‘tal cual’.
El resultado son sistemas cuya utilidad no hace honor al sugerente nombre con el que han sido bautizados. Es decir, dispositivos de ayuda a la conducción y asistentes que, o terminas apagando, o no utilizas nunca, o pasan la mayor parte de su vida a la espera de que surjan esas condiciones particulares en las que sí resultan de utilidad.
Como estos sistemas muchas veces tienen un coste relevante, hemos repasado sus principales fallos para que sepas cómo ponerlos a prueba, qué esperar de ellos a día de hoy y, si se da la circunstancia de que tu coche ya cuenta con ellos, cómo puedes sacarles partido en la medida de lo posible.
1.- Abandono de carril: vibra o suena al pisar una línea
Así entorpece: A partir de 60 km/h, vibra o hace sonar una señal acústica si pisas una línea de la carretera sin dar el intermitente para evitar que te salgas de forma inadvertida del carril. Hay dos problemas: avisa demasiado tarde, y casi siempre lo hace cuando estamos cruzando esa línea de forma consciente. En vías interurbanas, es un continuo suplicio de pitidos y zumbidos.
Cómo paliarlo: Apágalo salvo cuando, en viajes largos por autopista, te sientas cansado.
2.- Mantenimiento de carril: gira el volante para mantenerte dentro del carril
Así entorpece: Las correcciones se perciben como movimientos parásitos en la dirección que pueden desconcertar. Si se activa por defecto al arrancar el coche, la primera vez que interviene te sobresalta. Finalmente, la detección de manos en el volante funciona mal: si agarras el aro con suavidad, te pedirá con frecuencia que cojas el volante… y, a la larga, terminas apagándolo.
Cómo paliarlo: Elige una marca que permita activarlo con sólo pulsar una tecla –Ford– o un BMW, que cuenta con una detección de manos que sí funciona.
3.-Asistente de velocidad: te ajusta la velocidad del control de crucero
Así entorpece: La idea es que el coche averigua la velocidad máxima de la vía a través de información de la cartogafría y las señales que reconoce una cámara situada en el parabrisas. Entonces, esa información se muestra en la instrumentación. Hasta aquí, todo perfecto. El problema es que algunos fabricantes ofrecen la posibilidad de vincular la velocidad del control de crucero a la información recogida por este lector de señales de tráfico. Y aquí es donde ocurre el desastre, porque a veces el lector se equivoca y tu coche pega un frenazo ‘sorpresa’ para ponerse a 60 km/h en medio de una autopista.
Cómo paliarlo: Al tercer frenazo injustificado harás lo que todo el mundo: apagarlo.
4.- Luces largas automáticas: Da las largas el ‘solito’
Así entorpece: Este sistema debería llamarse ‘Asistente de luces largas en autopistas despejadas y bien señalizadas’. Lo que hace es dar las luces largas cuando cree que no hay nadie a quien podamos deslumbrar. El problema es que, en autopista, su funcionamiento es poco consistente… y tienden a apagar las luces largas por sorpresa y sin un motivo justificado. A veces comienzan a darlas y quitarlas en una sucesión rápida y crispante. Y eso es en autopista. En carreteras viradas, suelen confundir los reflectantes de los guardarraíles con coches que vienen de frente, apagando las largas justo a la entrada de las curvas -una práctica muy mala para el corazón-.
Cómo paliarlo: Si ya lo tienes, resígnate a utilizarlo sólo en autopistas con muy poco tráfico. Si vas a comprar un coche, procura que tenga alumbrado dinámico, una evolución de este sistema que sólo oscurece aquellas zonas de la carretera en las que detecta un usuario que podría ser deslumbrado. Ninguno es perfecto -salvo el Multibeam de Mercedes-, pero son lo bastante buenos como para que compense llevarlos encendidos.
5.- Cámara trasera: Debe ofrecer imagen clara y una senda precisa
Así entorpece: Una buena cámara de marcha atrás debe mostrar una imagen nítida -para distinguir qué hay detrás-; no deformar mucho -para estimar la distancias-; contar con una senda precisa -que indique por dónde va a pasar el coche con precisión de centímetros-; y funcionar en condiciones de baja luminosidad.
Cómo paliarlo: Antes de comprar el coche, comprueba en un lugar oscuro que la imagen es buena y la senda es precisa -apunta para pasar cerca de una columna y comprueba el error-. Si ya tienes el coche, mantén la lente limpia y trata de acostumbrarte a la deformación.
6.- Cámara periférica: ofrece una vista cenital simulada del coche
Así entorpece: Estas cámaras sólo muestran bien lo que está dibujado en el suelo y cerca del coche, pero cualquier objeto que se eleve más de unos 20 cm o se encuentre a más de 50 cm del vehículo aparece demasiado deformado como para que el cerebro humano comprenda de qué se trata. Por ejemplo, el Lexus de la imagen está aparcado frente a cuatro conos… y puedes comprobar que entender la imagen cuesta más que ver un cuadro en 3D.
Cómo paliarlo: Lo mejor es resignarse y asumir que este sistema sólo sirve para centrar bien el coche en una plaza de aparcamiento con marcas bien visibles.
7.- Cambio de carril: cambia de carril de forma automática
Así entorpece: Este es un buen ejemplo de sistema que promete más de lo que es capaz de dar. Podrías pensar que se trata de un asistente capaz de cambiar de carril en esos momentos de tráfico intenso en los que hacerlo por ti mismo resulta estresante. Error: en esas condiciones, estos sistemas nunca se arriesgan a cambiar de carril. Cuando las condiciones del tráfico son ideales -una autopista con amplios carriles y bien señalizados, poca intensidad circulatoria, trazado recto y ningún coche cerca del nuestro- este asistente es capaz de mover lentamente el volante para cambiar de carril de forma suave, ejecutando una maniobra que dura varios segundos.
Cómo paliarlo Nuestra experiencia con los asistentes de cambio de carril de Mercedes -el que mejor funciona- y Tesla es que consiste en un ‘verificador de cambio de carril’. Es decir: si das la orden de cambiar de carril al asistente, y este comienza a ejecutarla, puedes tener la tranquilidad de que la maniobra es segura, porque lo que nunca ha ocurrido es que uno de estos asistentes realice una maniobra peligrosa. Así que la -casi única- situación en la que resultan útiles es la siguiente: si, circulando por autopista con bastante cansancio encima, quieres verificar tu impresión de que realizar un cambio de carril es seguro. En esas circunstancias, es buena idea pedirle al sistema que lo ejecute por ti.
8.- Aparcamiento automático: sólo en casos ideales
Así entorpece: En la redacción de Autofácil nadie recuerda haber usado el aparcamiento automático… salvo por la curiosidad profesional de comprobar qué tal funciona. Y no funciona muy bien. Para ‘ver’ un hueco requiere que haya otros coches aparcados como referencia, y para que pueda aparcar dentro requiere que sea amplio y no haya obstáculos cerca. Y eso, aparcando el línea. La experiencia de aparcar en batería suele ser mucho más decepcionante.
Cómo paliarlo: Comprueba que, al menos, indica en la pantalla hacia dónde piensa mover el coche. Si tu vehículo es muy largo, tienes dificultades para mirar hacia atrás, o se te da muy mal aparcar… tal vez sea útil.
9.- Comandos vocales: puede que tengas que aprender un nuevo idioma
Así entorpece: Hasta hace poco, estos sistemas tenían una sintaxis rígida y limitada -entendían pocos comandos-… y una base de datos aún más limitada, así que tenías que hablar con claridad y en el orden apropiado. Los sistemas conectados como el MBUX de Mercedes han cambiado eso.
Cómo paliarlo: Una forma de diagnóstico es, antes de comprar el vehículo, probar a pedirle que te lleve a un gran centro comercial mencionando sólo su nombre. Si ya tienes el coche, estudia el manual para aprender la sintaxis que espera el sistema. A veces basta con ordenar bien las palabras.
10.- Visión nocturna: ayuda poco y puede ser peligrosa
Así entorpece: La visión nocturna es el ejemplo perfecto de sistema que fue mal implementado. Los primeros sistemas de este tipo funcionando proyectando una imagen de la carretera obtenida mediante una cámara infrarroja -Mercedes- o térmica –BMW, Cadillac, Lexus…-. La idea que el conductor empleara la imagen de la pantalla para localizar peatones y animales situados fuera del alcance de los faros o demasiado camuflados como para resultar evidentes a simple vista -por ejemplo, caminando sin prendas reflectantes o entre matorrales-.
Mercedes lanzó este sistema en 2005, y los fabricantes tardaron cuatro años en admitir que sufrir un accidente mientras mirabas la pantalla era mucho más probable que evitar un atropello gracias a detectar a un peatón en ella. Entonces, en 2009, comenzaron a implementar la función realmente útil de la visión nocturna, que reside en el software que analiza las imágenes por ti, detecta a los peatones, calcula hacia donde se están moviendo, los resalta en la imagen e incluso los alerta con ráfagas de luz larga.
Cómo paliarlo: Lo mejor es no utilizarla. En los modelos antiguos sólo sirve para enseñárselo a los amigos. Y en los nuevos aparece una advertencia en la instrumentación cada vez que se detecta un peatón cerca de nuestra trayectoria, de manera que no es necesario encenderla.
11.- Mover el coche desde la llave… o dispositivo equivalente
Así entorpece: En un futuro cercano será posible aparcar el coche desde el exterior, utilizando la llave o el teléfono móvil. Pero la situación actual dista mucho de esa escena de ciencia ficción. Actualmente, los pocos coches que saben hacer esto -modelos de BMW, Mercedes y Tesla- sólo son capaces de avanzar o retroceder en línea recta, a pequeños trompicones, y solamente durante unos pocos metros -10 m o menos-. Además, iniciar la maniobra requiere invertir cierto tiempo y estar bastante cerca del coche… y nunca tienes la seguridad de que vaya a funcionar.
Cómo paliarlo: Si tu plaza de garaje es muy estrecha y aparcas de frente, puede que este sistema te salve la vida… pero olvídate de usarlo en ‘ocasiones que surjan’, porque no va a funcionar bien.
12.- Frenado automático de emergencia: ¡merece la pena llevarse algún susto!
Así entorpece: Este sistema nos advierte, con luces y sonido, cuando nos aproximamos muy deprisa a un obstáculo, y es capaz de realizar una frenada de emergencia si no hacemos intención de detenernos. El problema es que todos tienden a dar falsas alarmas -e incluso realizar algún amago de frenada sin motivo, especialmente en Suzuki-.
Cómo paliarlo: De ninguna forma: la relación molestia/beneficio de este sistema es enorme. En entornos complejos -por ejemplo, practicando conducción off road-, es recomendable desconectarlo.
13.- Control gestual: te permite hacer muy pocas cosas
Así entorpece: El control por gestos es el futuro… pero, de momento, no es muy útil. BMW lo ofrece en muchos modelos por menos de 300 euros, aunque sólo es capaz de realizar cinco o seis funciones, el reconocimiento del gesto más complejo -pellizcar y desplazar- es mejorable, el pasajero tiende a subir o bajar el volumen de la radio por accidente mientras mueve las manos para explicarte cualquier cosa, y hay que aprenderse para qué sirve cada gesto.
Cómo paliarlo: El reconocimiento accidental de gestos del pasajero requiere algo de paciencia. En cuanto al gesto de pellizcar y arrastrar, es probable que descartes utilizarlo. A cambio, subir la música moviendo un dedo es muy confortable.
En conclusión
De todos los asistentes que puede montar un coche, aproximadamente el 70% necesitarían refinarse para resultar perfectos. Y del 30% restante, resulta fácil encontrar ejemplos de fabricantes en los que el mismo sistema, con el mismo nombre, ofrece un funcionamiento bastante peor que en otros.
Por eso, la primera lección es no confiar ciegamente en la denominación comercial de un sistema, porque todos tienen limitaciones. La segunda es que, antes de comprar un coche, conviene probar a fondo estos asistentes… sobre todo aquellos que vayamos a utilizar de forma intensiva, como si se tratasen de una herramienta de trabajo. Finalmente, si ya disponemos de ellos, tendrás que encontrar el entorno en el que funcionan bien… y resignarte a usarlos sólo en esa clase de situaciones.
Escrito por Álvaro Sauras
Fuente: https://www.autofacil.es
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