Las nuevas tecnologías que mejoran los sistemas de conducción de los automóviles permiten cambios en elementos que hasta el momento era impensable prescindir de ellos. Es el caso de los espejos retrovisores, indispensables para una conducción segura. Lo leemos en infotaller.tv.

Sin embargo, Audi e-tron será el primer coche que sustituirá a los habituales retrovisores por cámaras (los Audi Virtual Mirrors), un monitor y una centralita que conecta los dispositivos de entrada con los de salida a una interfaz para permitir procesar la señal, publica Motor Pasión.

Una mejor aerodinámica, la disminución de masa suspendida fuera de la estructura principal y la seguridad se suman a las pantallas dentro del área del conductor con una calidad de las imágenes procesadas significativamente mejor que la de un espejo convencional en muchas situaciones.

Estos sistemas se unen al HUD (Head-Up Display) que incorporan muchos vehículos y que ofrecen información sin que el conductor desvíe la mirada de la carretera, integrando realidad aumentada mediante hologramas en el parabrisas, según publica El País.

Así lo ha desarrollado la empresa WayRay que acaba de invertir en Hyundai y Porsche para, por ejemplo, mostrar las plazas libres que hay en un aparcamiento o proyectar las indicaciones del navegador sobre la carretera.

Pero con estos nuevos sistemas surgen incógnitas y miedos ante los posibles hackeos que pueden sufrir estos dispositivos, generando problemas de seguridad en la conducción. Así lo han puesto de manifiesto un grupo de investigadores de la Universidad KU Leven, en Bélgica, que ha demostrado que con un ordenador, un par de radios, un disco duro externo y baterías se puede robar un Tesla en segundos, según se hace eco Motor Pasión.

Así, a partir de una base de datos creada por los hackers con todas las claves digitales posibles que se pueden usar para abrir un Model S, estos copiaron la señal del sistema de bloqueo que emite el vehículo y aproximaron la radio a menos de un metro del llavero para engañar al mando y que emitiera dos códigos de respuesta.

Tras ello, se ejecutaron las señales a través de la base de datos que contenía las posibles claves para desencriptar la clave digital y se accedió al automóvil. Con este ataque se puede clonar el llavero y crear uno propio, de forma que se puede desbloquear y conducir el vehículo tantas veces como se quiera.

La compañía de Elon Musk ha respondido con una actualización del software ante este problema de ciberseguridad en el sistema de entrada sin llave, con el que se envía un código cifrado basado en una clave criptográfica secreta a las radios de un automóvil para activarlo y desbloquearlo, lo que permite que el motor del automóvil arranque.

Con la detección de este fallo, Tesla ha implementado una solución que incluye introducir una clave para poder iniciar la conducción. El denominado ‘PIN to drive’.