Para que el uso del hidrógeno como ‘combustible’ en automoción sea viable, hay que conseguir que su producción y uso sean rentables económicamente.
Para que el sueño del hidrógeno sea viable, hay que resolver tres cuestiones. Primero, hay que conseguir producir hidrógeno a un precio lo bastante atractivo: lo bastante bajo como batir en coste a la gasolina, el gasóleo e, incluso, el gas natural. Actualmente, el hidrógeno se vende a unos 12 € el kilo… y habría que reducir su precio a la mitad.
Además, es necesario producirlo sin emisiones de CO2 ya que, como hemos visto en el apartado dedicado a la producción, durante el reformado se emite tanto CO2 que, en términos de efecto invernadero, sería preferible un coche de gas natural.
La buena noticia es que, como para la electrólisis sólo se requiere agua, aquellos países más afortunados en términos de potencial para la generación solar y eólica podrían reducir un montón sus costes energéticos gracias al hidrógeno. El estudio de la derecha, basado en datos de la Agencia Internacional de la Energía, analiza este escenario.
Finalmente, es necesario recortar el coste de las pilas de combustible para fabricar coches más baratos y rentables, que ofrezcan un coste por kilómetro competitivo, comparable al de los coches convencionales.
Se puede producir hidrógeno limpio y barato
España está en una posición bastante buena para producir hidrógeno a bajo coste y usando electricidad ‘barata’ –procedente en parte de excedentes de generación– obtenida mediante fuentes renovables. La AIE estima que podría costar en torno a 2,5 €/kg. Con el coste actual de la electricidad –en torno a 55 €/MWh–, el kilo de hidrógeno saldría a alrededor de 5,5 €/kg… a lo que habría que sumar otro tanto en concepto de distribución y suministro.
Con el coste actual de la gasolina, el punto de inflexión a partir del cual repostar hidrógeno saldría rentable –sin considerar el coste de adquisición del vehículo– se sitúa alrededor de los8 €/kg: un poco más de la mitad del precio actual del hidrógeno en las estaciones de servicio alemanas. En otras palabras: habrá que tirar de solar y eólica para reducir el coste de generación a la mitad.
El coste total del hidrógeno por kilómetro estimado
La gráfica inferior, procedente de un estudio de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), ilustra dos hechos diferentes. Por un lado, pone de manifiesto que, en la actualidad, un coche de pila de combustible es más caro que cualquier otra clase de vehículo. Eso ya lo sabíamos: un Hyundai Nexo cuesta casi 70.000 euros. La parte derecha de la gráfica muestra lo que se espera que ocurra a largo plazo, considerando unos costes estimados –bastante realistas– de 45 €/kW para las pilas de combustible y 100 €/kWh para las baterías.
El pronóstico es que el coste por km de ambas opciones –coche eléctrico de baterías vs pila de combustible– va a estar en un pañuelo… y que todo va a depender del grosor de ese tramo naranja, que representa la incertidumbre en el coste del hidrógeno, la amortización de la red y la producción de electricidad.
Coste de propiedad por combustible y autonomía
Suplemento por incertidumbre en coste de la energía y baja utilización de la infraestructura. | |
Coste del hidrógeno/ electricidad. | |
Coste de la batería o pila de combustible + depósitos de H2. |
FCEV: Fuel Cell Electric Vehicle o coche eléctrico de pila de combustible.
BEV: Battery Electric Vehicle o coche eléctrico alimentado por baterías.
ICE Hybrid: Internal Combustion Engine Hybrid o coche propulsado por un motor de combustión interna con tecnología híbrida.
Escrito por Álvaro Sauras
Fuente: https://www.autofacil.es
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