Ya hemos visto en nuestro blog cuáles son algunas de las principales amenazas para la gestión de riesgos logísticos de las empresas. Problemas como el crecimiento de los inventarios, los desastres naturales, los fallos en la calidad, los robos y la inestabilidad económica son algunos de los enemigos que quitan al sueño a los responsables de las cadenas de suministro del planeta.
Pero de poco servirá conocer los problemas si no tenemos a mano también las soluciones. Para ello hemos recogido las soluciones preferidas de las empresas para su gestión de riesgos logísticos, según un informe realizado por la Universidad de Tennessee.
Las 10 soluciones preferidas para la gestión de riesgos
1.- Proveedores solventes
Los proveedores son, por defecto, una de las mayores fuentes de incertidumbre y de posibles problemas. Retrasos, defectos en la calidad, problemas económicos… Los proveedores, además, tienen ese carácter imprevisible de algo que no podemos controlar al cien por cien (aunque sí debemos medir la calidad del servicio que nos dan). Sin embargo, pese a todos estos problemas que pueden darse, muchas veces se mira a los proveedores en primer lugar a la hora de reducir costes, y esto fomenta la aparición dichos problemas. Por el contrario, lograr un buen abanico de proveedores será una de las mejores ayudas para tu logística.
2.- Reducir tiempos
Cuanto más tiempo necesite toda tu cadena de suministro, más riesgos vas a tener y más difícil va a ser reaccionar a tiempo cuando algo suceda. Por el contrario, comprimir su duración te permite que si algo sale mal puedas solucionarlo en un tiempo menor, además de hacer más sencillo localizar los fallos. Una rotura de stock cuando tardas tres días en poder suministrar el producto de nuevo es mucho menos grave que una en la que tardes tres meses.
3.- Visibilidad
La visibilidad de la cadena de suministro -es decir, el tener a disposición en tiempo real la información de lo que está sucediendo con tu mercancía- es otra solución que tiene que ver con detectar problemas antes de que exploten y, por tanto, solventarlos con menos costes y consecuencias. Es una de las preferidas, ya que cada vez resulta más fácil y económico lograr esta visibilidad.
4.- Competencia logística global
Si nuestra cadena de suministro abarca varios países, hemos de asegurarnos de que los servicios logísticos que tenemos en todos ellos son de calidad. No tiene nada de malo trabajar con operadores que se limiten a un país o a un territorio concreto, e incluso puede ser la mejor solución cuando esa especialización nos aporte una gran calidad. Sin embargo, a la hora de salir fuera hemos de hacerlo con todas las garantías. Tu logística lejos de casa es tan importante como la que ofreces cerca de ti.
5.- Modelos predictivos
Resumido en un refrán: “más vale prevenir que curar”. Desarrollar modelos predictivos y afinarlos constantemente es lo que nos permite conocer las necesidades logísticas que vamos a tener con el tiempo suficiente y con los márgenes de seguridad necesarios. Predecir la demanda, conocer nuestros tiempos de entrega, nuestras capacidades de producción, etc.
Un problema es menos problema cuando sucede a 30 kilómetros de distancia que cuando entre nosotros y el proveedor hay 30 países.
6.- Carga aérea
En el polo opuesto al punto anterior nos encontramos la carga aérea y al resto de servicios urgentes cuando los empleamos para solventar una incidencia. Es importante indicar que estos recursos deben ser el botón de emergencia de última hora, ya que siempre vamos a pagar un coste superior al de un tránsito normal. Sin embargo, también resulta útil tener a mano soluciones para cuando las previsiones fallan y los problemas se presentan sin avisar.
7.- Añadir inventario
Los inventarios viven sujetos a dos tendencias opuestas: por un lado el deseo de reducirlos todo lo posible para reducir costes y, por el otro, la posibilidad de aumentarlos para mitigar los problemas de desabastecimiento. Las compañías invierten cada vez más recursos en tratar de determinar cuáles son las cantidades mínimas necesarias para que los costes mejoren pero sin poner en peligro la integridad de la cadena de suministro.
8.- Proveedores internos o cercanos
Es evidente que un problema es menos problema cuando sucede a 30 kilómetros de distancia que cuando entre nosotros y el proveedor hay 30 países. Hasta hace no mucho, el boom de las deslocalizaciones urgía a llevar la producción lejos de las zonas natales de las empresas. Sin embargo, este proceso se ha ralentizado en los últimos tiempos y muchas compañías están replanteándose la ubicación de los proveedores estratégicos. Tener muy dispersos a los distintos proveedores es una dificultad logística adicional.
9.- Fondos de reserva
La mayoría de riesgos llevan implícita la amenaza de sufrir costes extra. Por eso, la opción de aumentar los fondos de reserva y poder acudir a ellos en caso de necesidad es otra de las posibilidades a la hora de mitigar los posibles efectos perniciosos. Ya sea por tener que reconstruir unas instalaciones, por tener que volver a adquirir mercancía que ha resultado defectuosa o por el impago de un cliente, aumentar la solvencia puede sacarnos de más de un atolladero.
Sin embargo, cuanto mayores sean los fondos de reserva, más dinero tendremos inmovilizado en la compañía. Por eso esta alternativa aparece relegada al penúltimo puesto en las preferencias de las compañías encuestadas.
10.- Adquirir seguros
En último lugar, para sorpresa de los autores del estudio, aparece la adquisición de seguros, con una nota de 4,5 sobre 10. Algo llamativo teniendo en cuenta que por mucho que queramos prevenir y reducir las posibilidades de que los problemas aparezcan, nunca vamos a poder eliminar completamente nuestros riesgos. Y cubrirse las espaldas con un seguro, pese a su coste económico, puede ser fundamental tanto en el día a día como en los casos más extremos.
El informe también resalta cómo la solución a priori más adelantada a nivel tecnológico de todas las mencionadas -el uso de modelos predictivos- sea valorada al mismo nivel que la que supone un menor desarrollo, optimización e innovación en términos logísticos: la contratación de envíos aéreos u otras formas exprés para solventar retrasos. Es decir, acudir al recurso fácil del sobrecoste antes que aplicar una innovación tecnológica.
En cualquier caso, es importante recordar que todas estas soluciones no son excluyentes. Lo mejor es, tras un buen análisis de los riesgos particulares a los que nos enfrentamos, diseñar e implementar soluciones personalizadas dependiendo tanto de nuestras necesidades concretas como de los recursos que tengamos disponibles.
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Fuente: https://www.transgesa.com
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