Para la mayoría de las personas cercanas al mundo de la industria, el Lean Manufacturing y el Six Sigma son dos viejos conocidos. Dos conjuntos de herramientas destinados a optimizar la manera en la que las empresas trabajan y producen. Sin embargo, su gran presencia en firmas de todo el mundo no ha detenido el esfuerzo de las empresas por seguir mejorando. Y una de las técnicas que ha tenido más éxito después de estos dos gigantes es la Fabricación de respuesta rápida (o Quick Response Manufacturing – QRM). Su receta: poner a funcionar tu empresa a toda velocidad.
Qué es la Fabricación de Respuesta Rápida
El Centro para la Fabricación de Respuesta Rápida de la Universidad de Wisconsin, fundado por Rajan Suri, uno de los principales autores de la filosofía QRM, define así el término: “Es una estrategia para toda la compañía para reducir los tiempos de fabricación en todas las fases de la manufactura y de las operaciones de oficina. Puede hacer que tusproductos lleguen antes al mercado y ayudarte a competir en un escenario de cambios rápidos en las manufacturas”.
Ante todo, la técnica del Quick Response Manufacturing (QRM) está centrada en reducir los tiempos de fabricación. Este foco en la velocidad es lo que le diferencia del Sigma y del Lean. Estos dos últimos buscan la mayor estandarización posible, reduciendo la variabilidad y eliminando errores, desperdicios e ineficiencias; un enfoque que se ha mostrado especialmente útil cuando se aplica a volúmenes de producción muy grandes y muy estandarizados.
Por su parte, la Fabricación de respuesta rápida está más indicada para dos tipos de empresas: aquellas que crean productos con un alto grado de diseño, en pequeñas cantidades o muy personalizados y aquellas que tienen gran número de referencias con grandes fluctuaciones en la demanda. Por eso, mientras que modelos como Lean y Sigma están especialmente indicados para procesos masivos, el QRM está encontrando su propio nicho de mercado.
«El ahorro en tiempo para las empresas que apliquen sus principios puede llegar a ser del 95%»
Luchando contra la variabilidad
En este tipo de mercados de menor volumen se dan dos problemas relacionados con la variabilidad: la variabilidad disfuncional y la estratégica. La primera incluye los errores en la fabricación, el nivel de desperdicios, los fallos organizativos, las ineficiencias, etc. Es decir, dificultades a las que también hacen frente los modelos Lean y Sigma.
Sin embargo, la Fabricación de respuesta rápida apunta a la variabilidad estratégica, que es la variabilidad que las empresas tratan de utilizar en su beneficio para competir. Capacidad de adaptarse e innovar, de cambiar rápidamente según las peticiones del mercado y de los clientes, de digerir cambios abruptos en la demanda, de ofrecer niveles altos de personalización en los productos… Las empresas que tienen -o quieren tener- estas virtudes en su oferta de valor son las más propicias para aplicar la Fabricación de respuesta rápida.
Cómo funciona
La clave de este sistema es la velocidad y para ello necesita implicar a toda la empresa en el cambio necesario para lograrla. Uno de los sellos distintivos de la QRM es la creación de células -en lugar de la tradicional división por departamentos-, a las que se les otorga un conocimiento más global sobre los procesos de la empresa. Esto contribuye a que comprendan mejor los beneficios del modelo y el funcionamiento de la compañía. También se les dota de mayor autonomía y responsabilidad a la hora de gestionar y diseñar los procesos.
Otro de las características más llamativas es la sustitución del dinero por el tiempo. La mayoría de empresas mide sus procesos de forma que en última instancia el resultado se mide en cantidades económicas. Sin embargo, los resultados de la Fabricación de respuesta rápida se dan en tiempo, ayudando a acentuar su importancia. Porque el tiempo va a pasar a ser una ventaja estratégica para nuestra empresa.
Para lograr este cambio de mentalidad en la empresa son muy útiles los llamados Manufacturing Critical Path Time. La idea consiste medir los distintos pasos de un proceso; habitualmente desde que nuestra empresa recibe un pedido hasta que este es entregado al cliente. En cada uno de esos pasos se controla el tiempo transcurrido y, aún más importante, la cantidad de ese tiempo en la que se ha estado trabajando efectivamente en el proceso. De esta forma, y trasladándolo a un mapa parecido al siguiente, logramos visualizar cuánto tiempo se pierde en las compañías.
Otro aspecto a destacar del QRM es su naturaleza transversal. Si tu empresa decide aplicar esta metodología no va a trabajar solo con los procesos y el personal directamente implicados con la manufactura, sino que va a instalarse en toda la compañía. Es decir: logística, administración, comercial, compras… Todos ellos son parte del engranaje que lleva desde la recepción de la orden a la entrega del pedido.
Ventajas
Entre sus principales ventajas están:
Reducción de tiempo
¿Cómo afectaría a tu empresa pasar de presupuestar un pedido, desde su diseño hasta su entrega, en cinco semanas a poder hacerlo en solo una? ¿Qué harías con esas cuatro semanas de más? ¿Cuánta distancia podrías sacarle a tus competidores? ¿Y si fueras el más rápido en poder diseñar una solución al nuevo problema de vuestro sector? La velocidad es una ventaja que puedes esgrimir frente a tus clientes y que puede marcar la diferencia entre tú y la competencia, por lo que el trabajo con tus proveedores logísticos será parte fundamental para acelerar tus entregas.
Mejora en la calidad
La velocidad, si está bien hecha, se traduce en calidad. Reducir el tiempo en el que atendemos a nuestros clientes va a suponer una mejora en su satisfacción y una razón más para que sigan confiando en nuestra compañía. Además, entre otras ventajas, un proceso más afinado y con menos tiempos muertos disminuye las posibilidades de que la mercancía se deteriore, se caduque o se extravíe durante el mismo.
Mejora en la competitividad
Reducir el tiempo no solo te hace ser más rápido. En los sectores en los que destaca la Fabricación de Respuesta Rápida, te permite ofrecer a tus clientes productos más personalizados o diseños más actualizados que incluyan las últimas mejoras y novedades. No vas a ser solo el primero que esté en su puerta, sino que vas a poder hacerlo con el mejor producto o la propuesta más novedosa.
Satisfacción en los trabajadores
Si logramos instalar con éxito la metodología QRM en nuestros equipos, fomentaremos la sensación de reto para estar a la par o por delante de la velocidad del mercado, de constante renovación, actualización y aprendizaje. También se fomenta el trabajo en equipo y la mejor interacción entre departamentos -ahora células-, además de la autonomía de los empleados. Del mismo modo que se reducen las horas muertas, que producen sensación de hartazgo y desmotivación.
Mejora del flujo de caja
Hasta el momento del cobro, los gastos que nuestra empresa ha generado durante todo el proceso suponen tensión para nuestro flujo de caja. Así que resulta obvio que cuanto más acortemos este trayecto, menos gasto tendremos ‘circulando’ sin que hayamos llegado aún a cobrarlo.
Traduciendo estas ventajas a números, según el Centro para el QRM de la Universidad de Wisconsin, el ahorro en tiempo para las empresas que apliquen sus principios puede llegar a ser del 95% sobre el total. Además de hasta un 30% de ahorro en costes, de una mejora del 60% en las entregas a tiempo y una reducción de restos y de las reelaboraciones de material defectuoso de hasta el 80%. Desde luego, un buen reclamo para analizar si la Fabricación de respuesta rápida se adapta a tus necesidades.
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