La constante evolución en el mundo del automóvil y en concreto la relativa a la seguridad, tanto del conductor como de los peatones que circulan, llevan a los fabricantes de automóviles a incorporar novedades en los sistemas de seguridad del vehículo, como por ejemplo, el airbag para peatones.
Cuando se produce el atropello de un peatón, la inercia tiende a impulsar el cuerpo hacia la luna delantera y se producen lesiones graves en la cabeza por el impacto ocasionado.
Es en el año 2009, cuando el laboratorio EuroNCAP, puntero en seguridad de vehículos, incorporó el test de protección de peatones. En un primer momento, el sistema desarrollado consistía en la elevación del capó ante una colisión. En concreto, la marca Citroën, con el modelo C6, fue el primer fabricante de vehículos en proponer este sistema de capó activo. El sistema incorpora unos captadores de golpe electrónicos en el travesaño delantero que se encargan de detectar un impacto en cuestión de milisegundos.
Más adelante la marca de vehículos Volvo en el salón del automóvil de Ginebra de 2012, presentaba el novedoso sistema de airbag para peatones. En un principio, este sistema estaba formado por una serie de sensores, alrededor de siete, colocados en la parte frontal del vehículo, junto a una bolsa que se desplegaba en la zona baja del parabrisas o luna delantera. En la actualidad, este sistema ha evolucionado y ahora, además, integra un radar con cámara en el espejo retrovisor interior.
Los sensores informan a través de señales a una unidad de control que, en condiciones normales, las procesa sin más. Pero en el momento que la parte delantera del vehículo entra en contacto con un objeto, las señales que llegan a la unidad de control cambian, pasar a ser procesadas. Así las cosas, si el sistema interpretase que se trata de una pierna humana activaría el airbag.
El airbag se despliega entre el capó y la luna delantera
Cuando el airbag de peatones se activa por un atropello, un mecanismo pirotécnico integrado en las bisagras hace que el capó sea liberado en su parte trasera, elevándose unos 10 centímetros, impulsado a su vez por la bolsa del airbag al llenarse de gas.
Este tipo de airbag cumple con dos funciones esenciales: en primer lugar, eleva el capó para que haya una distancia entre los componentes rígidos del motor y el capó, y como segunda función, amortigua el impacto del peatón contra las partes que existen junto a la luna parabrisas. Una vez inflado por completo el airbag, éste ocupa un tercio de la luna parabrisas, en apenas unas centésimas de segundo.
El sistema de airbag de protección de peatones va a funcionar a una determinada velocidad, activándose entre los 20 y los 50 kilómetros por hora, ya que hay estudios que han determinado que la mayoría de accidentes se producen a una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora.
En definitiva, este sistema ha evolucionado considerablemente para proteger tanto a peatones como a ciclistas, ya que las marcas de automóviles apuestan continuamente tanto por la seguridad de conductor como de los usuarios de la vías y calzadas.
Escrito por Juan Pedro Mateos-Aparicio
Fuente: https://www.autofacil.es
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