El transporte en las ciudades no para de crecer. Actualmente, el 64% de todos los viajes tienen lugar en un entorno urbano y se espera que el número de kilómetros recorridos en estos viajes se triplique para el año 2050. Esta tendencia obliga a acelerar los pasos para que este crecimiento sea sostenible y no colapse las grandes metrópolis (y las no tan grandes). Para ello, el desarrollo de las ciudades inteligentes se perfila como una de las soluciones imprescindibles.
Qué es el transporte urbano
Antes de ver qué herramientas pueden ayudar a paliar esta congestión, vamos a ver qué es exactamente el Transporte Urbano. La Comisión Europea lo define así: “El Transporte Urbano de mercancías y las operaciones logísticas están relacionados con las actividades de entrega y recogida de productos en las ciudades y en los centros de las ciudades. Estas actividades a menudo reciben el nombre de “logística urbana”, ya que conllevan el proceso de transporte, manipulación y almacenaje de productos, el manejo del inventario, desperdicios, devoluciones, así como los servicios de entrega a domicilio”.
Es frecuente pensar en la logística urbana como el reparto de lo que compramos en comercios electrónicos. Sin embargo, esta definición de la Comisión Europea demuestra cómo el concepto es mucho mayor. El abastecimiento de las tiendas, el servicio postal, las entregas de comida a domicilio, la gestión de desperdicios… El abanico se hace mucho más amplio y se hace más evidente su importancia y complejidad.
Con el crecimiento urbano aumentan el número de entregas, el número de vehículos, de kilómetros recorridos, el porcentaje de espacio ocupado en las carreteras, etc. A lo que se suman las dificultades generadas por las nuevas normativas -uso de camiones más pequeños (lo que repercute en el uso de más vehículos) , menos horas de acceso a ciertas zonas, etc.-. Es decir, nos enfrentamos al choque entre la necesidad de hacer más entregas y la tendencia de las ciudades a querer menos vehículos por sus calles.
Qué soluciones pueden aportar las ciudades inteligentes
Móviles inteligentes, relojes inteligentes, neveras inteligentes… A día de hoy, el desarrollo tecnológico está modificando todo nuestro entorno, incorporando avances para aumentar la funcionalidad de lo que nos rodea.
Estos son algunos de los desarrollos que se están haciendo para mejorar la logística urbana:
Taquillas inteligentes
Las taquillas inteligentes son puntos en los que se concentran muchas entregas para diversos destinatarios, que pueden recoger sus productos en el momento que les resulte más conveniente. Estas pueden colocarse en espacios públicos, comercios, urbanizaciones, estaciones de transporte, etc.
Esta clase de dispositivos tienen varias ventajas: se reduce el número de kilómetros necesarios para las entregas (al reducirse el número de destinos a cubrir), disminuye el número de entregas fallidas por falta de gente en los domicilios, se rebajan los costes de la distribución y se amplían los horarios de recogida para el cliente, que no tiene que estar pendiente de la llegada del repartidor.
Las empresas de transporte norteamericanas pierden cada año 27.000 millones de dólares debido a los atascos
Información en tiempo real
El reto en este terreno es unir el conocimiento sobre el estado de las carreteras con la gestión de las rutas y hacer llegar esta información a los conductores. A primera vista, resulta fácil infravalorar la importancia que esto puede tener, pero las estadísticas son concluyentes. Según los datos del Departamento de Transporte de EEUU, las empresas de transporte norteamericanas pierden cada año 27.000 millones de dólares en horas de espera y gasto de combustible debido a los atascos, mientras que el coste anual de los retrasos debidos a la lluvia se sitúa entre los 2.200 y los 3.500 millones de dólares.
El desarrollo de ciudades inteligentes que avisen en tiempo real sobre incidencias en sus carreteras, sobre cuáles son las mejores rutas alternativas teniendo en cuenta el estado del tráfico o que dispongan de señales de tráfico inteligentes -que puedan cambiar los límites de velocidad según el tiempo-, facilitarán esa integración entre la ciudad, el gestor de tráfico y el conductor, que incidirá en una mejora de las rutas.
Las señales de tráfico también pueden adaptarse a la creciente necesidad de la logística urbana. Ya se han lanzado propuestas sobre la posibilidad de que los semáforos de las ciudades inteligentes detecten la presencia de vehículos de transporte urbano y lo tengan en cuenta a la hora de priorizar y agilizar su paso.
Controles de accesos Smart
La restricción de accesos por tipo de vehículos y horas es una de las problemáticas con las que tienen que lidiar la logística urbana. Por eso se está mejorando el control de accesos con sistemas como barreras automatizadas o videocámaras que detecten la autorización de los vehículos.
Entre las iniciativas que han comenzado a usarse en algunas ciudades está la de cobrar un canon por la entrada de cada vehículo de reparto a las zonas céntricas y aumentar el coste por cada punto de entrega adicional. Esto está destinado a reducir el número de kilómetros recorridos al fomentar que se optimicen las entregas, reduciendo el número de destinos.
El uso y disponibilidad de zonas de carga y descarga también es susceptible de volverse más inteligente. Por ejemplo, automatizando e integrando con los operadores logísticos la ocupación de aparcamientos o de zonas de carga y descarga, incluyendo su posible reserva.
Más allá de la tecnología
Aunque el apelativo de inteligentes está íntimamente ligado con la tecnología, existen otras iniciativas que tienen que ver más con la racionalización. Una de las más destacadas es la reorganización de los almacenes. El reto de la logística urbana invita a la creación de un mayor número de almacenes más pequeños y más cercanos a los destinos de entrega, para reducir el número de kilómetros recorridos.
No obstante, la tecnología seguirá siendo fundamental en estos nuevos modelos de almacenes, especialmente en aquellos que incluso puedan llegar a ser compartidos por varias empresas. Por ejemplo, a la hora de poder dar intervalos de tiempo de espera y de disponibilidad de entrada en muelle. Herramientas que también puede trasladarse a los almacenes de destino.
El reto que supone el transporte urbano es tan grande como su crecimiento. Sin embargo, a nivel tecnológico podemos estar solo ante la punta del iceberg de un enorme campo de posibilidades: geoposicionamiento de la mercancía por palés e incluso por bultos, aplicación del internet de las cosas, optimización de rutas en tiempo real, desarrollo tecnológico de las carreteras… Grandes herramientas, como las ciudades inteligentes, para los grandes desafíos que ya han comenzado a llegar.
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Fuente: https://www.transgesa.com
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