Cuando hablamos de logística, inmediatamente se vienen a la cabeza imágenes de camiones, paquetes, almacenes, tráileres, albaranes, pedidos, indicadores, decisiones… Un gran batiburrillo de cosas a las que es necesario poner orden. Y es ahí donde entra en juego la gestión logística, que es la que va a marcar la diferencia en los resultados que consiga tu cadena de suministro.
Qué es la gestión logística
Si la logística es la ejecución de los procesos de tu cadena de suministro, la gestión logística es el acto de pararse, levantar la cabeza, y elaborar un plan para que tu cadena de suministro realmente funcione y sea eficiente. Darnos cuenta de por qué hacemos lo que hacemos y qué medidas vamos a tomar para hacerlo mejor. Esta planificación es la que permite que la gestión logística sea la fuente del valor que se le aporta al cliente.
Para comprender la gestión logística lo primero es darse cuenta de la cantidad de áreas y procesos que abarca y de personas y departamentos a los que implica. Desde la logística de aprovisionamiento de productos para realizar las labores de la empresa hasta la satisfacción del cliente y todo lo que se encuentra en medio. Los departamentos de marketing y ventas con sus predicciones de la demanda y sus campañas publicitarias, los de atención al cliente, los de compras, los de producción, etc.
Así mismo, la naturaleza de las decisiones que han de tomar es muy diversa, lo que incide en ese enfoque multidisciplinar que, cada día más, tiene la logística dentro de las empresas. La gestión logística responde a preguntas como qué clase de cadena de suministro queremos ser, cuál es el tipo de almacén adecuado para nuestras necesidades, dónde vamos a ubicar nuestros almacenes y cuántos necesitamos, qué niveles de servicio son los más adecuados para cada producto de nuestro catálogo, cuánto stock de seguridad necesitamos, cómo vamos a reducir las roturas durante el transporte… y así un etcétera casi infinito.
Para complicarlo un poco más, en la gestión logística las malas decisiones crean problemas que, a su vez, suelen irse haciéndose más grandes con el tiempo. O, tal vez peor, se quedan enquistados para siempre sin que nadie los solucione, produciendo ineficiencias día tras día en tu cadena de suministro.
La logística abarca desde la mera concepción del producto hasta la entrega final en manos del usuario
Objetivos
Si tantas tareas, trabajos y secciones se ven influenciadas por la gestión logística, ¿cuáles son sus objetivos?
Según la EAE School podemos distinguir los siguientes objetivos:
- Aumentar la competitividad
- Minimizar errores
- Aumentar los niveles de calidad
- Disminuir el gasto
- Incrementar la productividad
- Mejorar el rendimiento
Independientemente de a qué autor acudamos, los objetivos van a tener una raíz común: la racionalización y mejora de nuestros procesos. Es fácil ver cómo estos principios se pueden aplicar a las diversas áreas que hemos comentado, ya sea mejorando eficiencia en la descarga de nuestros camiones o nuestra capacidad de reducir stocks afinando más la predicción de la demanda.
Cómo mejorar tu gestión logística
Para poder decidir con éxito sobre tantas cuestiones la gestión logística necesita una brújula fiable: los indicadores de desempeño o KPIs. Baremos y estadísticas que den una imagen fidedigna del rendimiento de nuestra empresa en los procesos de los que somos responsables.
A grandes rasgos podemos distinguir tres factores que queremos analizar con nuestros KPIs; la rapidez con la que hacemos las cosas, el coste al que las hacemos y la calidad que recibe el cliente. Veamos algunos ejemplos de los KPIs que podemos establecer según cada área de nuestra logística:
- Producción: unidades producidas por hora, porcentaje de productos defectuosos, coste por unidad producida, coste por los productos defectuosos.
- Almacenamiento: precio por unidad almacenada, porcentaje de mercancías obsoletas, precisión del inventario, porcentaje de mercancía fuera de stock.
- Preparación de pedidos: tiempo de preparación por pedido, coste por preparación de pedido, precisión en la preparación de pedidos.
- Transporte: distancia media de cada envío, coste medio de la entrega, kilos enviados, tiempo de entrega, relación entre el coste de envío y el total de ventas.
- Entrega: porcentaje de entregas exitosas a la primera, porcentaje de entregas a tiempo -contando solo transporte, desde la recepción del pedido o desde otro punto-, entregas completas, entregas sin rotura.
- Calidad / Servicio al cliente: porcentaje de entregas con reclamación, encuestas de satisfacción de clientes, media de retención/pérdida de clientes, devoluciones.
Crear unos buenos indicadores te permitirá detectar donde están los puntos de dolor de tu logística y atacarlos. ¿Tu capacidad para preparar pedidos está por debajo de la competencia y necesitas invertir en su automatización? ¿Tienes problemas con tus compras o para predecir la demanda por defectos a la hora de compartir información entre los departamentos? ¿O nuestra dificultad con los clientes está en las roturas y podría ayudarnos algo más simple como una mejor protección durante el packaging?
Los indicadores pueden ayudarte a saber si necesitas una gran apuesta, como renovar todo tu CRM, o algo más sencillo como invertir en embalaje antideslizante para proteger tus envíos. Y, además, van a ser tu mejor aliado a la hora de decidir las estrategias de tu gestión logística. De saber por qué haces las cosas, qué cosas debes dejar de hacer y cuáles has de comenzar a realizar.
La logística es tan importante en la actualidad que debe ser tomada en consideración desde el primer momento. Desde la mera concepción del producto hasta la entrega final en manos del usuario. Por eso es tan importante el enfoque integral que debe tener una buena gestión logística.
Si logramos afinar realmente todo el recorrido estaremos construyendo una auténtica cadena de suministro en vez de la mera continuación de eslabones descoordinados. Y en la medida en que hagamos realidad los factores que perseguíamos con nuestros KPIs (coste, rapidez y calidad) estaremos siendo más eficientes, ofreciendo más a nuestros clientes y, en definitiva, teniendo una ventaja competitiva frente a la competencia.
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Fuente: https://www.transgesa.com
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