En la soleada y próspera California no solamente fabrica coches eléctricos una compañía llamada Tesla. Hay más, entre ellas Zero Labs. Una empresa que se dedica a transformar modelos antiguos en modernos vehículos eléctricos, manteniendo únicamente el chasis original y transformando todo lo demás. Tras haber presentado el Ford Bronco eléctrico, ahora han decidido transformar el que probablemente sea el todoterreno por antonomasia: el mítico Land Rover.

El último modelo que propone Zero Labs está creado a partir de un Land-Rover Series III 109 Wagon original, un modelo que se construyó entre 1971 y 1985, el cual se ha modificado extensamente tanto por fuera como por dentro con unos acabados de primer nivel. A nivel estético se ha mantenido el aspecto original de manera fiel, si bien algunos pequeños detalles le delatan.

Land Rover Series III eléctrico de Zero Labs.

Zero Labs ofrece dos versiones: Classic y Beach. La primera cuenta con una carrocería tradicional de techo rígido, construida en aluminio, llantas de acero de diseño clásico y el color de la pintura y la tapicería con el aspecto original de fábrica, aunque totalmente restaurado.

La versión Beach, por su parte, cuenta con una carrocería con capota blanda retráctil que deja parcialmente al descubierto el habitáculo. Por esta razón, esta versión se ha equipado con una mayor protección de los componentes electrónicos frente a la radiación UV, el agua y el salitre. En el interior hay materiales resistentes a las manchas, la corrosión y la humedad, y el techo puede alojar una tabla de surf.

Ford Bronco (izq) y Land Rover Series III (der) eléctricos.

Aunque mantiene el chasis original, este Land Rover Series III eléctrico cuenta con modificaciones importantes como la suspensión independiente de paralelogramo deformable en ambos ejes.

A ello hay que añadir su propulsor eléctrico, que permite circular sin emisiones. La versión básica tiene un motor eléctrico de 300 caballos en el eje trasero, pero se ofrece otra de 600 caballos y tracción total que añade un segundo motor en el eje delantero. Se puede elegir una batería de 85 o 100 kWh de capacidad, con una autonomía de hasta 378 kilómetros en el caso de la batería de mayor capacidad. 

Ambas versiones tienen un precio de partida de 185.000 dólares, que son 156.000 euros al cambio actual; un precio notablemente alto fruto del elevado nivel de artesanía requerido y la reducida producción de los coches. Una tarifa que a buen seguro subirá como la espuma a medida que aumente el grado de personalización.