La luna del coche o parabrisas se encarga de evitar la entrada de objetos u elementos al interior del habitáculo y, en caso de accidente, evita en la medida de lo posible que los ocupantes puedan salir despedidos del automóvil.
La evolución en la fabricación de los vehículos, hace que las marcas incorporen entre otros elementos, lunas parabrisas cada vez más seguras y con una tecnología muy avanzada para adaptarlas a los nuevos sistemas ADAS (Sistemas de Ayuda a la Conducción).
Las lunas se pueden fabricar de diferentes laminados, pudiendo ser tintados, atérmicos, térmicos etc., y de diferentes tipos de vidrio. Las características específicas de cada luna del coche van a depender de varios factores y de los materiales que las componen. Dependiendo del fabricante del vehículo, se van a montar diferentes tipos de lunas, siendo las más habituales las siguientes:
Lunas templadas. Están compuestas por una sola capa de vidrio, con un grosor de unos 5 mm. y endurecida mediante tratamiento térmico en hornos a 600ºC. Son lunas que tienen una resistencia muy elevada ante un impacto, pero que si se rompe se hace mil pedazos, utilizándolas en las puertas y luneta trasera.
Luna laminada. La composición es más compleja que la luna templada y están formadas por una capa de vidrio exterior, una capa de plástico intermedio denominado PVB (polivinilbutiral) y otra capa de vidrio interior. Es un vidrio más flexible que la luna templada y no se rompe en mil pedazos, sino que ante un impacto se le abren grietas que en algunos casos pueden ser reparadas con los equipos de reparación para tal fin.
Lunas tintadas. Son lunas que han sido tratadas en su fabricación con un determinado color, con el fin de absorber la energía solar y reducir la cantidad de calor que entra al interior del habitáculo. Este tipo de lunas deben cumplir con la directiva 2001/92/CEE, en su Orden ITC/1992/2010, la cual regula la instalación de vidrios tintados en un vehículo.
Lunas electrocrómicas. Son lunas cuya característica es oscurecerse o aclararse dependiendo de la incidencia de los rayos solares.
Lunas atérmicas. Cumplen la función de disminuir el deslumbramiento por superficies reflectantes o por la gran luminosidad que existe en ciertas épocas del año. Para evitar el deslumbramiento, las lunas o cristales son coloreadas con óxidos metálicos que son disueltos en la masa de vidrio antes de ser fabricadas por colada y ser laminadas por placas, no modificando apenas su transparencia y el color común del cristal.
Los óxidos que se utilizan en la coloración son, para coloraciones verdes: óxidos de hierro y cromo; para los cristales azules cobalto; y para los cristales color bronce níquel. Estos cristales se caracterizan por absorber gran cantidad de rayos ultravioletas que son visibles y rayos infrarrojos que emite el sol.
Con este tipo de lunas se consigue reducir el tiempo que se necesita para alcanzar la temperatura deseada en el interior del habitáculo, reduciendo el tiempo que tiene que estar funcionando el climatizador, bajando el consumo de combustible y por consiguiente las emisiones de gases contaminantes del motor.
Lunas térmicas o calefactadas. Son cristales que incorporan un sistema eléctrico de calefacción para eliminar el hielo, vaho o escarcha de la luna. Habitualmente se montan en la luna trasera y según modelos de vehículo y zonas geográficas, también pueden ir montadas en la luna parabrisas delantera.
Cristales atérmicos
La evolución de los vidrios que se montan en un vehículo, hace que conducir en las diferentes estaciones del año se haga de una forma cómoda y segura, contribuyendo a que la temperatura interior sea la idónea aún haciendo frío o calor en el exterior y proporcionando buena visibilidad al no ser deslumbrados por los rayos solares.
La mayoría de los vehículos incorporan parasoles que cumplen la misión de evitar que el conductor o el ocupante del vehículo se deslumbre con el sol. Antiguamente, incluso, se ponían unas bandas de color oscuro en la parte superior de la luna parabrisas delantera que hacía las funciones del parasol.
Ahora, la evolución de la tecnología en la fabricación de los vehículos ha conseguido que las marcas incorporen ,que mantienen la temperatura en el interior del vehículo estable. Hay que destacar que no es algo nuevo, ya que se lleva montando en vehículos unos cuantos años, sin embargo, no en todos los vehículos se incorpora como equipamiento de serie.
Los cristales atérmicos son capaces de absorber en gran parte los rayos del sol, lo cual provoca que el calor transmitido al interior del habitáculo sea menor. Reduciendo la radiación que entra en el interior del habitáculo, también se consigue reducir el deterioro de las partes compuestas por plásticos como el salpicadero, molduras interiores, volante etc.
¿Sabes cual es su función y como están fabricados?
Los cristales atérmicos cumplen la función de disminuir el deslumbramiento por superficies reflectantes o por la gran luminosidad que existe en ciertas épocas del año.
Para evitar el deslumbramiento, las lunas o cristales son coloreadas con óxidos metálicos, disueltos en la masa de vidrio antes de ser fabricadas por colada y ser laminadas por placas. Estos oxidos apenas modifican la transparencia y el color común del cristal.
Los óxidos que se utilizan en la coloración son:
- Para coloraciones verdes: óxidos de hierro y cromo
- Para los cristales azules: cobalto
- Para los cristales color bronce: níquel.
Estos cristales se caracterizan por absorber gran cantidad de rayos ultravioletas que son visibles y de los rayos infrarrojos que emite el sol. Según sea la coloración (suele ser de un 35% respecto a un cristal normal) y el espesor del cristal, puede aumentar su eficacia al cumplir esta misión.
Otra función que cumplen este tipo de cristales es la reducción de un 1% de las emisiones de CO2, ya que, también incorporan partículas de plata que reflejan la luz solar hacia el exterior o la dirigen hacia los extremos, reduciendo hasta un 50% el calor del interior del habitáculo.
Con esto se consigue que se reduzca el tiempo que se necesita para alcanzar la temperatura deseada en el interior del habitáculo, reduciendo el tiempo que tiene que estar funcionando el climatizador, minimizando el consumo y, por consiguiente, las emisiones de gases contaminantes del motor.
Muchas son las ventajas de este tipo de cristales, pero también surgen algunos inconvenientes, siendo uno de ellos las interferencias que causa en la señal de GPS y de los dispositivos que hay en los peajes de autopistas (telepeaje).
Debido a la incorporación de partículas de plata, las lunas atérmicas reducen la capacidad de recibir señal de la antena GPS y por esta razón los fabricantes dejan un espacio libre encima del espejo retrovisor (puntos negros-rugosos alrededor del espejo retrovisor). Este espacio sirve para poner los sensores del peaje de autopista, un detector portátil u otros sensores que también son sensibles a la protección atérmica.
Para el GPS la mayoría llevan un chip de alta sensibilidad y, además, la señal puede entrar por los demás cristales del vehículo que no suelen ser atérmicos. Para saber si nuestra luna es atérmica, en primer lugar debemos consultar el manual de instrucciones o directamente preguntar a la marca del vehículo a través del concesionario y, en segundo lugar, si miramos el cristal de forma oblicua podremos ver tonos azulados que son generados por la lámina especial que incorpora.
Es muy importante a la hora de sustituir la luna, ya que, tiene que ser igual a la que lleva o de lo contrario tendremos problemas continuos de deslumbramiento.
Escrito por Juan Pedro Mateos-Aparicio
Fuente: https://www.autofacil.es
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