A lo largo de una cadena de suministro (aprovisionamiento, fabricación, distribución, atención al cliente, logística inversa…) hay una multitud de procesos que pueden ser automatizados. Además, las promesas de la automatización suenan muy bien en un entorno como el actual, en el que las principales compañías tienen cada vez una presión mayor para lograr ser más eficientes y más competitivos. Pero, ¿en qué punto se encuentra la automatización logística?
Esta semana vamos a analizar cuál es el estado de la actualización en las cadenas de suministro, cuáles son las principales barreras que las empresas encuentran a la hora de apostar por ella y cuáles son los beneficios que se pueden obtener a través de la automatización logística.
Ventajas de la automatización logística
Podemos dividir las ventajas de la automatización en tres tipos, atendiendo a cómo de evidentes resultan sus beneficios.
Beneficios ‘hard’ o evidentes
Una automatización exitosa debería ser capaz de reducir la cantidad de horas de mano de obra necesarias para conseguir los mismos resultados de antes de la automatización. Esto supone una mejora de costes y es uno de los resultados que más salta a la vista.
Beneficios ‘soft’, menos evidentes
La automatización logística también produce una serie de efectos menos visibles pero que también van a repercutir en la eficiencia de la cadena de suministro. Por ejemplo, una cadena de suministro automatizada desde un extremo a otro puede gestionar y prever mejor su demanda, lo que supondrá también una mejora en los índices de stock, los volúmenes de almacenamiento necesarios, etc.
Beneficios invisibles
La persona responsable de implantar un proceso de automatización o de tratar de convencer a la gerencia de su compañía de que es una inversión necesaria ha de ser capaz de mostrar sus beneficios de manera convincente. Por ejemplo, con los dos ejemplos de beneficios que hemos puesto en los puntos anteriores, ¿no estaríamos logrando tener una cadena de suministro que fuera más flexible ante posibles cambios? Una cadena automatizada asume mejor los costes de una reducción de trabajo que aquellas cadenas muy intensivas en mano de obra. Del mismo modo, una reducción en los stocks y una mejora en la predicción de la demanda también nos hace más flexibles ante las variaciones en la demanda real. Estos son algunos ejemplos de esos beneficios invisibles que no resultan tan evidentes.
Retos y barreras de la automatización logística
Una vez vistas las ventajas, cabe preguntarse por los factores que actúan contra la automatización de la cadena de suministro.
Entre los contras que habitualmente se achacan está una menor flexibilidad en dos sentidos: los procesos y los cambios en los mismos. Es decir, se duda de que se pueda lograr estandarizar algunos procesos de forma que sean ejecutables de manera más eficiente por un sistema automatizado. Y, también, el miedo a que los posibles cambios en la manera de hacer las cosas sean difíciles (y caros) de trasladar a un sistema automatizado, que puede obligarnos a trabajar de una manera concreta cuando nos gustaría modificarla.
Otra complejidad que superar es la gran cantidad de actores que están presentes en una cadena de suministro. Proveedores, fabricantes, clientes, distribuidores… Todos ellos pueden suponer escollos y ser reacios a incluir las soluciones tecnológicas necesarias para la automatización. Si dentro de tu empresa puedes tener un mayor control sobre lo que se hace o se deja de hacer, una vez salgamos vamos a tener que luchar por lograr la mejor colaboración posible.
El tiempo es otro elemento que suele citarse en su contra. Un sistema automatizado suele estimarse que puede durar unos 10 años de media, lo que enfrentado al importe que cuesta ponerlo en funcionamiento a veces da retornos sobre la inversión que las empresas consideran demasiado bajos. Por ello, al tener en cuenta los riesgos de que la automatización salga mal, hay empresas que rechazan poner en marcha estos proyectos.
La consultora L.E.K. Consulting ha publicado un estudio en el que ha sondeado a empresas fabricantes de EEUU sobre el estado de su automatización, cómo se ven de preparadas para lanzarse a ella y las razones que les hacen ser reticentes. Entre las cerca de las 200 personas con poder de decisión que han sido entrevistadas encontramos sectores muy diversos (fabricación de bienes de consumo, equipamiento y componentes electrónicos, equipamiento de defensa y aeroespacial, automoción, etc.).
Entre las conclusiones del estudio, L.E.K. Consulting subraya que “los fabricantes siguen invirtiendo en tecnología de automatización como un pilar clave de su estrategia global de crecimiento” y que “con el creciente foco en la automatización y en las iniciativas digitales, los fabricantes están preocupados sobre los posibles vacíos en la cualificación del personal”.
La automatización aplicada a una operación ineficiente aumentará la ineficiencia
Una de las preguntas del estudio interrogaba por las prioridades estratégicas en los próximos cinco años. En primer lugar, el 54% de los encuestados citó como objetivo rebajar los costes de producción y los de la cadena de suministro. Una “mayor automatización e implementación en las instalaciones de sistemas conectados al Internet de las Cosas” apare como tercera prioridad, con un 40% de menciones.
La iniciativa favorita para afrontar la automatización es la “modernización de las líneas de fabricación”, con un 54%. Seguida de “actualizar las habilidades” de los trabajadores (49%) y “reentrenar a los empleados para realizar diferentes funciones” (38%).
Las conclusiones del estudio señalan la voluntad de las empresas para automatizar, por lo que se hace necesaria la pregunta de qué hace que las empresas no siempre acaben optando por ella. A la hora de señalar estas trabas, la primera de ellas es la “falta de capital”, a la que aluden el 34% de los encuestados. En segundo lugar aparece otra objeción que ya hemos mencionado, un retorno sobre la inversión que no siempre se considera suficiente (31%). La siguiente barrera es la “falta de formación de los empleados para beneficiarse de la automatización” con un 29%. En penúltimo lugar queda la falta de parones de la actividad para introducir las mejoras necesarias (22%). Y la última razón, lo que demuestra que las empresas sí tienen esa voluntad de automatizar, es que no sea considerada una prioridad suficientemente importante para el negocio (respaldada solo por el 20% de los entrevistados).
No existe una respuesta única a la pregunta de si una empresa debe aumentar su automatización logística. Cuánto, a qué precio, en qué partes, qué tipo de empresa somos o cómo de preparados estamos son algunas de las preguntas adicionales que te podrán permitir tomar decisiones para tu cadena de suministro. Sin embargo, hay una conocida cita de Bill Gates que sí puedes usar como normal a la hora de automatizar: “La primera regla sobre cualquier tecnología usada en un negocio es que la automatización aplicada a una operación eficiente aumentará la eficiencia. La segunda regla es que la automatización aplicada a una operación ineficiente aumentará la ineficiencia”.
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Fuente: https://www.transgesa.com
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