¿Cuántas medidas pones en práctica para mejorar la seguridad de tu almacén? Los almacenes son los lugares de tránsito o de permanencia de las mercancías de nuestros clientes y eso les convierte en lugares a proteger. Pero… ¿Qué hacemos para que esta seguridad se convierta en realidad?
Existen varios enfoques desde los que se puede analizar y tratar la seguridad de los almacenes: desde el propio diseño de las instalaciones hasta la prevención contra los robos. Y, como no puede ser de otra manera, debemos analizar cuáles son las consecuencias y los beneficios que nos aportarán nuestros esfuerzos a la hora de blindar nuestros almacenes.
Qué puedo hacer para aumentar la seguridad de mi almacén
Arquitectura del almacén
La seguridad es una de las cosas más importantes en las que hemos de pensar a la hora de diseñar nuestro almacén. Hay quien puede creer que la seguridad consiste solo en evitar robos, pero el cuidado de la mercancía también tiene que ver con impedir que la mercancía sufra desperfectos involuntarios durante su vida en el almacén.
Entre las principales vías para conseguirlo está la planificación y separación de espacios. Es decir, delimitar adecuadamente y de manera fácilmente visible las zonas destinadas a diversas tareas: preparación de pedidos, traslados de mercancía, recepción de materiales, residuos, etc. Aquí también se incluye la separación visual y/o física, cuando sea posible, de las zonas de tránsito para el personal y para las máquinas.
Otro método son los elementos que protejan a los componentes del propio almacén. Entre las pesadillas logísticas más temidas está un accidente que haga que varias estanterías se derriben unas a otras en un efecto dominó. Para minimizar este riesgo existen las barreras protectoras de estanterías, que se colocan en los laterales de las estanterías para evitar impactos. A la hora de instalarlas recuerda tener en cuenta que suponen una reducción de espacio, incluyendo el que la maquinaria (como las carretillas) tiene disponible para maniobrar.
Por último, hay que recordar que la seguridad también incluye el exterior de la nave. En este caso nos referimos a la instalación de elementos que impidan la posible entrada por la fuerza mediante el uso de vehículos a modo de ariete. Es decir, de forma similar a las medidas anti-alunizaje que se emplean habitualmente en los comercios.
Cuidando a las personas
La importancia del diseño del almacén no debe hacer que nos olvidemos de cuidar el lado humano, que es el más importante y el más frágil. Es frecuente ver almacenes en los que siguen sin respetarse el uso de elementos de protección -calzado de seguridad, ropa que aumente la visibilidad, guantes, etc.- incluso aunque haya señalización que recuerde su obligatoriedad.
La mejor manera de implantar estos buenos hábitos es con el ejemplo. Es muy difícil que una plantilla los interiorice si ve cómo los directivos y el personal de oficina bajan al almacén sin adecuarse a dichas normas, de manera que ellos también se volverán laxos en el cumplimiento de estos protocolos.
La dirección de la empresa también debe asegurarse de que la plantilla esté formada en el uso de los elementos de seguridad y de la maquinaria con la que trabaja, además del buen estado de dicha maquinaria. Si los empleados ven en su día a día que los elementos de seguridad o de trabajo están en mal estado se estará creando un caldo de cultivo idóneo en el que el menosprecio hacia la seguridad forme parte de la cultura de la empresa.
A un almacén suelen acceder diversas personas ajenas al almacén y a la empresa
Prevenir frente a los robos
Los robos son una fuente de menguas en las mercancías. Los grandes centros comerciales calculan cada año el porcentaje de robos que estiman que van a sufrir, y el mundo de la logística -y las empresas que gestionen parcial o totalmente su cadena de suministro- no es ajeno a ello.
El origen de los robos puede ser interno o externo. Lo más habitual es que a un almacén puedan acceder diversas personas ajenas a la empresa (gente que entrega o recoge mercancía, personas incluso no relacionadas con la actividad del almacén, etc.) y que además pueden ser de muchas compañías, para hacerlo todo un poco más complicado.
En todo caso, las recetas para tratar de prevenir los robos van a ser comunes para ambos casos: prevención y señalización. Entre las medidas preventivas está el control de accesos, la monitorización y grabación de las zonas de mercancía y de las entradas y salidas, restricciones adicionales en las zonas especialmente sensibles (o con objetos y productos de valor más elevado), etc. Respecto a la señalización hay que subrayar el efecto disuasorio que tienen los avisos de que se está grabando lo que sucede en las instalaciones. Hay una parte de los robos que no son premeditados ni “profesionales” sino que se deben al oportunismo o al impulso del que cree ver una buena oportunidad; para prevenir estos casos las señalizaciones suelen ser especialmente efectivas.
Beneficios de una buena seguridad
Mejorar la seguridad de nuestro almacén va a tener consecuencias muy positivas para la empresa y para su entorno. Una plantilla que realice su labor en un entorno en el que se valora la seguridad y en el que se le dota de los materiales y la formación necesaria va a tener una mayor motivación y se va a sentir más identificada con la empresa.
La imagen de la propia firma también se verá reforzada. Los clientes que puedan visitar sus instalaciones y aquellos que noten una mejora en el número de incidencias (pérdidas, roturas, etc.) van a elevar su percepción sobre nuestra calidad y el servicio recibido.
Por último, también hay que destacar la mejora en costes para la empresa dueña del almacén. Aunque en todo lo relacionado con la seguridad el primer punto es siempre la integridad física de las personas, en un segundo plano también se van a producir mejoras de costes por la reducción de accidentes, bajas, robos o indemnizaciones a clientes por las posibles roturas.
En resumen, un almacén en el que la seguridad sea el pilar central va a mejorar la felicidad de los trabajadores, la imagen de la empresa, el servicio y la relación con los clientes. Hay razones de sobra para revisar qué más podemos hacer para mejorar la seguridad de nuestros almacenes logísticos.
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Fuente: https://www.transgesa.com
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