Podríamos definir la logística de almacenamiento como la ciencia encargada de gestionar las mercancías, materias primas o productos que una empresa va a recibir para llevar a cabo su actividad. Da igual que lo hagamos nosotros directamente o que lo externalicemos a un operador, hay diversos conceptos básicos que debemos conocer para que esta logística de almacenamiento sea, como poco, lógica.
Principios de la logística de almacenamiento
Almacenamiento y aprovisionamiento
Uno de los conceptos más cercanos y que ha de trabajar más estrechamente con la logística de almacenamiento es la logística de aprovisionamiento. Es decir, la planificación de qué mercancía vamos a recibir ha de ir de la mano de cómo vamos a recibirla.
Un ejemplo habitual en la recepción es que el almacén sea capaz de comunicar eficientemente al aprovisionamiento que una mercancía que ha llegado no lo ha hecho en las condiciones previstas (cantidad, calidad, roturas…). Si no es así, el aprovisionamiento puede creer que cuenta con unos materiales de los que en realidad no dispone, al haber dado por buena la entrega.
Más puede ser menos en la logística de almacenamiento
La complejidad en un almacén habitualmente suele ser proporcional a su tamaño. Incluso con la misma tipología de clientes -en cuanto a número de referencias, velocidad de rotación de las mercancías, etc.- un almacén grande tendrá que afinar mucho más a la hora de optimizar tránsitos, elegir el modelo de almacén más adecuado, o apostar por herramientas informáticas más avanzadas y costosas.
El mapa del tesoro
El mejor aliado de la logística de almacenamiento es un buen diseño de almacén -o layout, en inglés-. Para poder acertar con el diseño deberás tener antes la respuesta a varias preguntas: ¿Cuántas áreas de almacenamiento necesito, atendiendo a los tipos de producto que tengo (alimentación, ADR, etc.)? ¿Cuál va a ser el crecimiento de mi empresa? ¿Cómo oscila la demanda y la estacionalidad de mis productos para aprovechar al máximo el espacio? ¿Cuánta playa necesito en el almacén para la llegada de mercancía u otros movimientos?
Otro componente a analizar es el desplazamiento de las mercancías. En un almacén en el que se transforme la mercancía, por ejemplo, será fundamental que el recorrido del producto según se va montando tenga sentido. Es decir, tiene más sentido que vaya del punto 1 al 2 y al 3 y así sucesivamente en lugar de pasar del 1 al 4, volver al 2, ir al 5 y regresar al 3.
En la misma línea hemos de examinar los movimientos de los operarios para reducirlos lo máximo posible. O la ubicación de los materiales en las estanterías (¿tardo más en avanzar por un pasillo de estaterías de 50 metros o en bajar un palé de la segunda altura de la primera posición?). Por no entrar en todas las posibilidades de estanterías y almacenes (portantes, sistemas LIFO, automatizaciones, etc.).
Seguridad
La seguridad en el almacén es tan importante que hemos querido destinarle un punto propio, aunque podría estar incluida en el diseño del almacén. Entre las tareas correspondientes al diseño está el determinar zonas destinadas al paso de personas, las áreas de manipulación de mercancía, protecciones para las estanterías, distancia entre estas, etc.
Sin embargo, sería un error dejar toda la seguridad en las manos de nuestros amigos inhumanos. La concienciación del personal y su formación sobre las buenas prácticas en seguridad es el primer paso. Además de dotar a los trabajadores de los materiales de seguridad necesarios, claro.
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Fuente: https://www.transgesa.com
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