En este post os traemos los aspectos claves del informe publicado por la consultora ROLAND BERGER, en el cual hace una análisis de como deberían de enfocar los fabricantes de automóviles el diseños de sus automóviles para adaptarse a los nuevos servicios de movilidad bajo demanda, que crecen de forma exponencial. Puedes descargar el informe aquí.
Actualmente, existe una visión muy generalizada que la industria automotriz cambiará gradualmente de la propiedad individual del vehículo hacia nuevos conceptos de movilidad compartida a lo largo de la próxima década, movilidad bajo demanda y movilidad como servicio (MaaS) son dos conceptos muy de moda. Si bien, esto sin duda creará algunos dolores de cabeza para el sector tradicional automotriz, dado que se venderán menos vehículos, pero a su vez abre una nueva oportunidad, la oportunidad de crear un nuevo concepto de vehículos especialmente diseñados para la movilidad compartida. En definitiva, esos vehículos terminaran siendo totalmente autónomos y son muchas las empresas que ya han anunciado planes para lanzar esos vehículos en un futuro no muy lejano, aunque una inclusión más generalizada en el mercado no será muy probablemente que ocurra antes de 2025. Pero mientras llega la tecnología autónoma entre nosotros, los fabricantes de vehículos tienen una oportunidad de empezar a diseñar una nueva era para el automóvil, con vehículos eléctricos especialmente diseñados para la demanda de soluciones de movilidad. Los fabricantes en estos momentos pueden crear los cimientos y ganar una valiosa experiencia para prepararse y anticiparse a la producción de los vehículos totalmente autónomos.
RETOS Y OPORTUNIDADES
Diseñar vehículos para la movilidad compartida requiere un cambio radical en el enfoque tradicional que siempre ha seguido los fabricantes, es necesario pasar de mejorar la experiencia para el conductor a mejorar la experiencia del viaje para los pasajeros. Esto implica crear vehículos con un diseño flexible. Los interiores deben de adaptarse a diferentes casos de uso, concentrándose en la durabilidad y en la capacidad de ofrecer servicios adicionales incluyendo una cantidad significativa de nuevos contenidos para el vehículo. Los pasajeros valorarán un “tiempo de calidad” durante los viajes y demandarán el poder solicitar un vehículo con un interior, diseño e instalaciones adaptadas a sus necesidades; para trabajar durante el viaje, dormir o simplemente divertirse con diferentes soluciones de ocio. Al mismo tiempo, los vehículos especialmente diseñados para compartirse darán a los fabricantes de automóviles la oportunidad de disminuir los costes a la hora de lanzar vehículos al mercado gracias a sus menores tiempos de desarrollo y la menor complejidad del vehículo (gracias a la electrificación). Esta nueva “raza” de vehículos también tiene implicaciones en la gestión del ciclo de vida, ya que tienen una vida más corta y su naturaleza modular hace fácil reemplazarlos parcialmente.
LA OPORTUNIDAD DE ADQUIRIR EXPERIENCIA AHORA PARA ANTICIPARSE AL VEHÍCULO AUTÓNOMO
Las OEM están dedicando muchos recursos en el diseño de vehículos completamente autónomos, pero es poco probable que estos vehículos entren en producción en masa antes de 2025. Mientras tanto, los fabricantes de automóviles tienen una oportunidad única para posicionarse en el nuevo y valioso mercado de la movilidad que se ha abierto y diseñar vehículos especialmente dedicados a los servicios de movilidad bajo demanda, un segmento emergente que no pueden darse el lujo de ignorar. Las empresas pueden ganar mucho terreno posicionándose en este sector, ganar clientes y construir una experiencia anticipada muy valiosa para prepararse para el siguiente paso: Los vehículos autónomos.
Cuando finalmente lleguen los vehículos autónomos entonces será relativamente sencillo para ellos adaptar sus vehículos especialmente diseñados para ofrecer movilidad bajo demanda ya que “básicamente” se trata de reemplazar el conductor por el sistema de conducción automatizada, con una experiencia de usuario testada y optimizada en gran medida.
El RIDE-SHARING EN AUGE
Los gigantes del ride-sharing como Uber o Lyft ( Estados Unidos) y Didi Chuxing (China) hacen lo mismo que los taxis llevan haciendo durante décadas en el pasado, llevar a los pasajeros desde A hasta B a cambio de una tarifa. Sin embargo, el competitivo precio de estos nuevos participantes y el uso de la tecnología a su favor de sus servicios ha añadido una nueva dimensión al mercado tradicional.
A nivel mundial, el tamaño del mercado de los servicios de ride-sharing se estima en unos 50 millones de trayectos al día. En China, donde Didi Chuxing, es la compañía líder en este servicio proporciona un promedio de 25 millones de trayectos al día, y está mostrando un crecimiento notable. Los pronósticos actuales muestran que los viajes compartidos representarán el 20 por ciento del total de los consumos en el transporte chino en 2018, comparado con menos del uno por ciento en 2015. En este mercado generó en 2018 alrededor de 180 mil millones de euros, con un fuerte crecimiento exponencial. Esto en parte se debe a una cadencia generalizada en los servicios de movilidad del país, y como resultado del ineficiente transporte público de China, taxis insuficientes, restricciones en el uso de vehículos de propiedad privada. De hecho, Roland Berger estima que aproximadamente el 40 por ciento de las demandas de servicios de taxi con licencia en China está actualmente sin cubrir.
La pregunta es, ¿qué tipo de vehículos deberían de cubrir estos servicios de movilidad? Los taxis londinenses son un ejemplo de vehículos adaptado al viajero, durante décadas se ha desarrollado en torno a sus necesidades; acceso para silla de ruedas; capacidad para seis, siete o incluso ocho pasajeros y espacio para equipaje en lugar de un asiento para el pasajero delantero, no es el tipo de vehículo que adquiere un usuario normal como vehículo en propiedad. Esa es la idea, que los fabricantes de automóviles diseñen vehículos pensando para satisfacer las necesidades que demanda los usuarios de los nuevos servicios bajo demanda.
EL TAMAÑO DEL MERCADO, UNA OPORTUNIDAD QUE NO SE PUEDE DEJAR ESCAPAR
El cambio de la propiedad individual del vehículo hacia otros conceptos de movilidad es imparable. Sin embargo, es y será un proceso muy gradual en lugar de un cambio abrupto y repentino. El tamaño del parque automotriz a nivel global seguirá siendo mayoritariamente en propiedad individual, estos vehículos representarán el 98 por ciento de todos los vehículos en 2020 y un 96 por ciento en 2025. Al mismo tiempo, el número de usuarios de servicios de movilidad bajo demanda crecerá rápidamente entre 2020 y 2025 alcanzando alrededor de 57 millones, esto representa una tasa de crecimiento anual compuesta del 13 por ciento (CAGR).
Incluyendo a taxis, el incremento anual de vehículos destinados a los nuevos servicios de movilidad en Europa, Estados Unidos y China crecerá constantemente desde unos 700.000 vehículos en 2016 hasta 1 millón en 2020, esto significa un CAGR del ocho por ciento. Con La introducción de vehículos diseñados y construidos a propósito para este fin, en los próximos cinco años (2020-2025) el CAGR podría llegar al 21 por ciento, hasta un número total de 2,5 millones de vehículos.
En otros cinco años vista más (de 2025 a 2030) y con la penetración de los vehículos autónomos el número de estos vehículos destinados a satisfacer las necesidades de los nuevos servicios de movilidad se duplicará hasta alcanzar los cinco millones. Será China el mayor mercado con una representación de más del 60 por ciento de este mercado, más que América del Norte, la UE, Oriente Medio y Norte África juntos. En consecuencia, ya vemos como las OEM intentan de una forma u otra penetrar en el mercado chino, ya sea con alianzas con proveedores locales o por sus propios medios.
El volumen de este mercado es una oportunidad que los fabricantes y proveedores no pueden permitirse dejar escapa. Es una buena oportunidad para que se posicionen y se anticipen al futuro, obtener una participación en este nuevo mercado les garantiza un buen porvenir durante muchos años. Un mercado que está creciendo exponencialmente, y que lo hará aún más con la aparición de los vehículos autónomos. Además, la experiencia adquirida durante el desarrollo de vehículos destinado a ser compartidos será fácilmente extrapolable al mejorar la experiencia de los usuarios en los futuros vehículos autónomos. En gran medida ya sabrán que hacer, exactamente qué quieren los pasajeros, qué comodidades demandan, que servicios prefieren durante los trayectos, en definitiva, que requisitos de los usuarios hay que satisfacer.
Los fabricantes deben cambiar su enfoque de diseñar pensando en los conductores a hacerlo pensando en los pasajeros cada vez más, todos los pasajeros demandarán una experiencia única y no una pensada para el conductor y otra para los pasajeros. Diseñar vehículos para usos específicos es muy común, por ejemplo, para vehículos comerciales como furgonetas de reparto. Sin embargo, los vehículos particulares están diseñado para uso privado, con su enfoque principal en la experiencia del conductor. Un vehículo pensado para compartir viajes es esencialmente una extensión del vehículo particular, pero en lugar de usar sus propios coches los pasajeros consumen un servicio de movilidad y esperan que el vehículo este orientado a cubrir sus necesidades en lugar de las del conductor, y esto requiere un cambio en la tradicional perspectiva de los fabricantes de automóviles a la hora de diseñar automóviles.
Escrito
Fuente: https://movilidadconectada.com
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