Tesla lleva años siendo la principal empresa pública cotizada que apuesta de manera decidida por la vanguardia en el sector del automóvil. Tanto inversores como consumidores han respaldado con sus compras la arriesgada y atrevida estrategia comercial que la compañía dirigida por Elon Musk ha adoptado desde sus comienzos. Todavía está fresco en la memoria de todo el mundo el anuncio del Cybertruck, un vehículo híbrido a caballo entre un deportivo y una furgoneta, que inició un sostenido impulso alcista e hizo que comprar acciones de Tesla estuviese más de moda que nunca.

Fruto de esta euforia, las acciones de Tesla han estado pulverizando en los últimos tiempos máximos históricos tras máximos históricos. Y todo en ello, en un entorno económico no precisamente favorable a escala planetaria. ¿Conseguirá Nikola acometer una hazaña similar?

Si Tesla, de momento, se decanta más por el coche eléctrico, Nikola apuesta más por el camión de hidrógeno. Aunque lo cierto es que ambas empresas compiten de manera cruzada. Por ejemplo, Tesla trata también de incursionar en el incipiente mercado de los camiones eléctricos, mientras que Nikola hace lo propio en el mercado de las pick-ups eléctricas. Y esto ya ha dado lugar a algunos litigios por motivos de patentes. Parece, pues, que ambas empresas quieren pisarse el terreno entre sí.

La gran apuesta de Nikola: el camión de hidrógeno

Allá por 2016, Trevor Milton, el fundador de Nikola, anunciaba a bombo y platillo el plan para comercializar el primer camión de hidrógeno del mundo. Pero lo cierto es que todavía quedan como mínimo tres años hasta que se empiecen a producir las primeras entregas. Esta noticia se ha visto empañada parcialmente por las acusaciones vertidas por Bloomberg sobre la fiabilidad y veracidad del anuncio de Nikola, rápidamente desmentidas por el director de la compañía. Pero una cosa está clara: parece que los inversores de la nueva estrella emergente de la bolsa estadounidense no le han dado mucha importancia a esta circunstancia: la cotización sigue por encima de los 20.000 millones de dólares.

En todo caso, si Nikola fracasa en el lanzamiento del camión de hidrógeno en un par de años, parece difícil pensar en que el entusiasmo actual logre mantenerse. Además, si todavía no hay camiones de hidrógeno en el mercado es por buenas razones. En primer lugar, hay, a día de hoy, una ausencia total de infraestructura para recargar baterías de hidrógeno (las electrolineras todavía son algo raro en nuestras carreteras). Y, en segundo lugar, hay el problema de enfrentarse a una fuente de energía novedosa aplicada a la automoción comercial. Ahora bien, al igual que Tesla ha revolucionado el mundo del motor eléctrico y ha superado los pronósticos más agoreros de hace apenas unos años, Nikola podría lograr algo parecido en el campo de los vehículos de hidrógeno.

En conclusión, el célebre inventor Nikola Tesla puede estar orgulloso. Destacó por su innovación en vida y ahora recibe el homenaje de dos empresas que no dudan en jugárselo todo para transformar nuestra manera de entender el transporte. La pregunta del millón es la siguiente, ¿conseguirá Nikola replicar los éxitos de Tesla o se quedará en una decepción inflada por un ánimo especulador? En un par de años tendremos la respuesta.