Junto a la electrificación, la conducción autónoma se revela como el futuro de la industria del automóvil. A ella se han incorporado nuevos participantes, empresas tecnológicas que provienen de otros sectores que hasta ahora nada tenían que ver con la automoción. Se trata de una carrera a largo plazo que obliga a los fabricantes de automóviles a desarrollar sistemas que hasta hace unos años era impensable que se pudieran encontrar en un coche. Es en caso de NVIDIA, conocida en el mundo informático sobre todo por sus procesadores gráficos. En 2024, los coches de Mercedes-Benz, muchos de ellos eléctricos, contarán con el hardware y el software desarrollado por la empresa americana que los convertirá, prácticamente, en teléfonos móviles con ruedas.

En 2017, Mercedes-Benz anunció el lanzamiento de un coche de producción “propulsado por inteligencia artificial” para el año siguiente, fruto de su asociación con el fabricante de chips NVIDIA. Ese vehículo no se hizo realidad en 2018, aunque ahora, las dos empresas confirman que el desarrollo arrancado hace tres años dará sus frutos en 2024. El sistema de NVIDIA estará disponible para todos los modelos de Mercedes-Benz de próxima generación, aunque no se implementará necesariamente en toda la gama al mismo tiempo.

La intención del fabricante alemán es incorporar el hardware completo para la conducción autónoma, independientemente de si, en el momento de la compra, se configuran o no con las opciones completas de auto conducción. Una estrategia similar a la que Tesla sigue ya hace algún tiempo con el Autopilot de sus coches eléctricos, que abre la puerta a poder vender con posterioridad las actualizaciones de software que activarán sus funcionalidades.

Mercedes ofrecerá el sistema de NVIDIA en todos sus coches a partir de 2024.

Según han explicado ambas empresas, la próxima generación de los coches de Mercedes-Benz estarán “definidos por su software”, gracias a su capacidad de actualización continua mediante OTA (over the air), de la misma forma que lo haría un teléfono móvil. Pero esta característica, utilizada por Tesla hace ya muchos años, no será la más novedosa que ofrezca la marca. El aspecto fundamental es la posibilidad de instalar aplicaciones a través de una “tienda” en la que serán publicadas. Algunas de ellas serán gratuitas y otras necesitarán para funcionar un pago único o una suscripción. Los propietarios podrán así personalizar su experiencia de conducción y el vehículo alargará su vida útil gracias a nuevas funciones, a la mejora de sus características y a la posibilidad de corregir fallos. Por ahora no se ha anunciado si se liberará una API (interfaz de programación de aplicaciones) para desarrolladores externos o si serán NVIDIA y Mercedes los únicos que proporcionarán estas aplicaciones.

El sistema que implementarán los coches de Mercedes se basan en la nueva plataforma Orin de NVIDIA, que según la empresa superará en capacidad de cálculo a la computadora FSD de Tesla en aproximadamente el 38%. Este nuevo procesador es el sucesor de los procesos Xavier que emplean un chip de silicio equipado con ocho CPU convencionales y una GPU específicamente optimizada para el aprendizaje robótico. La plataforma Drive AGX Xavier puede ejecutar un máximo de 30 trillones de operaciones informáticas por segundo siendo capaz de alcanzar la conducción automatizada de nivel 2+ (control longitudinal y lateral limitado, con mejores funcionalidades que el nivel 2 debido al uso de sensores estándar). NVIDIA dispone también del sistema Drive AGX Pegasus que ha sido capaz de gobernar un vehículo de prueba durante un trayecto de 80 kilómetros sin intervención humana.

El SoC NVIDIA combina nuevos aceleradores de aprendizaje profundo y visión por computadora que pueden ofrecer hasta 200 billones de operaciones por segundo.

La GPU NVIDIA Orin es la sucesora de este hardware del que hasta ahora se sabe poco sobre sus datos de rendimiento. Debería ser capaz de alcanzar un nivel 5 de conducción autónoma que no precisa ni de un conductor presente en el vehículo ni de los mandos habituales para la conducción manual (pedales y volante). Sin embargo, Mercedes solo tiene previsto llevar el sistema al nivel 3, que precisa que el conductor permanezca en su puesto vigilando la conducción que, además, no podrá ser autónoma en todos los escenarios. Alcanzará el nivel 4 para el estacionamiento de manera que el propietario podrá descender del vehículo para que él estaciones y llamarlo para que vaya a buscarlo dentro de zonas limitadas por geovallas.

Hoy en día, Mercedes-Benz ofrece la interfaz MBUX a cuyo desarrollo está dedicando muchos recursos. El fabricante alemán reconoce que la Inteligencia Artificial podría convertirse en un negocio tan rentable como los propios coches.