Las ventas de coches eléctricos e híbridos de segunda mano crecieron en España un 33,5% en 2019. Esta tendencia es general en todos los mercados del vehículo eléctrico del mundo. La demanda de los nuevos modelos de segunda generación, con baterías de mayor capacidad está haciendo que muchos propietarios de modelos “antiguos” estén vendiendo su coche para hacerse con uno nuevo. Esta coyuntura se ve favorecida en algunos países, como en Francia, dónde el plan de ayudas a la compra de coches eléctricos incluye un incentivo de 5.000 euros para las operaciones de venta de vehículos de segunda mano.
Cuando se compra un coche de segunda mano siempre hay que prestar atención a diversos factores. En el caso de un coche eléctrico no hay que descuidar las habituales precauciones que hay que tener en esta operación para un coche de combustión como puede ser analizar el estado actual del mercado, para no pagar de más, o tener presente a quien se compra el vehículo y que garantía de mantenimiento y cuidados ofrece. Pero sí hay un elemento clave que hay que analizar antes de dar el paso: la batería, un elemento del que es necesario conocer su estado, ya que es clave para saber cuanta vida útil le queda por delante. ¿En qué hay que fijarse? ¿Es posible saber en qué condiciones técnicas está? Esta es una pregunta legítima que se hace todo comprador de un coche eléctrico.
Certificar la degradación de la batería
Al igual que un teléfono móvil o un ordenador portátil, las baterías de los coches eléctricos se degradan con el tiempo perdiendo parte de su capacidad energética y por lo tanto reduciendo la autonomía que pueden garantizarle a su conductor. A simple vista, la única información que se puede comprobar es la autonomía que da cuando la recarga llega al 100%. Además, en algunos casos, con el del Nissan Leaf una barra indicadora informa la capacidad de carga perdida. Pero esto no suele ser suficiente.
Existen algunos métodos para comprobar el estado de carga (SOC) real de la batería. Esta comprobación puede realizarse en un taller especializado que disponga de las herramientas necesarias. El propietario puede haberla efectuado precisamente para la venta del vehículo aumentando así la confianza del futuro comprador, por lo que dispondrá del correspondiente certificado expedido por el taller. Por el contrario, si no dispone de él, el comprador debe solicitárselo como medida imprescindible antes de decidirse por la compra.
Certificado oficial del estado de la batería de un coche eléctrico.
En el caso de que el vendedor no disponga del certificado o no quiera realizar la comprobación, para algunos modelos de coches eléctricos (Renault y Nissan) existen en el mercado kits caseros completos que se conectan al puerto ODB del coche y que determinan el estado de la batería rápidamente.
Esta misma operación puede realizarse conectando una interfaz de diagnóstico ODB2, con conectividad Bluetooth, que transmite los datos a un teléfono móvil. Este, mediante aplicaciones como «Leafspy» proporciona información detallada sobre la duración de la batería de un Nissan Leaf. Incluso es posible saber la cantidad de cargas rápidas realizadas durante la vida útil del vehículo. Para los modelos Renault, la aplicación «CanZE» ofrece estadísticas similares. La aplicación «Torque», también disponible para teléfonos móviles, es posible diagnosticar el estado de la batería de muchos modelos de vehículos de diferentes fabricantes. En Youtube existen vídeotutoriales que guían en el proceso de configuración de la aplicación.
El uso de la batería
La degradación varía mucho de un propietario a otro. Depende en su mayor medida de sus hábitos de carga. Si ha realizado fundamentalmente recargas a baja potencia, en un punto vinculado en su casa, la pérdida de capacidad será menor. Si ha utilizado con frecuencia la recarga rápida a alta potencia, ocurrirá lo contrario. Por esta razón es importante interrogar al propietario sobre el uso que le ha dado a la batería.
Es importante conocer si el vehículo ha permanecido parado sin estar conectado mucho tiempo (para prevenir que no haya tenido descargas profundas de la batería), si el propietario utiliza habitualmente la recarga rápida y continuada o si su tipo de conducción es deportiva. Todas estas prácticas implican una mayor degradación de la batería.
En el caso de que el vehículo que se vaya a adquirir sea un Renault Zoe con la batería en alquiler, el fabricante la garantiza el contrato de alquiler y será reemplazada o reparada en caso de avería o de que su capacidad este por debajo del 70% de la original. Los modelos del resto de las marcas, y los Zoe que no estén sujetos a un contrato de alquiler, pueden conservar todavía parte del periodo de garantía que ofrece el fabricante. Para saber en qué estado está, es importante conocer cual es la duración de la garantía de origen tanto en tiempo como en kilómetros.
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Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com
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