Tras las noticias del ciberataque masivo a grandes empresas en todo el mundo, se deben buscar los puntos débiles de los sistemas afectados y solucionar los fallos de seguridad. En plena era digital, la industria del transporte apuesta cada vez más por una movilidad conectada, donde la gestión de la información nos permita llevar una vida más sencilla. Debemos tener respeto y no miedo, a la posibilidad de que estos ataques puedan llegar a darse en vehículos, podemos ponérselo difícil a los hackers si utilizamos las herramientas adecuadas.
Las marcas ahora deben proteger con sistemas de seguridad activos/pasivos no solo en caso de accidente, sino evitar que terceras personas mediante estas nuevas tecnologías sean capaces de provocarlos intencionadamente. Los sistemas Android e iOS han tomado la delantera, aprovechando la gran cuota de mercado que tienen en el sector de la telefonía móvil, siendo la conectividad y la compatibilidad los factores claves.
A día de hoy, esta tecnología no ha evolucionado lo suficiente para controlar el vehículo o funciones de manera remota, por ahora un posible malware solo podría robar datos personales del usuario, pero en un futuro, cuando los coches autónomos y conectados sean una realidad, un pirata informático podría tomar el control de nuestro vehículo, gracias a que gran parte de la mecánica del automóvil esta controlada electrónicamente, incluso con nosotros en el interior, lo que puede generar rechazo y desconfianza.
Se puede ver como son capaces de encender el aire acondicionado y la radio, pero también de apagar el motor, girar el volante o inutilizar los frenos. Estos ha sido posible simplemente conectándose a internet y teniendo unos conocimientos informáticos que pocos en el mundo pueden tener. Aunque es un caso muy particular, porque los dos hackers utilizan una vulnerabilidad del sistema de información y entretenimiento (infotaiment), no debemos olvidar que este Jeep es de una generación de vehículos donde estas tecnologías estaban aun por desarrollar y todo era campo. Gracias a estos experimentos, los fabricantes son capaces de detectar y corregir estos fallos que ponen en peligro a los usuarios de los vehículos.
Cuando los smartphone empezaron a florecer, muchos empezamos a tapar las cámaras de sus dispositivos, algunos por miedo a lo desconocido, otros con fundamentos conspiranoicos, pero casi todos dejaron la cámara al aire, para poder hacerse fotos mas rápida y cómodamente, sin pensar en que alguien podría espiarles. En mi opinión, aun no hemos madurado lo suficiente para poder entender todas las consecuencias de la tecnología, deberíamos aprender a conocer los dispositivos y ser críticos con los permisos que damos a las app gratuitas que descargamos, ya que aun pensamos que existen cosas gratis en Internet. Si no somos capaces de protegernos o dominar algo tan sencillo e inofensivo como un smartphone, lo tendremos muy crudo cuando conduzcamos coches infectados que en cualquier momentos nos traicionen o no responda a nuestras ordenes, entonces nos acordaremos de todo lo que hicimos con nuestro dispositivo y por lo poco que hemos vendido nuestra privacidad y seguridad.
Fuente: https://movilidadconectada.com/
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