Catalunya es un país comprometido con su entorno, con el medio ambiente y con la salud de sus ciudadanos. Es por ello que, en los últimos años, la Generalitat ha dedicado una parte importante de sus esfuerzos en favorecer el tránsito hacia una economía de bajas emisiones de carbono y en impulsar un modelo energético autosuficiente basado en las energías renovables, de forma que se reduzcan las emisiones contaminantes y se incentive la actividad económica y la innovación.
La elaboración de un Pacto Nacional para la Transición Energética y la aprobación de una Ley del Cambio Climático son los principales resultados del trabajo del Govern, y marcan el camino a seguir en los próximos años. Estas iniciativas políticas no solo establecen objetivos y obligaciones a cumplir por parte de ciudadanos, empresas y profesionales, sino que proporcionan mecanismos e instrumentos para facilitar una progresiva transformación de toda la sociedad en todo aquello que se refiere a su relación con la energía, es decir, quién y cómo genera energía, quién y cómo consume energía, y quién y cómo gestiona energía. Se trata de un marco normativo que, además, contribuye a explotar el enorme potencial que aportan las innovaciones tecnológicas, y canalizarlo todo hacia el objetivo final de reducir las emisiones y mantenernos como una economía competitiva.
Aunque este marco legal y jurídico puede parecer muy básico y elemental (y más aún si vemos la línea de trabajo de la Unión Europea), lograrlo no ha sido fácil. El Pacte Nacional per a la Transició Energètica, que ha sido consensuado con agentes sociales y económicos del país, está limitado por las competencias que tiene la Generalitat en materia de energía. O, sin ir más lejos, la Ley de Cambio Climático pasó más de 4 meses suspendida por el Tribunal Constitucional a petición del Gobierno del Estado. Ahora, con este marco vigente, es el momento de aplicarlo, de desplegar todo su potencial para lograr los objetivos que se han fijado.
Por el momento, dentro de este marco y fruto de esta voluntad y de este esfuerzo, han visto la luz proyectos ambiciosos que se están materializando y que, poco a poco, van integrándose y transformando la vida de los catalanes. El más visible a día de hoy es el Plan estratégico para el despliegue de infraestructura de recarga para el vehículo eléctrico en Catalunya 2016-2019 (PIRVEC), que tiene como misión facilitar la circulación de vehículos eléctricos por la red viaria catalana a partir de la instalación de puntos de recarga rápida y del apoyo a la instalación de puntos de recarga semirrápida y de puntos vinculados a los vehículos privados.
Hasta el momento, y gracias a la colaboración entre el Institut Català d’Energia (ICAEN) y las corporaciones locales, ya se han instalado 62 de las 100 estaciones de recarga rápida previstas en el PIRVEC, y está abierto el proceso para la instalación de otras 21. Además, se ha trabajado en la identificación y eliminación de las barreras que limitan la instalación de puntos de recarga: se ha cambiado la ley de la propiedad horizontal para simplificar la instalación de puntos de recarga en aparcamientos privados colectivos, y se han propuesto cambios normativos para estimular la instalación de puntos de recarga rápidos en la red viaria, que por el momento el Congreso ha rechazado.
Otra actuación iniciada en este contexto es la estrategia SolarCat, de apoyo decidido a la energía fotovoltaica por parte de la Generalitat, con la intención de preparar el país para la captación, aprovechamiento i almacenamiento eléctrico de la energía solar. Este programa incluye diferentes líneas de trabajo, que comprenden desde la simplificación y homogeneización de normativas y ordenanzas para facilitar la instalación de placas fotovoltaicas en los tejados de las casas, hasta el impulso de un proyecto de techos solares con almacenamiento distribuido –es decir, un parque fotovoltaico virtual-, entre otras medidas.
Otro ejemplo es la línea de ayudas para la instalación de baterías eléctricas conectadas a equipos fotovoltaicos de autoconsumo eléctrico. El año pasado, la Generalitat, a través del ICAEN, ya contribuyó a la instalación de 74 baterías que permiten acumular la energía generada por las placas fotovoltaicas y dar apoyo en aquellos momentos de falta de Sol. La buena acogida de esta medida hará que este año se abra una nueva convocatoria con mayor dotación presupuestaria.
Expoelectric es un buen termómetro del resultado de toda esta actividad relacionada con la transformación del modelo energético. Cada una de las siete ediciones celebradas hasta hoy, que han contado con el apoyo de la Generalitat –a través del ICAEN- des del primer día, ha ido ganando interés, participación y conocimiento tanto por parte de los ciudadanos como de los expositores. Su consolidación es una muestra de que avanzamos, y de que lo hacemos en el camino correcto.
Hay una creciente demanda de movilidad eléctrica, y hay una tecnología cada vez más desarrollada en materia de movilidad eléctrica; y de su encuentro en foros como Expoelectric nacen nuevas demandas, como que un usuario se plantee la posibilidad de alimentar su vehículo eléctrico con sus propias placas solares y/o baterías. Ahora, nuestra labor es seguir trabajando para conseguir que esta posibilidad sea una opción tan fácil como la adquisición de un vehículo de combustión interna. Y, así, convertir el vehículo eléctrico en uno más de los primeros y necesarios pasos de la transición energética.
Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com
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