El 56% de las pymes españolas ha probado los envíos de última milla al menos una vez, en comparación con el 40% de las pequeñas empresas que todavía no lo han hecho, pero se lo plantea en un futuro cercano, según indica un informe de la compañía logística Stuart.

No cabe duda de que contar con una logística ágil y versátil de última milla puede ser el factor que diferencie el éxito del fracaso, sobre todo al ver que los consumidores son cada vez más exigentes con los tiempos de entrega, de flexibilidad y personalización de los envíos.

El operador logístico se ha centrando en estudiar los hábitos logísticos de las pequeñas y medianas empresas del país, además de sus expectativas en un entorno cada vez más digitalizado, confirmando que la única opción que tienen las pymes para sobrevivir ante las grandes empresas del comercio electrónico es competir con la rapidez y escalabilidad de los envíos de última milla.

En este sentido, el 30,5% de los pequeños comercios que realizan envíos se dedican a ello cada día de la semana, mientras que un 28% realiza sus envíos entre dos y cuatro veces por semana, el 12% lo hace una vez por semana y sólo un 5% extiende su frecuencia a dos semanas.

Respecto a la flexibilidad de las entregas, la mayoría de las pymes considera que la mejor opción es dar la posibilidad de programarlas a partir de franjas de 30 minutos, asegurar la llegada del pedido en menos de una hora y ofrecer un buen servicio de devoluciones, dado que todo esto puede determinar el futuro de un comercio.

Las compañías deben adaptarse cuanto antes a las nuevas tendencias, sobre todo sabiendo que el sector de última milla duplicará la cifra de entregas de paquetería en los próximos cinco años, lo cual supone que las viejas infraestructuras y las flotas más antiguas ya no pueden volverse atrás, sino que deben adaptarse para afrontar el futuro de la última milla, según indica la última edición Manhattan Exchange.