La industria logística ha vivido continuos cambios en la última década como parte de la estrategia de las empresas para adaptarse a mercados cada vez más dinámicos. Si bien antes, solía percibirse como un costo en términos monetarios, en los últimos años se ha convertido en un aliado estratégico que puede aportar directamente en el desarrollo de ventajas competitivas que aumenten la participación de mercado de las empresas.
Y como es de esperarse, hoy nos enfrentamos a nuevos desafíos con la Industria 4.0 que trae consigo las complejidades de la digitalización, automatización e inteligencia artificial; esta última basada fuertemente en el big data y la interconexión masiva de sistemas y dispositivos digitales. Por otra parte, y de acuerdo con un estudio de la Agencia Internacional de Energía del año 2015, la industria logística ha generado el 24% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo.
En el caso de la distribución, que ha percibido un constante aumento de los envíos en el último tiempo, impulsado entre otros por el crecimiento sostenido del comercio electrónico, ha llegado a representar un alarmante 10% de la contaminación de CO2 a nivel mundial. Según las Naciones Unidas, nueve de cada diez personas en todo el mundo están expuestas a niveles de contaminación que superan los niveles de seguridad señalados por la OMS.
Nos enfrentamos a una nueva arista de desafíos que deben considerase más allá de las áreas de RSE de cada empresa. Personalmente, creo que tenemos la necesidad y la oportunidad de apuntar mucho más alto, en donde los impactos medioambientales sean parte de la estrategia y propósito de las empresas, fomentando una economía sostenible que integre de manera colaborativa a los distintos eslabones de la cadena de abastecimiento.
Si todos los actores de la logística decidieran aplicar prácticas sustentables, desde la producción hasta la distribución, incluyendo la logística inversa, entonces pequeños cambios podrían generar grandes impactos a nivel mundial. Para esto, es necesario que las acciones relacionadas a la sustentabilidad dejen de percibirse como un obstáculo para generar mayor rentabilidad y se consideren, muy por el contrario, como una estrategia que puede generar beneficios.
Muchos se preguntarán cuáles son estos beneficios, más allá de hacer un bien al planeta. En lo concreto, los problemas medioambientales han generado un movimiento social que ha llegado a cambiar el comportamiento de los consumidores. Una de las primeras pruebas de esto fueron los resultados de un estudio del año 2010, publicado por el Deutsche Post DHL sobre las tendencias del negocio ambientalmente sustentable. En éste, el 63% de los clientes consideraban que la búsqueda de lo sustentable transformaría la industria logística y se convertiría en un factor estratégico para disminuir las emisiones de CO2. Esto marcaba el principio de una tendencia que hoy sigue al alza.
Por otra parte, un estudio de propósito de Cone/Porter Novelli realizado el 2018 evidenció que un 78% de los consumidores esperan que las empresas generen impactos positivos a la sociedad, un 79% declaró ser más leales a aquellas empresas con propósitos específicos y un 57% dijo incluso pagarían más por sus productos. Es justamente ahí donde está la oportunidad.
En un futuro próximo será una necesidad el invertir en tecnología verde como estrategia para lograr la rentabilidad a largo plazo. Empresas que fomenten la economía circular con la implementación de políticas que potencien la producción sostenible, con un uso eficiente y equitativo de recursos, así como aquellas que prioricen la reducción, reutilización, reciclaje y gestión de los desechos, serán consideradas un “desde”. Y no nos olvidemos de la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que va en absoluta concordancia con este movimiento global y generará los incentivos (y multas) para la disminución en la generación de residuos.
La necesidad de incluir estrategias sostenibles transformará la industria de la logística, tanto a nivel de modelos de negocios como a nivel de las tecnologías que se requerirán a lo largo de la cadena de abastecimiento para cumplir con los desafíos. Es tarea de los profesionales del mundo logístico incorporar dichas estrategias para apoyar y seguir fomentando la generación de una economía sostenible.
Por Simoné Oliva Marfull, Gerente de Supply Chain en Late!
Fuente: https://www.revistalogistec.com/
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