Hace algunas semanas hemos vivido una situación político – social sin precedentes en los últimos 30 años de Chile; marchas, protestas, paros y manifestaciones que han afectado todos los sectores económicos y productivos del país; particularmente el sector logístico, sobre todo en lo referente al traslado de carga y la operatividad del servicio logístico terrestre.
Una situación inusual, por cierto, que no tiene un fin claro y que representa para nuestra actividad un gran reto, de cara a entregar a nuestros clientes la continuidad operativa que requieren y al mismo tiempo contribuir a que la actividad logística y el comercio en el país se mantengan bajo estándares operativos eficientes. La tarea no es fácil, pero debemos tomar acción.
Como líder de la logística terrestre de un operador 3PL en Chile, me ha tocado junto a todo el equipo, implementar diferentes planes de contingencia para garantizar la continuidad del traslado de la carga de los clientes, de manera que sus operaciones tuvieran un mínimo impacto a raíz de la situación actual. Teníamos que generar nuevas soluciones para enfrentar los nuevos obstáculos que han surgido en el proceso logístico; con una absoluta flexibilidad para garantizar la continuidad de sus negocios.
Y es que la actividad logística no debe parar y nosotros somos los agentes encargados de que esta tarea se cumpla, aportando ideas y desarrollando acciones que nos permitan cumplir con los compromisos pactados.
Ya que no contamos con precedente de manifestaciones sociales de la envergadura de las que hoy vivimos, es difícil saber el momento en que tendremos una situación diferente, lo que sí me atrevo a afirmar, es que los recientes acontecimientos van a generar nuevas realidades para el mundo logístico, como para todos los sectores de Chile. Por ello, el foco debe estar en cómo repensamos nuestra forma de hacer logística terrestre, con un nuevo escenario político – social “instalado”, con los cambios que se manifiesten en el futuro, y el impacto que generen a corto y mediano plazo para Chile.
El cambio de paradigmas que está experimentando la logística de hoy, nos conduce a todos los actores del rubro a crear nuevos diseños del flujo logístico de la carga, identificando los desperdicios de la cadena actual, para lograr la optimización de costos y tiempo, a la vez que minimizamos los riesgos que puedan encarecer e interrumpir la entrega al cliente final; sin lugar a duda la claridad de las necesidades y la flexibilidad para reaccionar a un contexto cambiante e impredecible, son fundamentales.
En el mundo logístico y particularmente en Chile, debemos profundizar la política de innovación que venimos desarrollado, donde la preparación para ofrecer soluciones innovadoras y el adelantarnos a las necesidades del cliente son las claves para prestar un servicio adecuado. Ante los nuevos desafíos de nuestro país, es el momento de prepararnos con mayor fortaleza para adelantarnos a los nuevos retos que están por venir.
Finalmente, la reflexión que nos queda afrontar, como actores de esta determinante actividad, debe apuntar a mantener un estado de alerta permanente, que nos permita estar preparados frente a diversas contingencias (en este caso las manifestaciones sociales). Como Operadores Logísticos estamos llamados a ser innovadores, creativos y resolutivos; un reto para el cual debemos prepararnos profundamente y en las cuales el trabajo en equipo es clave.
Por: Patricio Salvo: Head of Integrated Logistics Services (SLI). Schenker Chile S.A.
Fuente: https://www.revistalogistec.com/
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