En el segmento de los utilitarios urbanos, la electrificación de la industria del automóvil está provocando un desencuentro entre las necesidades de los clientes y la rentabilidad económica que requieren los fabricantes. Mientras los compradores necesitan un vehículo eléctrico, de pequeñas dimensiones y bajo coste para moverse por la ciudad, los fabricantes aseguran que la inversión necesaria para electrificar este segmento es económicamente inviable. ¿Qué le depara el futuro a un segmento A electrificado?
El segmento A de los coches eléctricos, con vehículos utilitarios, económicos y con autonomía suficiente para cualquier desplazamiento urbano se está convirtiendo en un objetivo clave para los fabricantes. Sin embargo, es uno de los más complicados a la hora de planificar la producción y la estrategia de comercialización. Su rentabilidad depende de un elevado volumen de ventas para que la inversión tecnológica se vea compensada por el pequeño beneficios que deja cada una de ellas. La batería, que en coches más grandes supone ya entre un 30 y un 40% del coste total, en este caso se eleva por encima de ese porcentaje. Con su electrificación, la inversión crece y con ella el precio, mientras que las ventas se reducen, por lo que un coche eléctrico del segmento A no es precisamente rentable.
Las regulaciones de emisiones y los protocolos anticontaminación de las ciudades ponen en peligro la razón de ser de estos coches como vehículos de combustión, que podrían no poder acceder a las zonas de bajas emisiones. Pero los compradores siguen demandando esta tipología de vehículo, por lo que, en algunos casos, los fabricantes ofrecen versiones eléctricas de los modelos de combustión existentes, en un intento por reducir costes. En otros casos, los fabricantes están tratando de borrar la línea entre el segmento A y el B, ofreciendo vehículos compactos eléctricos, algo más grandes, muy equipados, que puedan ser utilizados algo más allá de las ciudades. Pero todo ello a un precio que, de nuevo, es elevado y que invade incluso el de los coches de combustión del siguiente segmento, el C.
Peugeot e-208, una de las opciones eléctricas edl segmento B que trata de atraer compradores del A y del C.
La guerra del segmento y el formato
Según los datos de Jato Dynamics, en 2019 se vendieron 1,1 millones de utilitarios del segmento A en Europa. Ocuparon la quinta posición en ventas, con un descenso respecto al año anterior de un 3,9%, unas 45.000 unidades. “Es uno de los pocos segmentos que se mantiene estable” asegura Felipe Muñoz, analista automotriz líder de JATO Dynamics.
Esto se debe a que no hay migración de los compradores de estos vehículos al demandado formato SUV, como sí está ocurriendo en otros segmentos. Los SUV de tamaño más pequeño están todavía por encima de los cuatro metros, en el segmento B, y estos sí están canibalizado a los compactos del C, pero no compiten con los utilitarios del segmento A.
Los pronósticos tras la electrificación
El analista del mercado automotriz LMC Automotive está refinando sus pronósticos para este segmento. Sus resultados preliminares prevén una fuerte caída en los próximos cinco a siete años, antes de que puedan volver a remontar impulsados por la caída en el precio de las baterías. En este periodo de transición en el que los compradores seguirán demandando vehículos de este tamaño, el mercado de segunda mano de vehículos eléctricos del segmento inmediatamente superior se verá beneficiado.
Según declara Al Bedwell, analista de LMC, a la vista de la situación regulatoria actual, los coches eléctricos y premium (caros) podrían ser el pilar de ese segmento, y el resto morirá”.
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Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com
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