Desde la epidemia de la llamada ”gripe española”, sucedida en 1918, el mundo nunca había vivido una situación igual. El transporte de mercancías por carretera está siendo, una vez más, imprescindible para abastecer a una población confinada en sus casas.
El coronavirus llegó a España y trastocó la vida cotidiana de todo un país. Una crisis sanitaria sin precedentes que paralizó la actividad industrial y casi las del sector servicios. Y decimos casi, porque el transporte de mercancías por carretera fue uno de los pocos a los que se dejó continuar su actividad, vital para que la ciudadanía pudiera recluirse en sus casas y pasar el tiempo necesario sin salir a la calle, la medida más eficaz para evitar el contagio del virus.
Sin embargo, la actividad del Transporte de Mercancías se ha encontrado con muchas dificultades para desarrollar su labor. Las estaciones de servicio cerraron al público y, con ello, las áreas de restauración e, incluso, las zonas de aseos, de modo que los transportistas no podían ni lavarse, ducharse o asearse. Y los centros de carga y descarga no fueron una excepción.
Ello llevó al Ministerio de Transportes a publicar la Orden TMA 229/2020, de 15 de marzo, por la que se obligaba a las estaciones de servicio y los centros de carga y descarga que dispusieran de aseos, facilitar su uso a los conductores, además de que los establecimientos que tuvieran cocina, expendedores o servicios de restauración, deberían ofrecer al transportista el servicio de catering.
La medida fue la respuesta a las numerosas reclamaciones de los transportistas, que afirmaban que no se estaba cumpliendo con esta orden y les estaban negando servicios esenciales para que pudieran trabajar en condiciones óptimas.
La CETM puso en conocimiento del Ministerio de Transportes estas circunstancias y denunció las situaciones que han tenido que vivir algunos conductores en momentos tan críticos para el país
El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos ha asegurado que para garantizar el abastecimiento de todos los ciudadanos “se están tomando todas las medidas para facilitar al máximo el trabajo de los transportistas y del resto de personas encargadas de la movilidad”.
Así, procedió a regular para eliminar trabas administrativas en este periodo, con relación a la apertura de talleres, con la posibilidad de viajar dos conductores en cabina (si el transporte así lo requiere) y para garantizarles el acceso a servicios básicos de aseo y manutención. Otra medida tomada por la Administración fue la de suspender los tiempos de conducción y descanso (para permitir a los conductores llegar a casa a dormir) y las restricciones al tráfico a camiones en días señalados.
En este sentido, el ministro ha explicado que se continúa trabajando en dicha medida para su plena implementación. Con un seguimiento diario de las áreas de servicio concesionadas por la Dirección General de Carreteras y haciendo partícipe a la Guardia Civil y a las Policías Autonómicas para obligar a su cumplimiento.
Quejas del Transporte de mercancías
El Ministerio de Transportes tuvo que tomar acciones contra las estaciones de servicio y áreas de descanso y centros de descarga, recordándoles la obligación de cumplir la Orden Ministerial TMA7259/2020, que les exigía abrir sus instalaciones para abastecer a los transportistas. En concreto, mediante carta dirigida a las principales asociaciones de empresas cargadoras, para su distribución entre sus asociados y aplicación, a las áreas de servicio que son concesiones de la Dirección General de Carreteras y a los principales suministradores de combustible para que lo aplicasen en sus estaciones de servicio, les instaba al cumplimiento de la normativa legal a fin de “que no existan problemas con los accesos a los servicios de aseo y catering”.
Sin embargo, pese a la aprobación de dicha obligación legal, varias estaciones de servicio seguían inhabilitando sus aseos o han dejado ser limpiados, careciendo de las mínimas condiciones de higiene exigidas en cualquier circunstancia, y más en las actuales de emergencia sanitaria.
También se denunció que numerosas estaciones de servicio sólo atendían a través de ventanilla y restringían el acceso a las tiendas y a los servicios de restauración, lo que impedía que los transportistas pudieran comer platos calientes.
Otra de las quejas que estaban transmitiendo es que, desde que comenzó la crisis sanitaria, los precios por las bebidas y alimentos suministrados se habían inflado.
El transporte no para
Algunas empresas aseguran que trabajan más de lo normal, debido a los productos de primera necesidad que transportan: “como ha aumentado la demanda, nos están pidiendo más camiones de lo habitual, porque la gente se ha alarmado y ha aumentado el consumo de productos, también de perecederos.
A la hora de abastecer supermercados (que no es un trabajo que nosotros hagamos), nos piden camiones porque no hay” explica José Manuel Rubio, gerente de Transportes Sindo, empresa andaluza que transporta frutas y verduras y que exporta a Marruecos.
En este momento excepcional, muchos conductores se hacen preguntas mientras siguen trabajando sin parar: “si hay que transportar cosas que son para surtir farmacias y supermercados, es decir, cosas que son muy necesarias, trabajaría hasta gratis. Pero estoy viendo camiones que van cargados con hierro para hacer estructuras de naves, o de cemento para obras. O estamos todos en casa o no estamos, porque ese material lo tendrá que descargar un personal, que tendrá que guardar, al menos, un metro de distancia. Además, estoy trayendo la comida de mi casa, porque todo está completamente cerrado. Me han parado los Mossos d’Escuadra para preguntarme dónde iba (porque fui a comprar pan) y, al decirles de dónde venía, me han pedido el ticket de compra” explica JLF, conductor de camión.
En líneas generales, nada más comenzar la crisis sanitaria, el Gobierno accionó los mecanismos para facilitar al máximo el trabajo del transporte de mercancías por carretera, uno de los pocos que “se salvó” de las restricciones decretadas por el Gobierno. Ya antes de que se produjera el estado de alarma, las asociaciones profesionales (entre ellas, la CETM) pidieron a la Dirección General de Transporte Terrestre que se les facilitaran los equipos y protocolos necesarios para trabajar en condiciones de epidemia, como que el conductor no hiciera la carga y descarga, y que ni siquiera tuviera que bajarse de la cabina, entregando la documentación desde su puesto de conducción. Asimismo, en caso de tener que entrar en el centro receptor de la mercancía, estaría obligado a hacerlo con mascarilla y guantes, un hecho que creó un problema añadido, al quedar el país desabastecido de mascarillas, geles desinfectantes y demás material aséptico.
El Ministerio de Transportes se comprometió ante las asociaciones de transporte que repartiría cuatro millones de mascarillas a los transportistas para que pudieran continuar haciendo su trabajo en condiciones de salubridad, pero muchas empresas se quejaron de que las mascarillas no llegaban. Una queja que compartían con el personal sanitario, que también tenían que hacer su trabajo sin tener el equipo necesario para poder realizarlo con las mínimas condiciones de seguridad, tal y como denunciaron ante las autoridades públicas y en todos los medios de comunicación.
Descoordinación europea
Las asociaciones también denunciaron que, mientras que España rápidamente derogó las restricciones a la circulación a camiones en determinadas vías y días del año, la vecina Francia actuó con más lentitud, lo que provocó que, durante unos días, los camiones que salían de España con destino a diversos países de la Unión Europea se encontraban con que allí continuaban las restricciones a la circulación y no se había suspendido la norma que regula los tiempos de conducción y descanso, como en España.
Días más tarde, cuando el problema en Francia se agravó y empezó a preocupar a las autoridades públicas, el Gobierno galo tomó cartas en el asunto y también canceló las restricciones y suspendió el Reglamento 561/2006, al igual que los países del entorno afectados por el coronavirus. Durante el consejo de Ministros de Transporte, se puso en evidencia la necesidad de trabajar de forma más coordianda para atajar el problema cuanto antes.
Medidas excepcionales ante la crisis del Coronavirus COVID-19
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado las medidas que han aprobado en materia económica. Destacan las siguientes:
- Movilización de 200.000 millones de euros, de los que 117.000 serán 100% públicos.
- 600 millones de euros a la financiación de las prestaciones básicas de los servicios sociales de las comunidades autónomas.
- Apoyo a las familias en situación más vulnerable: se garantizarán los servicios de luz, agua y telecomunicaciones. Habrá una moratoria del pago de las hipotecas
- Teletrabajo y la adaptación o reducción de la jornada al 100%
- ERTES: Los trabajadores que se vean afectados por estas medidas tendrán derecho a la prestación del paro, aunque no cumplan los requisitos. Además, el tiempo que reciban la prestación no les computará para el futuro. Además, a las empresas que apliquen un ERTE se les exonerará del pago de cuotas a la Seguridad Social.
- Autónomos: acceso a la prestación por cese de actividad que será compatible con moratorias en el pago de cuotas a la Seguridad Social.
- Creación de una línea de avales de 100.000 millones de euros para las empresas
- Refuerzo a la investigación científica con 30 millones de euros para encontrar una cura frente al COVID-19.
El transporte en el estado de alarma
En este reportaje especial, hemos querido conocer las opiniones de los máximos representantes de las diferentes asociaciones nacionales que integran la Confederación Española de Transporte de Mercancías, CETM, así como de otros protagonistas que, a nuestro juicio, aportan datos de interés para conocer cómo está siendo el comportamiento del sector en esta pandemia, y sus consecuencias en distintos ámbitos.
En este “Especial Coronavirus” era vital saber cómo se están comportando los diferentes subsectores del transporte de mercancías por carretera que en estos cruciales momentos lo están dando todo para que nuestros conciudadanos puedan estar lo mejor asistidos posible, primero en el aspecto sanitario y, por supuesto, en su alimentación y otros servicios añadidos imprescindibles también para nuestro bienestar.
Quiero destacar, en primer lugar, que todos nuestros protagonistas han declarado tener una única y principal preocupación: el trato que se les está dando a los conductores de los camiones y furgonetas, quienes están manteniendo un comportamiento ejemplar. En este sentido, los problemas derivados de esta pandemia, con ser muy importantes, han pasado –por el momento- a un segundo plano.
El transporte de mercancías. Trabajar sin descanso
No cabe duda de que en las dos primeras semanas transcurridas desde que se instauró el Estado de alarma, la actividad del transporte ha sido brutal. No ha habido horas ni descansos, salvo los imprescindibles.
Pero se ha trabajado en unas condiciones a veces inhumanas que, afortunadamente, desde hace finales del pasado mes de marzo han comenzado a mitigarse, gracias en buena parte a la solidaridad de muchas empresas y ciudadanos anónimos, que han puesto a disposición de nuestros conductores algunos servicios mínimos, como la manutención, por ejemplo.
Porque, todos lo sabemos, muchas Estaciones de Servicio han cerrado sus aseos exteriores (los ubicados en el interior de las tiendas, por supuesto) con la excusa de que no tenían personal para mantener limpias estas instalaciones. Señores, este es “su” problema. Además de una falta de solidaridad y de responsabilidad, esta actitud demuestra la nula importancia que les merecen sus clientes, en este caso los transportistas, en todos los sentidos, porque tampoco se preocuparon por atender a su manutención, con un mínimo servicio de catering, agua, un café y un bocadillo para continuar su ruta.
De igual modo, el comportamiento de no pocos cargadores ha sido, como señala el presidente de la CETM, Ovidio de la Roza, “vejatorio”. No solo han tenido que esperar durante largas horas para efectuar la carga y descarga de sus camiones, sino que en muchas ocasiones no les han dejado ni siquiera acceder a los servicios, a los baños. Y, por otra parte -esto es extremadamente grave-, les han exigido que realizaran las labores de carga y descarga, con los riesgos añadidos de posible contagio que ello conlleva.
La CETM ha instado a los cargadores a desistir de esta actitud, habiendo obtenido la callada por respuesta, además de denunciar ante el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana esta situación que, por otra parte es una reivindicación histórica que debería suprimirse de una vez por todas, no sólo en los actuales momentos de pandemia sanitaria.
Con riesgos añadidos
Pero aún hay más. Es una heroicidad trabajar sin la protección adecuada y, sin embargo, nuestros conductores lo están haciendo. Los cuatro millones de mascarillas prometidos por el Gobierno ni están ni se las espera y no digamos de los denominados test rápidos. Las múltiples dificultades que dicen tener nuestras autoridades no son de recibo y dicen muy poco de la capacidad de gestión que debe tener nuestro país, uno de los más afectados del mundo, según las cifras oficiales.
También el transporte
Hay cientos, quizás miles, de sectores afectados económicamente por la pandemia, y el transporte, como no podía ser menos, es uno de ellos. Porque no se trata solamente de atender las irrenunciables necesidades de sanidad y alimentación de la población y sus industrias colaterales.
El transporte de vehículos ya no existe; las mudanzas han sufrido un descalabro prácticamente total; la bajada de la demanda de combustible en las estaciones de servicio ha dejado a las cisternas en sus campas; los vehículos frigoríficos tienen graves problemas en sus retornos desde Europa, porque las fábricas donde se surtían de mercancías para volver a España han cerrado, además de ver rechazados algunos de sus camiones “por ser españoles”, lo que faltaba, sin contar las interminables colas en el paso de las fronteras.
El Multimodal, como declara Juan Castellet, “sufre una falta de oferta” y no ha conseguido ser “una oportunidad” para que descendiera el transporte por carretera, de forma que los chóferes no estuvieran tan expuestos.
La pandemia económica
La industria automovilística ha sido de las primeras en presentar los ya famosos ERTE´s. Pero estos expedientes de regulación temporal de empleo no tendrán cabida en las empresas de transporte, porque no les dejarán aplicar, como explica el presidente del Comité Nacional de Transporte por Carretera y presidente de CONETRANS, Carmelo González, el concepto de “fuerza mayor”, aunque no tengan actividad porque sus clientes han cerrado los negocios.
A nadie se le escapa que las consecuencias económicas que se derivarán de esta situación son y serán muy graves. Nadie sabe a ciencia cierta cómo se van a distribuir los 200.000 millones de euros que ha prometido el Gobierno, porque, entre otras cosas, los avales conducirán al endeudamiento.
Quizás no sea ahora el momento, pero habrá que ver cómo se reconocerá la labor y el papel que desempeña nuestro sector, por parte de los organismos correspondientes.
EL “Gabinete de Crisis” DE LA CETM
Dos grupos de WhatsApp. Uno del personal de la “casa” y otro del Comité Ejecutivo de la CETM, integrado por los presidentes de las asociaciones nacionales y varios asesores, además de José Mª Quijano y Dulsé Díaz, secretario general y secretario general adjunto, respectivamente, y el consejero Miguel Valverde.
Dos grupos de personas en comunicación permanente para un mismo fin: resolver problemas e incidencias ante la Administración e informar puntualmente a los transportistas asociados y a todo el sector.
José Mª Quijano ha sido el “timonel” de este barco, ayudado por Dulsé Díaz, con la colaboración de un hombre tan experimentado como Miguel Valverde. José María es la persona que ha estado desde el primer momento en contacto directo con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a través de la directora general de Transportes, Mercedes Gómez.
Gracias a su labor se han conseguido encauzar muchas de las peticiones del sector, relacionadas con tiempos de trabajo, restricciones al tráfico y un largo etcétera. Cabe señalar que Quijano ha desempeñado también un papel destacado dentro del Comité Nacional de Transporte por Carretera, CNTC, en el que la CETM ostenta la mayoría, al haberse establecido una comunicación exclusiva (una especia de “gabinete de crisis”), entre este Comité y el Ministerio de Transportes.
Esta estrecha relación ha permitido, en palabras de José Mª Quijano, “canalizar todo tipo de consultas, dudas y aclaraciones, que Transportes ha remitido a sus departamentos o a otros ministerios, para intentar resolver los problemas que les hemos planteado”.
Quijano dice mostrarse muy satisfecho de la respuesta de nuestra Administración, en especial de la directora general, con quien ha estado en constante y fluida comunicación. Valora, además, la implicación de las organizaciones sectoriales y territoriales de la CETM en estos días, “aunque a pesar del empeño y del trabajo no hayamos obtenido todos los resultados que esperábamos, como la entrega de mascarillas o test rápidos. Por lo demás, ha sido un maratón constante, con la publicación de decenas de informes y de notas y una comunicación muy activa en todos los frentes. Confiemos en que la pandemia remita pronto; de lo contrario se incrementarán los problemas económicos y de todo tipo en la sociedad”.
Por su parte, ha sido Dulsé Díaz quien ha manejado con mano diestra la relación con los mass media, consiguiendo y facilitando entrevistas con TV, radios, prensa general y especializada, portales de comunicación e incluso representantes de los partidos políticos.
En su opinión, “ha tenido que ser esta maldita crisis quien ha permitido que la sociedad –y algunos políticos- conocieran de primera mano lo que hace este sector estratégico, verdadero motor de nuestra economía. La CETM y sus empresas asociadas ha echado el resto en esta pandemia”. Por otra parte, Dulsé señala que “todo el mundo ha estado preocupado y pendiente de nuestras informaciones. Nos hemos sentido útiles al prestar este servicio a los socios de la Confederación y así será hasta el final. Nuestros transportistas y conductores no tienen horas; nosotros tampoco”.
Díaz y su equipo han “movido” las redes sociales como nunca, publicando decenas de notas y hasta una Guía de crisis para el sector, con datos prácticos de interés. La implicación de todo el personal de la CETM en esta situación excepcional ha sido “maravillosa e imprescindible”, como indica Dulsé Díaz, quien desea destacar “la labor determinante de Miguel Valverde, que ha atendido telefónicamente cientos de llamadas de nuestros asociados, sin descanso”.
Declaraciones de Ovidio de la Roza, presidente de la CETM
El presidente de la CETM, Ovidio de la Roza, declara que en esta “economía de guerra en la que nos encontramos, son muchos los problemas a los que debemos de hacer frente”.
En primer lugar, Ovidio de la Roza quiere destacar “el comportamiento ejemplar de nuestra gente, de nuestros empresarios y, muy especialmente de nuestros conductores. En momentos así es cuando las personas sacan lo mejor de sí mismas, sin importarles que aquellos que tienen la responsabilidad (se refiere, evidentemente, a nuestros gobernantes), no coadyuven precisamente a facilitarnos nuestro trabajo. Es cierto -continúa- que algunas de las intolerables circunstancias provocadas por la falta de aseos y comida en multitud de estaciones de servicio, se han ido solventando, gracias a nuestras presiones ante la Administración, pero todavía persisten actitudes relacionadas con la ausencia de higiene en los servicios y de una alimentación mínimamente adecuada”.
Peor ha sido, en opinión del presidente de la CETM, el comportamiento de no pocos cargadores, “quienes han tratado a nuestros chóferes de forma vejatoria, además de obligarlos a hacer la carga y descarga, y de sufrir hasta dos días de paralizaciones en algunas plataformas. Por supuesto, la falta de medios de protección individual como las mascarillas y EPI’s, porque algunos conductores tienen cierto temor al contagio, ha sido y está siendo uno más de los problemas a los que tenemos que enfrentarnos”.
Estamos en una economIa de guerra
La actividad del transporte, en términos generales, se ha incrementado, pero irá decreciendo, en opinión del presidente de la CETM, por el cierre de industrias, de forma que quedará casi limitada a la relacionada con la Sanidad y a la alimentación, con sus respectivos servicios.
El “después”
En estos momentos Ovidio de la Roza echa de menos la figura de un “capitán” que dirija el combate contra la pandemia “con acciones más positivas y serias y que predique con el ejemplo”. Pero también le preocupa el “después”: “¿Se reconocerá nuestra labor o se olvidará? ¿Tendremos esa capacidad de plantarnos unidos, como colectivo, para pedir lo que es nuestro y tantas veces se nos ha negado?”.
El presidente asegura que la situación económica será “horrible” y que después de esta pandemia ya nada será igual: “habrá un cambio importante en cuanto a nuestra escala de valores y forma de vivir”.
Carmelo González, presidente de CONETRANS y vicepresidente de la CETM.
Carmelo González se nuestra emocionado ante la ola de solidaridad que se está produciendo, por parte de muchas personas anónimas, “como es el caso de la fabricación de mascarillas en muchos pueblos, porque es cierto que estamos teniendo un gravísimo problema con la falta de estos elementos, imprescindibles para la seguridad de nuestros conductores, así como de EPI’s y otras protecciones de seguridad. Creo que ahora, más que nunca, debemos cuidarlos, porque son el brazo armado en esta batalla y en su inmensa mayoría están dando el do de pecho”.
El presidente de CONETRANS se queja, no obstante, de la presión que están haciendo los cargadores para que “nuestros chóferes hagan la carga y descarga de los camiones. No los pueden obligar a realizar estas tareas, por el riesgo añadido que conllevan en cuanto a su seguridad personal –ya no hablo solo de los riesgos laborales-, sino del peligro que entrañan en cuanto a su salud”.
Hay que cuidar a nuestros choferes
Por otra parte, González indica que “el miedo es libre e imposible de controlar. Es difícil mantener a nuestra gente en ruta, máxime cuando todos ellos están echando el resto”.
Aparte de la actividad frenética que se vive en las grandes superficies, el resto del transporte “ha caído de una forma brutal –explica Carmelo González-, especialmente en lo que respecta a los fabricantes de vehículos, quienes se han dado prisa en hacer un ERTE. Pero detrás de la automoción hay miles más de sectores afectados”.
Por lo que respecta a la situación económica que viviremos después de la pandemia, González se muestra pesimista en cuanto al reparto de los 200.000 millones de euros anunciados por el Ejecutivo, así como del dinero que provenga de Europa. “En nuestro sector –explica- la media por empresa es de cuatro camiones. ¿Qué va a pasar con los alquileres de vehículos? Creo que todos los sectores implicados deberían, al igual que nosotros estamos haciendo, echar una mano”.
Francisco López, presidente de CETM Frigoríficos
“Estamos en campaña y las mercancías van saliendo conforme a lo previsto hacia nuestros destinos europeos”, señala Francisco López, presidente de CETM Frigoríficos. No obstante, López cree que en pocos días (la entrevista se realizó el pasado 16 de marzo), es probable que se den incidencias de avalanchas de compradores en los mercados, como sucedió en España.
No cabe duda de que el principal problema de este sector es el referido a los retornos, que se hacen ahora con el vehículo vacío, “porque han cerrado multitud de industrias y fábricas europeas. La única solución que tenemos es hablar con el cliente para que de alguna forma se nos compensen nuestros costes, porque de lo contrario no podríamos realizar el viaje; tengo que decir que el cargador lo está entendiendo”, afirma López.
La espada de Damocles de los retornos
No han sido pocos los incidentes que han tenido que sufrir los camiones de los empresarios de esta esta asociación, incluyendo vehículos rechazados por “ser españoles”, como en Alemania. “Tenemos que prestar una atención especial a las tripulaciones, porque si no las cuidamos, el transporte se paraliza. Más que nunca hay que transmitir calma y las recomendaciones para que sean todavía más cuidadosos, porque persiste el problema de la falta de mascarillas, a nivel general. Lo importante es que lleguen a casa en las mejores condiciones, aunque tengan que hacer más kilómetros por la excepcionalidad de la situación”, declara.
Falta unanimidad a escala europea
“Tienen que existir unanimidad a nivel europeo entre los gobiernos, para afrontar con éxito esta lucha”, insiste López. “No me haga usted parar todos los camiones en frontera y facilite de forma inmediata la circulación”.
Otro de los problemas que se derivarán de esta crisis es el económico, “con una crisis galopante si no se logra remitir el virus, y no solo en España sino también en Europa, el lugar de nuestros destinos”. Por último, Francisco López apela a los poderes públicos para que reflexionen y “se den cuenta de la importancia y de los problemas de nuestro sector, que precisa también que se flexibilicen los tiempos de conducción y descanso”.
Manuel Pérezcarro. Autobuses para la crisis
Por su parte, Manuel Pérezcarro, secretario general de esta organización y director general de FROET (Murcia), insistió en la necesidad de “resolver los grandes atascos que se vienen produciendo en las fronteras con Francia y otros países, de forma que en algunos casos nuestros chóferes han estado más de ocho horas parados, sin poder acceder a los servicios esenciales de aseo y manutención”.
Por otra parte, Pérezcarro se mostró visiblemente enfadado “por las condiciones de trabajo en las que desarrollan su actividad nuestros transportistas: ni hay aseos en condiciones dignas en la mayoría de las estaciones de servicio ni posibilidad de conseguir un mínimo servicio de catering. Si estas circunstancias no cambian pronto, podríamos tener un problema añadido de la mano de nuestra gente”.
En otro orden de cosas, cabe señalar que Froet ha tenido un destacado papel para paliar la situación del sector agrario, cuyos productos abastecen el mercado. “Hemos conseguido –explica Pérezcarro- que las empresas de autobuses (en su inmensa mayoría sin actividad), ayuden en esta crisis sanitaria, trasladando a los trabajadores del campo a las fincas y empresas, solventando así las restricciones de movilidad, de forma que se puedan recoger las cosechas y ayudar en esta crisis sanitaria”.
Francisco Corell, vicepresidente de CETM Cisternas (Gases)
Francisco Corell, vicepresidente de CETM Cisternas, Sección de Gases, afirma que la “distribución de nuestros productos ha caído de forma alarmante, fundamentalmente en la costa, debido al cierre de restaurantes, hoteles y todo lo que tiene que ver con el turismo y el ocio. Y se notará mucho más en el futuro”. El consumo de Autogás, por su parte, ha sufrido también un fuerte descenso y las estaciones de servicio han bajado igualmente su demanda, desde el pasado 9 de marzo, según sus datos. El transporte internacional, sin embargo, ha sufrido un descalabro menor.
De otro lado, “es imposible, por el momento, conseguir guantes y mascarillas, sobre todo las segundas, aunque contamos, afortunadamente, con equipos EPI`s de protección para nuestros conductores, quienes tienen problemas para asearse de forma conveniente en sus viajes”, asegura.
Las consecuencias económicas
Francisco Corell se ha mostrado preocupado por las consecuencias económicas que se prevén, a corto y medio plazo. “Nuestra primera industria es el turismo. Los sectores de la hostelería y de las agencias de viaje están “muertos” y yo no veo una salida, porque va a llegar una nueva recesión”.
Sobre las medidas económicas propuestas por el Gobierno, Corell cree que los avales conducirán al endeudamiento, “por lo que habría que adoptar otras soluciones como no cotizar a la Seguridad Social. Para la pequeña empresa supone una complicación añadida y más con la gente en casa, sin trabajar. Se va a dar liquidez a la banca para que ésta preste a los empresarios pero, ¿cómo vamos a pagar los créditos si no tenemos dinero? Este año vamos a tener que ingresar el Impuesto de Sociedades de 2020 a cuenta, basado en los beneficios del año precedente. Es toda una incongruencia en el actual estado de nuestra economía”.
Pedro Ruiz, presidente de CETM Portavehículos y Logística de Automoción: “Paralisis total”
Pedro Ruiz afirma que han tenido que “subir la flota a Europa para poder hacer allí la distribución de los vehículos, porque en nuestro país prácticamente todas las fábricas están cerradas. Y es que, por ejemplo, en la planta de Mercedes en Vitoria los empleados se negaban a trabajar”.
Pero las cosas se complicaron también en Francia y “apenas tuvimos un margen de dos días para dejar los vehículos en las campas de nuestros clientes, con nuestros conductores jugándosela, con la posibilidad de quedar atrapados con el camión sin poder descargar. Teníamos que traer a nuestra gente de vuelta y afortunadamente lo pudimos hacer”. Esto en cuanto al transporte de turismos, ya que en el de camiones los concesionarios se mantuvieron abiertos, pero finalmente “no pudimos ni cargar ni descargar”.
Pedro Ruiz se muestra muy satisfecho de la respuesta de sus conductores, a pesar de los múltiples problemas que han tenido, en cuanto a servicios higiénicos y manutención.
¿Quién pagará la fiesta?
Esta entrevista se realizó en la segunda semana de marzo, lo que significa que en la tercera Pedro Ruiz ya estaba pensando en hacer un ERTE, dadas las funestas previsiones. “Estoy hablando con nuestros proveedores financieros para buscar soluciones –afirma-, y de momento la respuesta es bastante positiva, pero la solución tendremos que buscarla nosotros. No quiero ni pensar en el medio plazo, pues si ya nuestros márgenes son exiguos, no sé qué pasará. ¿Cómo volveremos a arrancar? O el Gobierno apoya a las empresas o esto se hunde”.
Pedro Alfonsel, presidente de CETM Operadores
Hasta el pasado 17 de marzo la actividad de este sector del transporte fue “normal”, pero “ha comenzado a bajar, a excepción de la alimentación, en todos los campos en los que trabajamos”, explica Pedro Alfonsel.
Es evidente que las empresas que conforman esta organización “van a intentar aguantar –como explica Alfonsel-, pero hay que tener en cuenta los problemas que tienen nuestros conductores en la carga y descarga y la mínima atención que se les presta en las estaciones de servicio para su aseo personal y su manutención. Tenemos ahí un punto extremadamente sensible que nos preocupa, porque a estas duras condiciones de trabajo se le suman los factores de riesgo”.
De todas formas, como asegura Pedro Alfonsel, “nuestros chóferes están realizando el trabajo más allá de las pautas a que les obliga el desarrollo habitual de su actividad”.
Hace falta oxIgeno para las empresas
Por otra parte, Pedro Alfonsel dice que en el apartado económico, “los poderes públicos nos tienen que dar tiempo, merced a un largo periodo de carencia en nuestras obligaciones tributarias, con intereses mínimos en los préstamos. Nos hace y nos hará falta, oxígeno para la supervivencia de un sector ya lastrado por los bajos índices de rentabilidad”.
Juan Castellet, Presidente de CETM Multimodal
A juicio de Juan Castellet, presidente de CETM Multimodal, la actual situación debería ser “una oportunidad para revitalizar el transporte multimodal, en el sentido de que una mayor utilización del tren como modo de transporte de mercancías evitaría el tener que movilizar más personas en la carretera, con todo lo que ello significa en estos momentos”.
Sin embargo, Castellet se queja de la falta de oferta en Multimodal, tanto de trenes como de los barcos que hacen Short Sea Shipping (el transporte marítimo a corta distancia), además “de servicios multimodales agregados y multicliente, hechos que impiden su desarrollo. No tenemos la agilidad del transporte por carretera”.
Una oportunidad para el Multimodal
CETM Multimodal, junto con otras organizaciones, ha solicitado al Ministerio de Transportes que se tenga en cuenta al transporte ferroviario; que se garantice el descanso del personal de conducción de trenes; que se supriman los cánones que afectan a la circulación ferroviaria, para compensar la disminución de cargas y que se supriman los cargos relativos al estacionamiento de vagones y estocaje de contenedores.
Jugando con fuego
Por otra parte, Juan Castellet apunta que en la combinación de la carretera con otros modos se producen los mismos problemas que en el transporte general de mercancías. “Estamos jugando con fuego. Los conductores trabajan en condiciones de riesgo y sin embargo se están comportando de forma ejemplar”. Y eso que los problemas no cesan: “se está produciendo una reducción de personal en las empresas de nuestros cargadores, lo que obliga a nuestros chóferes a estar más de cinco horas en el camión. Por supuesto, persisten los problemas para la utilización de los servicios higiénicos y para conseguir comida en numerosas Estaciones de Servicio”.
Por último y en lo que respecta a la situación económica, Castellet cree que nos espera una crisis de dimensiones desconocidas que afectará a gran parte de la sociedad y, por supuesto, también a este sector.
Ramón Vázquez, presidente de la Asociación de Centros de Transporte y Logística de España
“Las empresas ubicadas en los Centros integrados en la ACTE que tienen una gran vinculación con el sector alimentario, son las que tienen –como es lógico-, una mayor actividad”, explica Ramón Vázquez, quien indica que las relacionadas con sectores como el textil, el bricolaje y otros muchos, están prácticamente bajo mínimos. “De alguna forma, esto es un fiel reflejo de la actividad general del transporte de mercancías por carretera que se realiza en estos momentos cruciales en nuestro país”, incide.
En este sentido y según sus datos, el mayor incremento de distribución de productos “se está produciendo en el e-commer, de una forma exponencial, además de la distribución “convencional” en tiendas y supermercados”.
Como nuestros lectores conocen, el e-commer es un sistema de compra y venta de productos y servicios que utiliza Internet como medio principal de intercambio.
La subida exponencial del e-commerce
En un escalón inferior pero no menos importante “se sitúa la distribución de material sanitario y medicamentos, y posteriormente el de repuestos, que también ha crecido de forma importante”, asegura nuestros protagonista.
La logística, a pleno rendimiento
Cabe señalar, de otro lado, que en el denominado Corredor del Henares (Guadalajara), “uno de los mayores centros logísticos del país en el que trabajan 20.000 personas, se están incrementando tanto los empleos directos como las medidas de seguridad”, declara Vázquez.
A juicio del presidente de ACTE, las medidas que ha tomado el Ejecutivo para facilitar la distribución “son positivas, ya que se han eliminado las restricciones de circulación en las carreteras y, por otra parte, se están realizando entregas nocturnas en los supermercados para que el público pueda hacer sus compras sin problemas, porque los horarios han cambiado con el fin de hacer una limpieza adecuada y reponer mercancía”.
Medidas por decreto
En el ámbito autonómico y local, los problemas se han sucedido: falta de medios para trabajar en condiciones de salubridad, pese a los intentos de la Administración de garantizar que el transporte pueda seguir trabajando.
Pasados los primeros días de confinamiento, y vistos los problemas de los transportistas para hacer su trabajo, el Gobierno decidió establecer por decreto varios asuntos para permitir al sector trabajar en condiciones adecuadas: que las estaciones de servicio abrieran para los profesionales y les abastecieran con lo necesario (abrir baños, ofrecer comida y bebida caliente y permitirles ducharse en sus instalaciones), así como a los centros de carga y descarga, ofrecer a los conductores todo lo necesario para descansar y asearse. También estableció por decreto un listado de alojamientos de carretera en los que los transportistas podrían descansar, repartidos por la geografía española, aptos para los profesionales que no pudieran hacer sus descansos en casa.
De hecho, Transportes confirmó que los transportistas podían hacer sus denuncias a través del teléfono 062, si sufrían algún tipo de contratiempo al cargar, descargar o ir a una estación de servicio y se encontraban alguna parte de las instalaciones cerradas para ellos.
Otra cuestión que el transporte demandó casi desde el principio de la crisis sanitaria fue la carencia de equipo de producción individual (mascarillas, guantes, etc.). En cuanto se tuvo conocimiento de este hecho, el ministro Ábalos prometió a las empresas que seguían trabajando, cuatro millones de mascarillas (que días más tarde ampliaron la cifra a cinco millones).
Días más tarde, a través de Puertos del Estado (el organismo encargado de su distribución) llegó a España un total de 1,2 millones de estos equipos, que se repartieron con la siguiente prioridad: profesionales sanitarios, personal de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y trabajadores del sector del transporte, entre los que se encuentran las entidades y empresas del Grupo Mitma (ADIF y ADIF-Alta Velocidad, Renfe-Operadora, ENAIRE, AENA, Puertos del Estado, etc.) y Correos. Además, otras 75.000 se destinaron al Ministerio del Interior, a distribuir entre los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (Policía y Guardia Civil).
La llegada del material se produjo un día después de que la CETM se preguntara “¿dónde están o por qué tardan tanto en llegar los cuatro millones de mascarillas prometidas al sector por el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana el pasado sábado 21 de marzo y que tenían que haber empezado a llegar ya a los conductores, que siguen acudiendo a cargar o descargar sus mercancías sin disponer de las medidas de protección personal adecuadas?”.
Otros organismos, como las ITVs, también permitieron circular a los vehículos con las tarjetas de inspección caducada, mientras durara el estado de alarma. Igualmente sucedió con las tarjetas CAP que tuvieran que ser renovadas durante este periodo, por lo que si la fecha de expiración era más allá del 1 de marzo, el titular tendrá 120 días de permiso extra.
Las administraciones autonómicas con competencias en materia de tráfico (Cataluña y País Vasco) también publicaron sendas resoluciones en las que se suspendían las restricciones al tráfico.
AEMPATRA. Óscar Baños, presidente de AEMPATRA. “Los tres dIas más tristes de mi vida”
Este es un breve relato de un momento vital y muy duro, en la larga trayectoria de este transportista palentino que ama su trabajo y que se preocupa desinteresadamente por sus asociados, sus colegas. De alguna manera, refleja lo que otros muchos transportistas y conductores están viviendo en sus carnes en estos momentos en los que el “bicho” del Coronavirus nos espera a la vuelta de la esquina.
Hablamos de una persona singular. Se llama Óscar Baños, tiene 46 años y está casado. Por circunstancias que no vienen al caso, a los 22 años se sacó el carné de primera y sustituyó a su padre como conductor del camión propiedad de la familia.
Ya metido en este oficio, terminó la carrera de Empresariales que había emprendido anteriormente. Poco más tarde entró en la Cooperativa de transportistas autónomos de Guardo, en Palencia, transportando carbón con basculantes a la central térmica de Velilla, que recientemente cerró su actividad. Pronto los socios le nombraron presidente, y aún sigue en el cargo; por algo será. La pasada crisis le llevó a viajar por varios países europeos, lo que considera una experiencia interesante.
Con el cierre de la térmica, hubo que “reinventarse”, comprar una “Tautliner” y “a correr”, como él dice
Nuestro protagonista es, entre otros cargos (no le gusta figurar, pero le insisten), presidente de la asociación de empresarios de transporte palentinos, AEMPATRA, pero sus múltiples obligaciones no le impiden recorrer todos los años más de 100.000 kms., a bordo de su camión.
Generoso, tenaz, emprendedor e imaginativo y con una cabeza bien amueblada, Óscar Baños es un apasionado de su trabajo. Y ha sido precisamente en estos días de infortunio en los que se ha dado aún más cuenta de lo que es este oficio, capaz de sacar lo mejor de cada transportista, aun a costa de sufrir.
La ruta
“Soy un afortunado porque volví ayer a casa después de tres días infernales (del 16 al 18 de marzo), en los que he experimentado sensaciones que antes nunca imaginé”, confiesa.
Óscar emprendió viaje desde Palencia hasta Málaga, por la Ruta de la Plata, pues la nevada afectó al centro del país. “Han sido los tres días más tristes de mi vida, en los que la soledad es absoluta, atravesando pueblos desiertos y luego tirado en el parking sin poderte bajar del camión ni hablar con los colegas, porque no te puedes acercar a nadie.
Ni siquiera en el “internacional”, con fines de semana fuera, me he sentido tan mal. Hay sitios en los que te dicen que no puedes bajar del camión sin mascarilla, como era mi caso y el de otros muchos colegas, pero lo peor ha sido los cierres de restaurantes en carretera, en las Estaciones de Servicio, en las que además los aseos están cerrados a cal y canto”.
Óscar pidió una hoja de reclamaciones en una de las gasolineras de una importante petrolera, en la provincia de Cáceres, porque el baño estaba cerrado con la excusa de que no tenían personal para limpiarlo. “Te da la sensación de que se te trata peor que a un perro. Es todo un despropósito. Los restaurantes son los que te dan la vida, donde descansas, te aseas, desayunas, charlas. Al menos deberían haber preparado algún tipo de catering, nada especial, un bocadillo, y no digo ya una comida caliente, porque no pedimos nada del otro mundo. Debido a esto la gente está molesta y se está calentando, pero los camiones no se pueden quedar parados”.
La “munición” del transporte
“Somos conscientes de que los sanitarios están en la primera línea, que son absolutamente necesarios y que nunca les agradeceremos suficientemente su trabajo, pero somos nosotros quienes les aportamos la munición para que realicen su trabajo”, explica.
Por otra parte, “muchos ciudadanos no han sido conscientes de que comprar más de lo necesario nos obliga trabajar más de lo habitual, con lo que se incrementa el riesgo de contacto. Los transportistas nos hemos comprometido a que no falte de nada y así va a ser, mientras haya producción. Somos un sector clave que asegura el abastecimiento y si nos contagiamos masivamente, esto se va a acabar sí o sí”, enfatiza.
Borja de Torres, consejero delegado de ACOTRAL
¿Cómo ha sido la actividad en su empresa en estas las últimas semanas? ¿Ha tenido que reforzar los servicios, tanto de vehículos como de conductores?
Estamos viviendo una situación tanto excepcional como imprevisible. La sociedad ha reaccionado al confinamiento, aprovisionándose muy por encima de lo que lo hace en circunstancias normales y ha provocado un incremento sin precedentes en nuestra actividad. Para ello hemos tenido que reforzar nuestros servicios contratando a más de 180 conductores e incrementando la flota en 100 tractoras propias, además de reforzar la colaboración con diferentes empresas de transporte.
Ahora toca responder a la demanda de la sociedad
¿Cómo están respondiendo sus conductores ante esta situación excepcional?
Espectacular. Los conductores y los mandos intermedios de ACOTRAL entienden que tienen una responsabilidad con la sociedad y que son una pieza clave para garantizar los productos y eliminar el miedo que se ha apoderado de muchos. Su trabajo, dedicación y esfuerzo en estas circunstancias dice mucho del nivel humano de nuestra empresa. Todos estamos orgullosos de ellos.
Mascarillas y guantes resultan imprescindibles en estos momentos. ¿Ha conseguido equipar a todos sus conductores con estos elementos?
Seguimos las recomendaciones de trabajadores sanos de la OMS y del Ministerio de Sanidad: mantener la distancia, evitar el contacto físico, uso voluntario de mascarillas y demás medidas que ahora son sobradamente conocidas por todos. Además, hemos puesto en marcha un protocolo de desinfección de la cabina del camión en cada cambio de conductor. En cuanto al equipamiento de mascarillas es imposible conseguirlas desde que se decretó el Estado de Alarma y entendemos que el Gobierno debería suministrar a los transportistas este equipamiento en adelante.
Límites a la higiene de los conductores
Existen numerosas quejas de los conductores sobre las Estaciones de Servicio, a propósito de la falta de un servicio de catering, duchas y sanitarios en condiciones. ¿Qué nos puede decir en relación con la experiencia de sus conductores al respecto?
Los primeros días encontramos muchas dificultades en las estaciones de servicio y áreas de descanso para usar los servicios y duchas, incluso para poder comer; pero tras reclamarlo desde CETM podemos decir que, salvo algunas excepciones, han reaccionado para dar cobertura a los conductores.
Donde estamos encontrando más problemas es en los puntos de carga de los fabricantes. En muchos casos no permiten el uso del aseo a los conductores que tras varias horas de conducción lo necesitan y además tienen que cumplir con las normas de lavado de manos recomendada. No entiendo como toman medidas que suponen limitar la higiene personal de los conductores profesionales en las circunstancias en las que nos encontramos.
¿Cree que después del esfuerzo que está haciendo el sector se conseguirá dignificar la profesión como se merece y que se atiendan, en consecuencia, sus peticiones, por parte de los poderes públicos? Porque entiendo que la sociedad en general lo tendrá en cuenta.
El sector debe dignificarse todos los días desde todos sus actores y entre ellos estamos los transportistas. No cabe duda de que estas circunstancias van a dar una visibilidad a nuestra actividad que ayudará a ponerla en valor en el futuro, pero no debemos ser oportunistas. Ahora toca responder a la demanda de la sociedad y el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. Nos tenemos que poner en valor ahora, pero también todos los días.
La ayuda de los cargadores
Si esta situación se prolongara un mes más, ¿cree que aguantarán la presión?
Estamos tomando decisiones en la empresa que garanticen el servicio a la sociedad en escenarios pesimistas y optimistas. Ahora mismo tenemos que tomar decisiones muy a corto plazo por que las circunstancias cambian por horas y hay que tener la flexibilidad necesaria para adaptarse. Sin duda, estamos preparados para resistir, pero nos enfrentamos a una situación que no estaba prevista.
De hecho, hay que agradecer también a nuestros proveedores el esfuerzo que están haciendo por cumplir con nuestras necesidades. Es digno reconocer que son una pieza clave para que nuestra empresa funcione, más aún, en las circunstancias actuales.
Necesitamos la ayuda de los cargadores. Tienen que entender que hoy, más que nunca, las horas de espera para cargar o descargar son importantísimas para que nuestros camiones realicen los máximos servicios posibles.
¿Qué medidas complementarias a las ya adoptadas tendría que implantar el Gobierno para la mejora de las condiciones de transporte?
El Gobierno está reaccionando muy rápido a las demandas del sector actualmente y de forma coordinada con CETM se han puesto en marcha numerosas medidas que realmente han favorecido el tránsito de nuestros vehículos. Lo principal es garantizar que las áreas de servicio y los puntos de cargar cubran las necesidades básicas de los transportistas (aseo, comida, combustible y zona de descanso). Una medida adicional sería garantizar el acceso a material de protección (mascarillas principalmente) que recientemente ha aprobado el Gobierno y que esperamos que lleguen en los próximos días.
Por último, ¿qué le parecen las medidas económicas del Gobierno? ¿Quién cree que serán los beneficiarios?
Ya habrá tiempo para valorarlas más adelante porque seguro que van a ir ampliándose con el paso de los días. En cualquier caso, tenemos que tener claro que de esta crisis salimos entre todos arrimando el hombro y no esperando a que nos saquen de ella.
Javier Arnedo, presidente de CETM La Rioja. Una iniciativa que merece una ovacion
El Grupo Arnedo, que regenta Javier Arnedo, empresario de transportes y presidente de CETM La Rioja, ha saltado a la palestra de los medios de comunicación debido a una iniciativa singular: el ofrecimiento de comida y cena gratuitos, así como el acceso a aseos, duchas y vestuarios, en sus instalaciones de Pradejón (La Rioja), en el Pk. 367 de la N-232, para todos los transportistas que estén conduciendo sus vehículos y lo necesiten. “No creo que esté haciendo nada del otro mundo -asegura Arnedo-, pues los conductores te demuestran que están al nivel de la situación y me gustaría que todo el mundo hiciera lo mismo”.
Arnedo es de la opinión de que “nos tenemos que apoyar todos los transportistas y, sobre todo, dar ánimo y medios a nuestros conductores, así como al resto de la plantilla”
En lo que respecta a la actividad de transporte, Arnedo confiesa que “ha sido un caos en la primera semana del Estado de alarma, sobre todo en la alimentación, aunque afortunadamente no hemos tenido problema alguno con nuestros trabajadores y conductores, que han realizado los servicios con arreglo a la normativa vigente. Sí hemos tenido dificultades con los retornos, sobre todo por los tiempos de espera, que se han alargado”.
Javier Arnedo confía en que, después de la pandemia, “se vea más reconocido nuestro trabajo. Hemos tenido gente de baja que han pedido incorporarse al trabajo, sobre todo los conductores”.
El presidente de CETM La Rioja no quiere hablar del problema económico que se nos avecina, “ya lo solucionaremos después, aunque hay gente (clientes) que ya nos están solicitando que retrasemos los cobros de nuestros portes. Creo que nadie debe aprovecharse del momento que atravesamos”.
Cristóbal San Juan, presidente de CETM Madrid. Hay que dignificar esta profesion
“Nos hemos olvidado de rentabilidades, haciendo todo lo que podemos y más”, afirma el presidente de CETM Madrid, Cristóbal San Juan, para quien el principal problema en estos momentos es la ausencia de equipos, EPI’s, mascarillas, etc., para los conductores que hacen el trabajo con una protección mínima.
“Después de la Sanidad y la alimentación está el transporte, porque sin nosotros nada funciona. Tenemos a la gente trabajando de sol a sol y sin los servicios adecuados, higiénicos y de manutención. Hay que dignificar esta profesión y para ello debemos obligar al Gobierno a que tenga en cuenta a nuestros conductores. Nos enorgullece que sean así.
Tienen familia y amigos y se están dejando la piel con no pocos riesgos. Son nuestros salvadores”, declara San Juan, quien añade que “el que se baje del camión no se volverá a subir y, por el momento, podemos estar tranquilos, siempre que se nos faciliten los medios de protección”.
Por lo que respecta al transporte internacional, Cristóbal San Juan asegura que “tenemos los mismos problemas, pero acentuados con los retornos, porque muchas industrias no quieren cargar vehículos españoles”.
Jaime Scott, director de Marketing de Euromaster
Mucho se habla de la caída del tráfico de la hora punta en las grandes ciudades por el estado de alarma decretada ante la evolución de la crisis sanitaria del COVID-19. Pero las carreteras tienen quien las circulan. En España, el 90% del transporte se hace por carretera y estos vehículos pesados representan ya la mitad del tráfico rodante.
Miles de transportistas por todo el país llevan de un punto a otro los suministros básicos que requieren hospitales o supermercados. Pero ¿qué pasa si hay algún problema mecánico? No es un camión en la cuneta simplemente, es un efecto dominó que provoca que una mercancía valiosa para las personas no pueda llegar al destino.
El taller adquiere así otro carisma en estos días. Nunca ha dejado de tener ese lado más humano y social, pues en tiempos normales diríamos que los talleres son garantes de la salud vial, nunca un mero trámite. Pero en los actuales digamos que se han convertido en garantes de la salud vital.
Pablo José Ferrer, Servicio de Transportes y Mudanzas
“Estamos a tope. No podemos quejarnos, pero sólo sabemos la carga de trabajo cada jueves, así que todo es una incertidumbre. En cuanto a la operativa, no hemos encontrado sitios para comer. De la primera semana a la segunda, hemos encontrado una diferencia: nos han abierto los baños. Y están como cualquier otro día del año, es decir, limpios. En las dos primeras semanas, si no llegamos a llevar comida de casa, no habríamos comido.
En cuanto a los equipos, nosotros, al mover productos químicos, ya llevamos mascarillas con filtro, porque estamos obligados. Pero no sé si vamos a tener más en semanas sucesivas.
Así, con el coronavirus, con el mismo trabajo, trabajamos menos. En los centros de carga y descarga, las cosas van más despacio, y lo único bueno es que se circula mejor por la carretera. Por lo demás, vemos un gran problema en Madrid (nos dedicamos al movimiento de contenedores que se mueven en tren o en barco) porque no sabemos qué va a pasar ahora”.
Carta remitida por Ana María Ciordas, de Alcañiz (Teruel): “Los olvidados”
Alguien dijo una vez que para llegar a conocer la luz habría que conocer mejor la oscuridad. Creo que el gremio del transporte aún le falta mucho para llegar a conocer la luz.
Mientras que toda la humanidad tiembla por el COVID-19, los camioneros están, como siempre, al pie del cañón: algunos repartiendo mercancía, otros tirados por los aparcamientos, solos, en esas cabinas de acero y no he visto a nadie que se pregunte si están confinados en sus cabinas de acero o si les falta agua o comida.
Qué triste ver, de nuevo, que nadie se acuerda de ellos. Ahora no se molestan ni siquiera en llamares kamikazes, porque no molestan, son los desgraciados de siempre que nos llenan los supermercados estos días, las farmacias, llevan los piensos a las granjas para que los animales no se queden tampoco sin alimentos.
Hablan de los farmacéuticos, del personal de los supermercados que son el personal más expuesto al virus en estos días del confinamiento. Y digo yo ¿qué podrían hacer ellos si nuestros marineros del asfalto no harían todos los viajes necesarios para que no falte de nada?
De nuevo, no hay ni siquiera una mención a nuestros héroes de verdad. Escucho estos días a los tertulianos de los programas de televisión y ni una triste mención. Debe de ser que las palabras “camionero” o “transportista” están totalmente prohibidas.
El ministro Ábalos está preocupado de otras cosas, como encontrarse por casualidad con la vicepresidenta de Venezuela, que tiene prohibido pisar suelo europeo. Además, va a inaugurar un torre gótica restaurada, donde ponen una placa con su nombre, destrozando un trocito de del Patrimonio Nacional, en vez de preocuparse de sus labores de ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
Creo que le debe de pesar mucho este trabajo; cobrar, cobra por ello. Lo único, que se preocupa de cosas distintas o ha debido de confundir su cargo. Mi opinión es que todo eso le viene grande, creo que es como dijo él “he venido a la política para quedarme”. Claro, para quedarse y cobrar una pensión vitalicia. Qué pena.
Me pregunto hasta cuándo nuestros héroes van a aguantar, cuándo llegará el día que exploten de verdad. Entonces ¿qué pasará? ¿se acordarán de ellos para decir que han explotado por no aguantar más o todos se les tirarán encima para criticarles?
En carretera desde el camión. “Dos días de marzo”
El día 13 de marzo, el País Vasco aprobaba el estado de emergencia sanitaria, lo que facultaba a la autonomía a declarar el confinamiento. Un día después, el Gobierno español decretaba el estado de alarma. La libertad de circulación quedó restringida y se estableció el cierre de la mayoría de los comercios. El domingo 15, Emilio salió con su camión, de Vitoria hacia Barcelona. Cargaría frutas y verduras para abastecer a tiendas de Álava, Vizcaya, Cantabria y la Rioja.
Transportes Uriarte es una pequeña empresa alavesa. Tiene 20 camiones frigoríficos y un total de 26 empleados. Están en el mercado desde enero de 1990. Se dedican al grupaje. No son una agencia de transportes, pero hacen grupaje. Sus frigoríficos salen de la capital alavesa hacia Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid en busca de frutas y verduras. Nunca cargan en el campo, siempre en los almacenes.
Su operativa es bastante simple: sus clientes, que son mercados de abastos, tiendas y supermercados de la zona norte, les indican dónde han comprado el género. Sus camiones van a por la mercancía y luego la entregan. También se puede dar la situación contraria, que el vendedor contrate el porte. En cualquier caso, la mercancia se descarga en sus instalaciones, localizadas en el polígono Industrial de Júndiz, para volver a agruparlas por clientes y zonas y distribuirlas a continuación, antes de que el negocio de la alimentación abra sus puertas por la mañana.
El domingo es el primer día de la semana: los camiones, cargados de cualquier cosa, salen hacia los almacenes. Este es el día más relajado, de momento, sólo hay que salir de casa. En nuestro caso, partimos a las 15:25 horas. El tacógrafo marca los ritmos, aunque, de momento, no sabemos donde tendremos que cargar. Nuestro destino es un almacén de Abrera, en Barcelona. Llevamos textil, bazar y electrodomésticos para las Islas Baleares.
El día es magnífico, luce el sol, hace 20ºC. Un domingo perfecto para estar en el campo, comiendo con la familia. Aunque este domingo es especial. Es el primer día del confinamiento. Emilio, que ahora vive en Miranda de Ebro, no ha visto a nadie por la carretera. El polígono de Júndiz está vacío, como cualquier otro domingo, pero se nota que algo ha cambiado.
Dos camiones salen de la base al unísono. Su tocayo Emilio, que es de Castellón, va hacia casa. Hasta Zaragoza vamos juntos, a cierta distancia y hablando de vez en cuando por teléfono. El “¡mare mía!” del tocayo de Emilio y sus silencios llenan la conversación. En Logroño baja la temperatura a 17ºC y el tiempo se nubla. Como llevamos menos peso que nuestro compañero, nos vamos alejando, ya no le vemos.
En Calahorra comienza a lloviznar y en Zaragoza se desata una tormenta. De momento, más truenos que lluvia, baja más la temperatura, hasta los 15ºC. En todo este tramo, 260 kilómetros, apenas nos hemos encontrado tráfico. Nosotros somos los únicos camiones que vamos hacia el este. Algún coche (en concreto, tres), nos han adelantado y nos hemos cruzado con un par de frigoríficos y una lona. O sea, nadie en la carretera.
Pasamos por La Pepa: está cerrado. Es la primera vez que Emilio ve este restaurante con las luces apagadas en sus 36 años al volante. En el aparcamiento tampoco hay nadie. El tráfico es casi como el de cualquier domingo, quizás un poquito más fluido.
En Venta Lucia, cerca de Bujaraloz, deja de llover. Pasamos Fraga y en el área de servicio Fondo de Litera paramos. Son las 19:48 horas. Nos han sobrado siete minutos para hacer la pausa. Ya es de noche, la gasolinera parece cerrada y, aunque hay luz, la verja de la puerta está echada. Estamos solos, no hay más camiones. Nos acercamos y comprobamos que hay gente dentro. Es como si fueran las tantas de la madrugada, solo sirven desde el interior. Pedimos dos cafés, nos los pasan por el hueco que une el establecimiento con el exterior. El café esta verdaderamente bueno, pero los servicios están en el interior y no los podemos utilizar ¡qué se le va hacer…!
A las 20:34 horas nos ponemos en marcha, ¿habrá algún sitio donde poder cenar? Nada de nada, todo cerrado. Llegamos a Igualada. Aquí la cosa empeora: las salidas de la autovía están cerradas, en algunas hay Mossos d’Esquadra cortando el paso. Se ve movimiento de policía, coches y furgonetas. También se ve una gran jaima, podría ser el cuartel general de la operación. En Castellolí parece que hay un restaurarte con luz. Una docena de coches de Mossos están aparcados enfrente. Emilio se pregunta ¿“cómo haces si tienes que entrar al polígono industrial de Les Comes?”.
A las 22:20 horas llegamos a Abrera, el polígono está “petado”, como siempre. Encontramos sitio en el almacén y descargamos. Esto es importante, si no, se rompería el descanso. La mayoría de los camiones están mal aparcados. “Hay algunos que no se dan cuenta de que si complicas la maniobra, puede que te pases de tiempo de conducción”, nos dice Emilio.
Es hora ce cenar, un poquito de fuet, queso, pan y unas manzanas. Esto es lo único que se puede cenar hoy. Menos mal que Emilio ha sido previsor.
Día dos
Al día siguiente, el nuevo maquinista ha sido tan amable de dejarnos usar su baño. Todo un lujo, podemos asearnos. Emilio incluso se ha afeitado. No sabemos donde tendremos que cargar. Hay un coche de policía por la zona haciendo mover los camiones mal aparcados. “A alguno le van a joder el descanso”.
Visto lo visto, habrá que hacerse con algo de comer. Cogemos el paraguas, parece que va ha llover. Cerca hay un supermercado. Estirar las piernas será un placer. Cruzamos el desierto parque industrial; un ciclista equipado con una máscara es el único que se atreve a transitar. El centro comercial parece cerrado, el Burger King “chapado” también. Vemos entrar un coche a un aparcamiento cercano. Baja una mujer. Le preguntamos si sabe si está abierto el súper. Nos responde “mantengan la distancia de seguridad”. Después nos indica por dónde se puede entrar.
Poca gente, muchas cajas verdes de fruta y hortalizas vacías y continuos avisos por megafonía: “se recuerda a los señores clientes que no está permitido comprar más de siete artículos del mismo género”, es lo que nos encontramos. Hacemos acopio de pan, fruta, embutido, queso, unas latas de conserva y un pequeño capricho: unas galletitas.
Volvemos al camión: hemos hecho 3,5 kilómetros andando y nos ha sobrado el paraguas. A las 12:38 horas nos dicen que hay que ir a Mercabarna. Somos el camión de cola, eso quiere decir que tendremos que recoger lo que no estaba preparado y, por tanto, no han podido cargar nuestros compañeros. Hoy el día será largo. Los puestos cierran sobre las seis de la tarde. Comienza a diluviar, hace 12ºC. El tráfico será horrible. Barcelona con lluvia es un infierno.
Falsa alarma, no hay nadie por la carretera. A las 13:15 horas comenzamos las recogidas, 11 almacenes. Todo cerrado: no se puede comer, no se puede mear. Si lo haces en la calle, te ven por las cámaras y te denuncian, 150 euros de multa. En los puestos hay servicios, pero no te dejan usarlos. La lluvia tampoco ayuda. Un coche de policía recorre todo este gran quilombo de camiones, carretillas y personas que circulan sin aparente concierto entre la lluvia. De vez en cuando, el coche de policía hace una foto y “te manda el regalito”.
La última recogida la hacemos fuera del recinto de Mercabarna, nueve palés. Son las 16:03 horas. A las 17:45 sale “el coche escoba”. Llevamos kiwis, manzanas, peras, plátanos y bolsas de zanahoria en tiras. No deja de diluviar.
Pasamos la Panadella cinco minutos antes que otros días. “No hay tráfico”. Entre Fraga y Alfajarín parece aumentar un poquito. No es para tanto, lo que sucede es que un transporte especial “esta haciendo tapón”. Después seguimos solos debajo de la gran manta de lluvia hasta Sobradiel, son las 21:45 horas.
Este área de servicio de la autopista esta casi desierto. Cuando llegamos, uno de los pocos camiones allí aparcado despierta y sigue su ruta. La gasolinera parece cerrada. Un coche llega, para, mira, piensa que la estación no está operativa y se va. Dentro de la gasolinera hay dos empleados que atienden desde el interior. Pedimos otros dos cafés, esta vez no son tan buenos. Tenemos que tomarlos al cobijo de la tejavana que cubre los surtidores, porque la lluvia es intensa. Esto parece “el apocalipsis zombi”. Eso sí, los servicios, que están en el exterior, esta vez están abiertos e impolutos.
A las 22:35 horas salimos, a la lluvia se le une el viento. Llegamos a la base a la 1:21. Ha dejado de llover, “qué respiro”. Ahora toca descargar los pedidos y volver a cargar para repartir por la zona, otras tres entregas. A las 3:00 hemos terminado, hora de ir para casa. Mañana a las tres de la tarde Emilio, comenzará de nuevo.
Júndiz está desierto. Al final de la larga avenida se ve un coche de policía. Nos da las luces y se para a nuestro lado. El ertzaina nos pregunta “¿Qué hace usted por aquí, no sabe que se ha declarado el ESTADO DE ALARMA?”.
8 de mayo de 1984
Emilio Gómez Meijome nació en Silleda, Pontevedra. El 8 de mayo de 1984 nació para el mundo del transporte en Andorra. Desde los 18 años residía en el Principado, trabajó como gruista hasta que fue a la mili. La acabó sin carnés, los tuvo que costear de su bolsillo en 1984 “me salieron baratos, todo por 50.000 pesetas”.
Comenzó a trabajar en Hortifruit con un Pegaso 260, un dos ejes con cambio de bola de ocho velocidades, 4+4. Traía fruta de la Península a Andorra y salía con agua del manantial de Arinsal. En esta empresa terminó conduciendo un Comet 170, sin turbo y con una trasmisión de seis velocidades.
Me gusta la profesión, siempre me ha gustado ¡Me encanta! He hecho buenos compañeros, buenos amigos y he tenido buenos jefes desde el principio hasta ahora
Cambió de empresa, se fue a Frutas Molina. Aquí comenzó con un MAN de 280, a estas alturas hablaba catalán. Esta empresa fue adsorbida, entonces es cuando pasó a conducir su primer tráiler y comenzó su periplo por Francia: Rodex, Montauban, Nimes, Codognan, Toulouse, Arles, Termes. Siempre con la fruta como principal porte. Sus camiones fueron un MAN 19.332 y un MAN 19.502. Había estudiado francés en la escuela, lo que hizo que lo perfeccionara aún más.
Cuando dejó Andorra bajo para la Seo de Urgel. Como era gallego hacía la ruta de Galicia y Portugal. Aquí trabajó con un MAN, un 19.422. Luego pasó al camión que más cariño ha tenido y mejor recuerdo le ha dejado: un Iveco biturbo, con 8 cilindros en V de 520 CV.
En 2005 lo dejó. Un poquito de vida familiar no estaría mal. Durante un tiempo estuvo llevando una cuba de hormigón.
No aguantó mucho trabajando en corto recorrido y se fue a San Sebastián, con una cosechadora de 430 CV. En aquella empresa, transporte BIDEAN, el lema era “EL CAMIÓN Y EL CHOFER SON LA IMAGEN DE LA EMPRESA”. Trabajaba con una caja, esto no le gustaba nada. Emilio es de frigoríficos. Cuando supo que en Transportes Uriarte necesitaban conductores, no lo pensó. En 2006 volvió a lo suyo, los frigoríficos. En transportes Uriarte ha trabajado siempre con Scania, un R 420, un R 470 y, por último, en junio de 2019 pasó a su actual R 450.
Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com
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