Adiós a las llaves del coche. Su historia
En 1900, arrancar un vehículo era un proceso complejo que comprendía unos diez pasos diferentes, que tan solo un conductor bien formado podía dominar. Activar el arranque con un interruptor giratorio era solamente uno de esos pasos. Por eso, los ladrones de coches necesitaban ser bastante decididos.
El año 1910 marcó el nacimiento de la llave del automóvil en su sentido más amplio y el inicio de una larga historia en la prevención del robo de coches. Las llaves se utilizaron para bloquear el circuito eléctrico de la ignición, pero los conduc-tores de automóviles todavía tenían que arrancar el motor.
En la década de 1920, la gente comenzó a cerrar con llave las puertas de sus coches, pero necesitaban una llave separada para hacerlo. El interruptor de arranque de encendido se convirtió gradualmente en la norma. No solo bloqueaba el circuito eléctrico, sino que también encendía el motor de arranque. Una vez que se retiraba la llave, el volante se podía bloquear. Algo normal hoy en día, pero de alta tecnología en aquel entonces.
Por otra parte y como la extravagancia nunca pasa de moda se vieron cosas bastante raras, como por ejemplo, a la reina Soraya de Irán se le fabricó una llave de oro personalizada para su Mercedes 300 SL.
En los años sesenta, algunos coches tenían dos llaves diferentes: una para abrir la puerta y otra para arrancar. Poco a poco, disponer de una única llave para la cerradura de la puerta y el encendido, se convirtió en la norma.
Alrededor de 1960, las llaves de los automóviles comenzaron gradualmente a tener su actual apariencia, manteniéndola en la década de 1980 e incluso más allá.
A mediados de la década de 1990, los sistemas de cierre centralizado comen-zaron su avance triunfal. Desde entonces, los conductores ya no tenían que caminar alrededor del vehículo cerrando cada puerta por separado.
Las primeras llaves por control remoto inalámbrico hicieron que bloquear y desbloquear un coche fuera aún más sencillo. Un clic y todas las puertas están abiertas. Si los conductores no pueden recordar exactamente dónde aparcaron su automóvil, el control remoto inalámbrico les ayuda a encontrarlo: un destello en los intermitentes cuando se desbloquean las puertas, muestra exactamente dónde está.
El progreso no se detuvo con el control remoto inalámbrico. Los sistemas de cierre sin llave, que debutaron en los coches producidos en 1999, permiten a los conductores no solo bloquear y desbloquear las puertas, sino también arrancar el motor con solo presionar un botón.
Con los sistemas convencionales de acceso y arranque sin llave, ésta aún debe llevarse en el bolsillo. Para abrir la puerta y arrancar el motor, se comunica con el automóvil mediante una señal de radio en el rango de baja frecuencia (LF) o de frecuencia ultra alta (UHF). En la lucha contra los ladrones, la industria automo-triz está perfeccionando constantemente los sistemas existentes.
Ahora, el sistema Perfecttly Keyless de acceso y arranque sin llave de Bosch para automóviles funciona con una llave virtual almacenada en el teléfono móvil. Los sensores instalados en el vehículo reconocen el teléfono del propietario como si fuera una huella digital y lo abren solo para él. El control de la llave digital enlaza la aplicación y el vehículo a través de la nube. Al final, esto supone que la llave del coche puede quedarse en casa.
Y nos queda incluso por ver, el acceso al vehículo sin el teléfono móvil. Adiós a las llaves del coche.
Fuente: http://www.asepa.es/
Antonio Mozas
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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