Nos hemos enterado, una vez más, de la detención de un conductor profesional que circulaba con una tasa de alcohol diez veces superior a la permitida. Como sigamos así, la noticia va a ser que se ha premiado a un conductor profesional que, tras someterse a un control de alcohol y drogas, dio negativo en ambos.

¿Qué es una exageración? sí ¿qué es injusta? también.

La inmensa mayoría de los conductores profesionales son responsables y respetuosos con sus obligaciones, pero noticias como ésta, que se vienen repitiendo con cierta asiduidad, están haciendo un inmenso daño a esta profesión. Y, preguntarán ustedes ¿qué se está haciendo para evitarlo? pues no digo nada, pero sí muy poco. La acción de las autoridades en este asunto se ha limitado únicamente a la intensificación de los controles por parte de la Guardia Civil. Pero nada más.

Nos hemos dirigido (me refiero a los empresarios de transporte y, más concretamente, a la CETM) a los partidos políticos para que promuevan una serie de modificaciones normativas. De esto, hace más de dos años. El resultado, desalentador. PP y Cuidadanos nos atendieron correctamente pero no hemos visto ninguna iniciativa parlamentaria al respecto. Y el Partido Socialista ni siquiera nos recibió, a pesar de haber insistido varias veces en esa entrevista, por nuestra parte.

Los sindicatos, en este tema, ni están ni se les espera, ya que siguen convencidos de que cualquier regulación en este sentido la piensa utilizar el empresario para el despido, insistiendo en que este problema tiene su origen en el estrés que sufren los conductores por las obligaciones que les impone el malvado empresario.

“Noticias como ésta, que se vienen repitiendo con cierta asiduidad, están haciendo un inmenso daño a esta profesión”

¿Y qué es lo que estamos pidiendo los transportistas para paliar este grave problema?

Se debería actuar en dos direcciones: por un lado, se tendría que realizar una modificación en la reglamentación para la obtención y renovación del permiso de conducir de los conductores profesionales de camión o autobús, incluyendo un exhaustivo examen médico que incluyese la detección del consumo de alcohol y drogas. En el caso de dar positivo, el aspirante a la obtención o renovación quedaría excluido.

Este examen debería exigirse, igualmente, y con las mismas consecuencias, para la obtención y renovación del certificado de aptitud profesional (CAP). Estas modificaciones afectarían, por tanto, a todos los conductores profesionales, bien sean autónomos o trabajadores por cuenta ajena.

Por otro lado, en el ámbito laboral, deberían producirse modificaciones normativas, eliminando el criterio de habitualidad en el consumo como causa de despido, en el caso de los conductores profesionales u otros trabajos que puedan influir en la seguridad del propio trabajador, sus compañeros o el resto de las personas.

Además, en la empresa, deberían hacerse obligatorios los reconocimientos médicos anuales para los conductores, incluyendo las pruebas sobre consumo de alcohol y drogas y, debería facultarse al empresario para que pudiese exigir controles aleatorios, siendo causa de inhabilitación para el ejercicio de la profesión.

Probablemente, habría que tratar otras modificaciones en el ámbito penal o administrativo con el fin de erradicar estas conductas.

No se puede andar con paños calientes cuando la vida de otras personas está en juego. Desde el sector del transporte, pedimos que se actúe ya.