Estos objetivos, disponibles en su Informe de sostenibilidad corporativa 2016, también establecen que en el 2025 el 40% del combustible que emplea para el transporte terrestre proceda de fuentes alternativas a la gasolina convencional y al diésel, frente al 19,6% de 2016.

Desde la firma aseguran que ya trabajan con más de 8300 vehículos de combustible alternativo, que incluyen vehículos eléctricos, híbridos eléctricos, híbridos hidráulicos, de gas natural comprimido, de gas natural licuado (GNL), de propano y de «carrocería ligera diseñada para el ahorro de combustible». A esto hay que añadir el consumo anual «de millones de litros de diésel renovable con menor huella de carbono y de gas natural renovable (GNR)».