El transporte portuario, ha experimentado, en los últimos años, una profunda transformación que no ha sido gradual, sino que ha supuesto un cambio radical en los procesos de trabajo que desarrollamos.

Los avances tecnológicos, los cambios normativos y la evolución del mercado internacional son, en mi opinión, los factores que más han influido en el devenir del transporte terrestre portuario y con toda seguridad estarán en el eje de los cambios que se producirán en los próximos años.

Por otra parte, la solución definitiva al conflicto de la estiba parece cada día mas cercana y por tanto, la paz social en los recintos portuarios, cuestión fundamental para seguir por la senda del crecimiento sostenido y sostenible.

En los próximos años será decisiva nuestra capacidad de adaptación a los cambios tecnológicos que tendremos que integrar en nuestra operativa. Con toda seguridad habrá que invertir en equipamiento y formación para alcanzar los estándares necesarios para subirse a este carro.

La implantación definitiva de las plataformas digitales, la documentación electrónica, la tecnología 4.0, la ciberseguridad, son algunas de las cuestiones que provocarán importantes cambios en el transporte de contenedores.

Por otra parte, es muy posible que a medio plazo las cuestiones medioambientales obliguen a modificar sustancialmente nuestra operativa y a adaptarla a mayores exigencias a las que estamos acostumbrados. También la seguridad y la protección en las instalaciones portuarias aportarán novedades importantes  y la obligación de adaptar nuestros procesos.

Debemos conseguir que todos los puertos asuman compromisos de calidad, en relación con el transporte, al mismo ritmo. 

No podemos olvidarnos de la evolución del mercado internacional y la incertidumbre geopolítica, factores que se traducen en muchos casos en cambios profundos en nuestra manera de trabajar. La concentración de las compañías navieras son ejemplo de ello y exigirán un esfuerzo en cuanto a la inversión en nuevas infraestructuras en los próximos años, así como una mayor cohesión en las comunidades portuarias.

Hoy, el profesional que realiza el transporte terrestre en nuestros puertos tiene una formación muy específica, con conocimientos contrastados sobre materias como seguridad, nuevas tecnologías e incluso con conocimientos sobre contabilidad, derechos laborales y administración de empresa, con una fuerte mentalidad competitiva y con gran capacidad de adaptación al cambio.

Con toda seguridad, uno de los principales retos a los que debemos hacer frente las organizaciones de transportistas portuarios, es hacer oír nuestra voz en este proceso de transformación, participando activamente en las mesas de trabajo donde se deciden los procedimientos y donde se determinan las estrategias de futuro. Debemos encontrar un espacio en el que podamos aportar nuestro conocimiento y experiencia en estos procesos en los que participamos.

Y algo fundamental, debemos conseguir que todos los puertos asuman compromisos de calidad, en relación con el transporte, al mismo ritmo. El esfuerzo que realizan determinados puertos por mejorar aspectos como la revisión de vacíos; la entrega de precintos; la implantación del servicio comercial o el acceso a las terminales o depósitos, deben ser aprovechados por el resto, evitando reproducir crisis ya vividas y aplicando los casos de éxito en los entornos de trabajo.

Se trata de una gran oportunidad en la que todos debemos implicarnos, teniendo claro que los problemas del transporte, no son sólo problemas nuestros, en la medida en la que formamos parte de un todo al que ayudamos a crecer. El profesional del transporte ha asumido una actitud constructiva y proactiva en este proceso, un proceso en el que todos salimos beneficiados si trabajamos  de manera conjunta, con trasparencia y honestidad.

Víctor González
Presidente de Fetransa