Alicia Martinez: “tecnología y legislación en el transporte: una ruta pendiente”
Cada día nos llegan más artículos, noticias, ofertas de cursos y masters, todos relacionados con las mal llamadas nuevas tecnologías, ese “nuevo” factor que debemos tener en cuenta en todos los ámbitos del día a día, tanto laboral como personal. Sin embargo, parece que la incorporación de la tecnología todavía no ha llegado de forma íntegra y completa al legislador ni a la administración, por lo menos no en todos los campos.
Todo ello ha llevado a un estado de cierta incertidumbre de los nuevos participantes en el sector, quienes ante nuevas oportunidades de negocio tienen serias dudas de cómo gestionar o constituir sus ideas.
Un claro ejemplo del descompás que existe entre tecnología y legislación lo podemos encontrar tanto en las referencias en la Ley de Ordenación de Transporte Terrestre como en su Reglamento a la utilización de medios electrónicos. De este modo, por su parte la LOTT contempla la utilización de medios electrónicos desde el año 2011 como una opción válida, en caso de existir acuerdo entre las partes, para la acreditación de las cartas de porte, y en cambio en el ROTT, se hace expresa referencia a la obligación de utilizar medios electrónicos para la acreditación de licencias y autorizaciones, sin llegar más allá de una simple mención y referencia a unas supuestas actualizaciones tecnológicas.
En primer lugar, la tecnología actual va mucho más allá que una simple herramienta de comunicación y almacenamiento de datos fijos, sino que existen programas, tecnologías y opciones que permite un abanico mucho más amplio, ya no solo de comunicación o acreditación de documentación, sino de nuevos mercados y nuevas gestiones del transporte que la legislación actual ni siquiera puede llegar a contemplar.
Un ejemplo práctico de la explotación de estas nuevas opciones en el transporte de mercancías lo encontramos en la aplicación del blockchain a la trazabilidad de los alimentos que vende una famosa cadena de supermercados en España. Concretamente, en este supuesto la utilización de una tecnología que permite la trazabilidad y el control de la mercancía, de forma descentralizada y transparente, repercute en un mayor control de las mercancías. En todo momento las distintas partes que conforman todo el transporte, como son cargador, porteador, destinatario o expedidor, tienen un control transparente y seguro de lo sucedido en el transporte.
La tecnología no permite solamente un mayor control, sino que permite una mayor gestión de los tiempos y de las incidencias, lo que se traduce en un mayor beneficio para las partes. A su vez, permite a los clientes del destinatario, en este caso el supermercado, tener un mayor conocimiento de la procedencia y trayectoria del producto que quieren comprar, y por lo tanto una mayor confianza.
Este es tan solo un ejemplo de las repercusiones que tienen los avances tecnológicos en el transporte, pero la lista es sin duda mucho más extensa de lo que podemos llegar a imaginar, pues día a día salen al mercado nuevas aplicaciones, nuevos programas de gestión o incluso nuevos sistemas de inteligencia artificial más desarrollados a los que enseñar, entre otras cosas, a conducir vehículos por carreteras ordinarias al lado del conductor actual.
Sin embargo, todas estas novedades, todos los nuevos negocios que surgen alrededor de dichas aplicaciones, se encuentran hoy en día en un limbo legislativo en el que es altamente complicado encuadrarse.
La labor legislativa en el ámbito del transporte no es ni mucho menos escueta, encontramos constantemente nuevas normativas, desde Reales Decretos a normativa de ámbito local que dictan nuevas reglas del juego en el sector transporte, pero todas ellas con la misma carencia de actualización a la situación real de mercado, siendo la mayor novedad visible la referencia a la utilización de medios electrónicos para la acreditación de documentación tal como autorizaciones, licencias o cartas de porte.
Por lo tanto, y hasta el momento en que el legislador refleje la situación real del sector en un nuevo y renovado cuerpo normativo, solo quedará encontrar huecos y lagunas donde encuadrar los negocios que están surgiendo, realizar extensas y diferentes interpretaciones de los términos existentes y por encima de todo, comprender este abanico de posibilidades que se ensancha día a día por tal de poder ofrecer a todos los agentes del transporte, tanto los existentes como los nuevos, esa seguridad jurídica tan preciada de saber que el negocio que se está realizando está bien hecho y de acuerdo a la ley, la seguridad de seguir la mejor ruta existente.
Resulta fácil compartir que el conjunto normativo que forman las reglas del Estado de Derecho debe ser en su mayor exponente un reflejo de la sociedad que está regulando y, por este motivo, las sencillas referencias a una comunicación electrónica o al “uso de medios telemáticos” se ha quedado demasiado escueta para englobar todas las situaciones y posibilidades jurídicas existentes en el mercado actual. La legislación sigue basándose, fundamentalmente, en el uso del papel como medio principal, sin embargo, el mercado del transporte se mueve a tiempo real a nivel global en redes 5G.
Por Alicia Martínez
CIUDAD DE MÉXICO-2º CURSO PARA LA GESTIÓN DE FLOTAS DE VEHÍCULOS 2019. 3-4-5 de JULIO
Pincha en el siguiente link para saber más:
CURSO PARA LA GESTIÓN DE FLOTAS DE VEHÍCULOS
]]>