El coste de un coche eléctrico no tiene porque ser superior a uno de combustión si se considera el coste total de propiedad.
¿Son realmente los coches eléctricos tan caros como los pintan?
Para poder establecer una comparación rigurosa entre el coste económico de un coche eléctrico y uno de combustión hay que analizar todos los factores que influyen en el coste total de propiedad durante toda su vida útil.
Precio de compra
En muchas ocasiones no se comparan precios de modelos de las mismas características. No solo el tamaño o el segmento al que pertenece cada vehículo determinan el precio de venta. El equipamiento y las características básicas son también fundamentales. Un motor no debe clasificarse únicamente por la potencia, sino también por el par motor que es capaz de enviar a las ruedas y la forma de hacerlo. En este caso, el motor eléctrico es capaz de ofrecer unas mejores prestaciones, lo que permite, en el caso de las necesidades de aceleración y recuperación de velocidad, más seguridad y efectividad que uno de combustión. Por lo tanto, este sería el primer punto que habría que comparar.
En segundo lugar hay que considerar que la mayoría de los coches eléctricos disponen tan solo de una única marcha, y en todos los casos su conducción se asemeja a la de los coches automáticos, por lo que no sería lógico compararlos con modelos de combustión con cambio manual.
También hay que tener en cuenta el nivel de equipamiento de cada versión, puesto que, en muchos casos, los eléctricos cuentan con los acabados más elevados de la gama y la mayoría de los equipamientos opcionales.
En último lugar, pero no por ello menos importante, los precios de un mismo modelo pueden variar de un concesionario a otro, tal y como ocurre en los vehículos de combustión, por lo que es una buena práctica acudir a varios para pedir precios y compararlos.
Incentivos y fiscalidad
El precio de un coche eléctrico se da a menudo sin el descuento que ofrece cada mercado el plan de ayudas establecido para ellos, en caso de existir. Esta es una variable que depende de cada mercado y, en el caso de España, actualmente de cada Comunidad Autónoma tras la aprobación del Plan Moves 2019 que tendrá una dotación de 45 millones de euros. Aunque las ayudas son las mismas en todos los territorios, las ayudas del Plan MOVES serán gestionadas por las comunidades autónomas, quienes se responsabilizarán de convocar y distribuir el plan de subsidios en sus respectivos territorios.
Existen, además de las ayudas estatales, otras ayudas que pueden ser ofrecidas directamente por las instituciones locales, como es el caso de la Comunidad de Madrid o el País Vasco.
Precio del combustible
Este factor juega claramente a favor de los vehículos eléctricos. En el caso de la carga vinculada, el precio del KWh es variable porque depende de la tarifa y la potencia que se tenga contratada. De cualquier forma, con los precios actuales de la gasolina y el diésel recorrer 100 kilómetros con un coche eléctrico puede ser entre tres o cuatro veces más económico que hacerlo con uno de combustión.
El cálculo de esta variable depende mucho de cada caso particular, que, de cualquier forma, siempre estará a favor del vehículo eléctrico.
Mantenimiento
La simplicidad de un motor eléctrico evita la necesidad de contar con muchos de los componentes móviles, y por lo tanto están sujetos a menos desgaste y tienen menores necesidades de refrigeración. Tanto es así que, por ejemplo, Tesla no obliga a sus clientes a seguir un plan de mantenimiento para no perder la garantía de sus coches eléctricos, sino que aconseja algunas revisiones básicas que quedan al criterio de cada cliente hacer o no.
Según algunos estudios, el coste del mantenimiento de un vehículo eléctrico es un 35% inferior al de uno de combustión considerando toda la vida útil del vehículo. Algunos cálculos establecen que un coche eléctrico tiene un coste de mantenimiento de entre 1,6 y 2 céntimos de euro por kilómetro recorrido, mientras que en un coche de combustión es de 3.3 céntimos por kilómetro, aunque en este particular cada caso puede ser diferente.
Kilómetros recorridos al año
Este factor está íntimamente relacionado con los dos anteriores y también con el tiempo que el coche permanezca en manos del propietario. Habitualmente los propietarios de un coche eléctrico recorren menos kilómetros que los de uno de combustión por la reducida autonomía de estos. Sin embargo, en muchos casos se da el efecto contrario ya que el vehículo eléctrico realiza los habituales trayectos cortos del “segundo” coche de la casa, convirtiéndose de esta forma en el “primero”, ya que es el que más kilómetros recorre al año. Muchos propietarios afirman que con el tiempo han ido incrementando los kilómetros que hacen en su coche eléctrico muy por encima de lo previsto.
Punto de recarga vinculado
La instalación del punto de recarga vinculado es un requisitos imprescindible cuando se compra un vehículo eléctrico. En este caso el coste depende de la dificultad para llevar el cableado desde la plaza de garaje hasta el contador eléctrico y de la potencia y las características del equipo de carga que se elija.
De cualquier forma el precio puede oscilar desde los 600 a los 1500 euros, que, en muchos casos, también pueden ser subvencionados por los planes de ayuda.
Seguro
Por ahora, la diferencia entre el seguro de un coche de combustión y el de uno eléctrico no es muy elevada. Solo algunas compañías visionarias están ofreciendo descuentos especiales a los propietarios de un vehículo eléctrico, lo que puede considerarse como una inversión de futuro en una línea de negocio que promete ser económicamente rentable.
El problema que les puede suponer a estas compañías es que lo avanzado de la tecnología suponga que la fiabilidad de los vehículos sea desconocida, pudiendo incrementarse el número y la cuantía de las reparaciones. Por otro lado, el tomador del seguro debe fijarse en las condiciones que este incluye para la batería, que en muchos casos, está excluida del condicionado general de la póliza.
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Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com
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