Carrocerías en vehículos Eco: potencia vs duración
El paradigma de la movilidad llega hasta nosotros desde cualquier perspectiva. Los fabricantes de segunda fase transformamos vehículos completos, incompletos, furgonetas, chasis cabinas, piso bajo, etc. y además con cualquier motorización. Y es en el motor donde nosotros pocas veces actuamos donde hoy ponemos la mirada.
El carrocero se encarga de hacer funcionar las carrocerías y sus accesorios. Por pocos elementos que tenga un vehículo siempre hay un consumo de energía mínimo. Desde unas luces led hasta el funcionamiento de volquetes, recolectores de residuos, portacontenedores, portavehículos y muchos otros carrozados que requieren de energía.
En los vehículos industriales se utilizan tomas de fuerza (en inglés PTO –Power Take Off), dispositivos que permiten suministrar potencia a un accesorio separado del funcionamiento del vehículo, con un mecanismo sencillo de conexión y desconexión que permite extraer energía del motor) normalmente a través de la caja de cambios, que en muchas ocasiones ya integra el dispositivo.
En los vehículos comerciales (ligeros) es más complejo dar vida a una carrocería porque los motores y cajas de cambios no vienen tan preparados. En la mayor parte de situaciones, se obvia el uso de una toma de fuerza para utilizar un sistema de electrobomba hidráulica con una instalación independiente.
Abrir un proceso de reflexión tecnológica y de colaboración
Cada día son más habituales los vehículos ECO y de cero emisiones que utilizan diferentes tecnologías y combustibles: gas (GNC, GNL, GLP), híbridos (enchufables o no enchufables), eléctricos, etc. Y los fabricantes de segunda fase no sabemos que tecnología será finalmente la que se imponga (si es que se impone alguna) pero lo que sí sabemos es que modificar el sistema de propulsión de los vehículos debe abrir un proceso de reflexión tecnológica y de colaboración entre fabricantes, industria auxiliar de accesorios y componentes, y carroceros.
Hay diferentes aspectos en las necesidades de uso de cada carrocería que van muy ligados a este nuevo paradigma. ¿Cuánto consumen las máquinas que van en los vehículos? ¿Cuánto tiempo se usan? ¿Necesitan mucha potencia para ser accionadas?… se nos ocurren muchas cuestiones que alargan la sombra de las posibilidades.
Imaginamos todos un camión/furgoneta que transporta mercancía a temperatura controlada. Lógicamente no es lo mismo transportar congelados a 32ºC a la sombra que transportarlo a 2ºC, tampoco es lo mismo hacerlo durante 2 horas, que hacerlo durante 6 horas y por descontado que la ecuación se complica cuando el vehículo hace un reparto de última milla y abre las puertas 15 veces al día.
La elección del tipo de tecnología de una flota o de un vehículo debe ser valorada también en este aspecto. Para mejorar el rendimiento de las empresas es importante colaborar con el carrocero para determinar qué tipo de toma de fuerza es la que necesitamos y ver si la tecnología es compatible con la función y si es posible recibir las prestaciones que se necesita.
ASCATRAVI representa a nivel nacional tanto a los carroceros y transformadores que a día de hoy son fabricantes de segunda fase, como aquellos que reparan, reforman o transforman carrocerías.
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Fuente: https://www.transporte3.com/
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