Prueba Volkswagen Crafter Furgón 2.0 TDI BlueMotion
Si hace tan sólo unas semanas Volkswagen presentó en sociedad la serie BlueMotion como parte de su gama de vehículos comerciales, hoy presentamos a uno de los “beneficiarios” de esta solución, la Crafter furgón con motor de 136 CV.
Mucho se ha escrito ya de la solución que presentamos hoy, ya sea como parte del equipamiento de los distintos modelos de Volkswagen –ahí está la prueba de la Caddy BlueMotion o de cualquier otra marca, en tanto que la cada vez mayor preocupación por el medio ambiente o por ahorrar coste como una forma de ser más productivos son motivos más que suficientes para demandar este tipo de tecnología.
Coste añadido
Cierto es que en la mayoría de los casos hay que hacer un desembolso por disfrutar de la misma, que en los tiempos que corren puede considerarse importante. Por ejemplo, y centrándonos en el caso que nos ocupa, y si únicamente solicitamos el paquete Start & Stop, que incluye la parada y arrancada automática, un motor de arranca más potente, la recuperación de energía y la gestión inteligente de la misma, habrá que pagar 447 €. Opción que se puede completar con el añadido del tempomat (control de velocidad de crucero) y un grupo cónico más largo, o lo que es lo mismo, lo que Volkswagen viene a llamar Paquete BlueMotion, en cuyo caso la tarifa sube hasta los 556 €.
Llegados a este punto, la pregunta es obligada: ¿merece la pena invertir por esta solución, emisiones al margen? Pues en principio sí, según los cálculos que hemos hecho, siempre considerando que las variables pueden ser muchas, y que las simulaciones ficticias a veces no se corresponden con la realidad. Pero aun así, lo único que pretendemos es servir como orientación para quien no tenga claro a qué atenerse.
Supongamos que un profesional que tenga entre manos esta Crafter Furgón realiza, por lo alto, unos 35.000 kilómetros al año, y que la media en el consumo se ve reducida en los 0,8 litros que anuncia el fabricante –siempre valorando que las condiciones durante la marcha suelen ser muy cambiantes-; considerando que “hoy” –hablamos del 12 de diciembre cuando estamos escribiendo esta prueba- el gasóleo se encuentra a unos 1,34 euros, resulta que al año ahorramos unos 425 euros, con lo que la compra quedaría amortizada en poco más de doce meses. A partir de aquí, la decisión es suya.
A todo ello hay que sumarle el hecho de que las emisiones de dióxido de carbono CO2 se ven reducidas especialmente, y aunque este tipo de vehículo queda al margen del Plan PIVE –el máximo es de 160 gr/km, mientras que esta unidad llega a los 187 gr/km- todo lo que sea apostar por una movilidad sostenible siempre será bienvenido.
Euro 5 fiable
Llegados a este punto, sólo nos queda pulsar nuestra opinión sobre todo lo que puede dar de sí esta Crafter, que como veremos a continuación, es mucho y bueno. Por lo pronto, el propulsor que “nos tocó en suerte” era el 2.0 TDI con una potencia declarada de 136 CV y un par de 340 Nm entre las 1.575 y las 2.250 vueltas, al que se asociaba una caja manual de seis marchas .
Una mecánica que no resulta nada perezosa a la hora de comenzar a trabajar gracias a una primera velocidad bastante corta. Tampoco es que sea explosiva de carácter, pero en este sentido no podemos tener queja alguna. Luego, a las poco más de 1.650 vueltas el par máximo se muestra en toda su extensión, extendiéndose la máxima fuerza hasta el umbral de las 2.300 rpm, con lo que en ningún momento echaremos en falta un empuje extra. Si es cierto que aunque el cambio es rápido y fiable, la forma de ir ganando en progreso es bastante gradual, pero lo hace de manera segura y sin pérdidas bruscas de potencia entre salto y salto de velocidad.
Como quiera además que el cuadro de relojes informa sobre el momento idóneo para realizar el cambio de marcha, siempre dentro de los márgenes de conducción económica –alrededor de las 2.000 rpm, si bien dependiendo del grado de presión que hagamos al acelerador puede llegar incluso a las 2.500 vueltas-, y que el par máximo no desaparece hasta las aludidas 2.300 revoluciones, el consumo nunca se nos disparará ni tampoco perderemos agilidad durante nuestra marcha.
Y es que una cosa está clara, con los nuevos motores Euro 5 de cuatro cilindros, sumado a la posibilidad de contar con el paquete BlueMotion, el gasto de combustible se ve reducido enormemente, hasta el punto de poder llegar incluso a los dos litros cada 100 kilómetros, lo que es mucho decir. Si a ello le añadimos que el motor protagonista de este test pesa alrededor de 82 kilos menos que el de anterior generación –lo que repercute de forma positiva en la carga útil-, estamos hablando ciertamente de una Crafter mucho más productiva que el anterior modelo, y eso es mucho decir.
Destacar finalmente, y aunque ya lo hemos comentado en alguna prueba anterior, el comportamiento de esta Crafter es ejemplar, con poca tendencia al subviraje y un ajuste de las suspensiones en el que la posición de los amortiguadores hace que el balanceo de la carrocería no sea muy acusado y por lo tanto el devenir muy seguro.
Los motores
Desde que los Euro 4 dieron paso a los Euro 5, hace un año y medio, la gama de motores se estructura, como ya es conocido alrededor de un único bloque y cuatro escalas de potencia, de 109, 136, 143 y 163CV, estos dos últimos biturbo, con pares máximos de 300, 340 (los dos intermedios) y 400 Nm, respectivamente, asociando todos ellos una caja de cambios manual de seis relaciones.
Pues bien, la tecnología BlueMotion, que entre otras cosas incluye Start & Stop y recomendación de salto de marchas, puede solicitarse para cualquiera de ellos, con lo que el consumo se ve reducido de forma importante, pudiendo incluso llegar al litro de media en condiciones favorables de marcha. Si a ello le sumamos los bajos costes de mantenimiento que propone, el gasto operativo puede verse reducido en hasta un 25%.
La cabina
Ya tras el lavado de cara del que fue objeto la Crafter con motivo de la puesta en escena de los Euro 5, comentamos en esta misma sección que las modificaciones a nivel interno fueron mínimas, reduciéndose a las tapicerías, guarnecidos laterales e iluminación anterior. Desde entonces el interior permanece invariable, destacando por la sobriedad de sus líneas, al mismo tiempo que por su ergonomía y funcionalidad.
Eso sí, al tratarse de la variante BlueMotion, todo lo relativo a su funcionamiento como a la información del estado del mismo se recoge en el panel frontal. Así, en el satélite central justo por debajo de los mandos de la climatización y junto al pulsador de desconexión del ASR se encuentra el relativo al del Star&Stop, mientras que en el display central, un testigo informa de si está activo o inactivo.
Compartimento de carga
Muchas son las posibilidades que la Crafter ofrece para su caja de carga, pues dentro de su gama propone hasta tres distancias entre ejes, cuatro longitudes y tres alturas para un volumen interno de hasta 17 m3 y una carga útil máxima de 2.735 kilos. En este caso, teníamos entre manos la configuración de acceso a la serie, de paso corto y techo bajo, para una zona de carga de 2.600 mm de longitud, 1.780 mm de ancho -1.350 entre los pasos de rueda- y 1.650 mm de altura, lo que se traduce en una capacidad volumétrica de 7,5 m3. En cuanto a las dimensiones de las puertas lateral y trasera de doble hoja, la primera presenta una anchura de 1.040 mm por una altura de 1.520 mm, mientras que en el caso de la apertura posterior, las medidas son de 1.565×1.540 mm, siendo la altura al suelo de 670 mm, medidas todas ellas que facilitan enormemente la carga y descarga.
José Miguel Fernández Gómez, es experto en gestión de flotas de vehículos, y el director de Advanced Fleet Management Consulting que suministra servicios de consultoría en gestión de flotas de vehículos