La reducción de CO2 para 2050 gracias al hidrógeno
El Hydrogen Council ha presentado el estudio ‘Hydrogen, scaling up’ que esboza una hoja de ruta exhaustiva y cuantificada para escalar el despliegue del hidrógeno y su impacto sobre la transición energética, demostrando que la aportación del hidrógeno es una piedra angular de la transición energética, según Toyota.
Según sus previsiones, el hidrógeno podría alimentar entre 10 y 15 millones de turismos y 500.000 camiones para 2030, además de ratificar que el hidrógeno va a ser un pilar clave de la transición energética. El estudio demuestra que este vector energético tiene el potencial de desarrollar actividades empresariales por valor de 2,5 billones de dólares y de crear más de 30 millones de puestos de trabajo para el año 2050.
Desplegado a escala, el hidrógeno podría suponer una quinta parte de la energía final total consumida para 2050. Con ello, se reducirían las emisiones anuales de CO2 en unas 6 gigatoneladas con respecto a los niveles actuales. En el extremo de la demanda, el Hydrogen Council ve potencial para que el hidrógeno además tenga otros muchos usos en diversos sectores, como procesos industriales y materias primas, calefacción y energía de edificios o generación energética y almacenamiento.
En total, el estudio pronostica que la demanda anual de hidrógeno podría multiplicarse por diez para 2050, hasta cerca de los 80 exajulios (EJ), lo que supondría el 18% de la demanda energética final total en el escenario de 2º del año 2050. En un momento en que se espera que la población del planeta aumente en 2.000 millones de personas para 2050, las tecnologías de hidrógeno tienen el potencial de crear oportunidades para un crecimiento económico sostenible.
Según Toyota, el mundo del siglo XXI debe avanzar hacia un uso generalizado de energías bajas en carbono, donde el hidrógeno es un recurso indispensable para conseguir ese avance, porque se puede utilizar para almacenar y transportar electricidad de origen eólico, solar y otras fuentes renovables, que luego se puede emplear para el transporte y muchas otras cosas.
“El Hydrogen Council ha determinado siete funciones para el hidrógeno, y por eso animamos a gobiernos e inversores a otorgarle un papel destacado en sus planes energéticos. Cuanto antes pongamos en marcha la economía del hidrógeno, mejor, y todos apostamos por hacerlo realidad”, apuntó Uchiyamada de Toyota.
Para alcanzar la escala necesaria harían falta inversiones sustanciales: aproximadamente, entre 20 y 25.000 millones de dólares al año hasta 2030, hasta un total de unos 280.000 millones. Dentro del marco normativo adecuado, que debe incluir políticas estables de coordinación e incentivación a largo plazo, el informe considera que recoger esas inversiones para aumentar la escala de la tecnología es viable. Actualmente, el mundo ya necesita inversiones de más de 1,7 billones de dólares en energía cada año, incluidos 650.000 millones en petróleo y gas, 300.000 millones en electricidad renovable y más de 300.000 millones en la industria del automóvil.
Para Air Liquide, esta tecnología está madura y el estudio confirma el lugar que debe ocupar el hidrógeno como pilar central en la transición energética, y alienta en el apoyo de su despliegue a gran escala. El hidrógeno será inevitablemente uno de los catalizadores de la transición energética en ciertos sectores y geografías. Cuanto antes se haga realidad, antes podremos disfrutar de sus beneficios al servicio de nuestras economías y sociedades.
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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