500 millones de vehículos eléctricos en 2030
A finales del pasado año entraron en vigor los Acuerdos de París cuyo compromiso es alcanzar a nivel mundial 500 millones de vehículos eléctricos en 2030, que se dividen en 100 millones de coches eléctricos y 400 millones de vehículos de dos o tres ruedas.
Paralelamente a la entrada en vigor de los citados Acuerdos de París se ha celebrado la COP22 (Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) donde la AIE (Agencia Internacional de la Energía) ha presentado unos objetivos más exigentes: alcanzar los 150 millones de coches en 2030.
Actualmente en el mundo se supera ya el millón y medio de coches eléctricos, de los que el 80% se encuentran en Estados Unidos, China, Japón, Holanda y Noruega. El informe ‘Global EV Outlook 2016’ publicado por la AIE trata de explicar la situación del vehículo eléctrico en 2016. En él se afirma que la industria, los gobiernos y los usuarios pioneros han logrado demostrar que los vehículos eléctricos pueden cumplir con las características de viabilidad, sostenibilidad, seguridad y asequibilidad que se espera de ellos. No obstante, advierte de que este mercado aún requiere políticas de apoyo para alcanzar un uso y despliegue generalizado.
El estudio también se centra en la infraestructura de recarga, que debe desarrollarse en paralelo con los vehículos, sobre todo porque debe estar preparada para cuando la autonomía de las baterías empiece a aumentar, algo que ya está pasando. El número total de puntos de recarga en 2015 fue de 1,45 millones, frente a los 0,82 millones registrados en 2014 y los 20.000 del año 2010. Por su parte, España necesita un impulso tanto en la venta de vehículos como en la infraestructura de recarga porque se encuentra muy por debajo de los objetivos planteados.
En este contexto nos encontramos con la figura del ‘gestor de carga’, que se concreta en empresas para gestionar los puntos de carga y que, sin embargo, su principal actividad está siendo la reventa de energía, como indica movilidadelectríca.com. Por tanto, indica que es necesaria la modificación de esta figura, que hoy es un freno para el despliegue de la infraestructura en centros comerciales, empresas o espacios públicos de modo que, sin ser el objeto principal de su negocio, sí desean que sea un servicio más a prestar a sus clientes, y no una mera reventa de energía.
Director de ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción)
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