La moderna inyección directa de gasolina
La potencia y el ahorro son actualmente los principales requisitos que se exigen en las especificaciones de los motores modernos. Sólo los vehículos que permiten una conducción cómoda y agradable, tienen posibilidad de éxito en los mercados internacionales.
Y en todos los países, se exige una reducción cada vez mayor de las emisiones y del consumo. Siguiendo esta línea, Bosch ha presentado sus nuevas bujías de alto rendimiento para garantizar con total fiabilidad el encendido y la inflamación de la mezcla aire-combustible en todos los puntos de funcionamiento. Los sistemas de inyección “inteligentes”, como la inyección directa de gasolina, no les ponen las cosas fáciles a los dispositivos de encendido.
Si las presiones máximas que se alcanzan en la cámara de combustión durante la combustión normal están entre 100 y 120 bares, en un moderno motor turbo pueden llegar hasta los 250 bares. Debido a esas mayores presiones de trabajo, también crecen las necesidades de tensión de encendido. En unas condiciones difíciles de motor, los electrodos deben ser especialmente estables, ya que tienen que soportar elevadas tasas de recirculación de gases de escape y grandes cargas térmicas y eléctricas. Gracias al sistemático desarrollo de los materiales cerámicos y a los ajustes selectivos del diseño, las bujías de alto rendimiento son capaces de resistir las máximas tensiones eléctricas, térmicas y mecánicas.
La resistencia del aislador se ha mejorado mediante el incremento del grosor de su pared. Al mismo tiempo, la bujía de alto rendimiento posee un aislamiento dieléctrico de más de 45.000 voltios y cumple los exigentes requisitos de resistencia al desgaste. Hace ya 115 años que Bosch patentó la bujía, con lo que hoy cada bujía incorpora así el resultado de más de un siglo de experiencia en el desarrollo y la fabricación de estos componentes. Durante todo ese tiempo, la tecnología de bujías se ha seguido perfeccionando permanentemente, lo que se ha traducido en la concesión de muchas otras patentes. Una de ellas es el procedimiento de soldadura láser de onda continua, que se emplea exclusivamente en los procesos de fabricación de Bosch.
Este procedimiento, en el que el electrodo central se estabiliza contra la formación de grietas y, por tanto, resiste elevadas presiones en la cámara de combustión, permite incrementar significativamente la vida útil de las bujías. Ahora bien, la bujía de alto rendimiento no sólo tiene un electrodo central con un pin de metal noble extremadamente fino (“fine wire”), sino que también se ha empleado para el electrodo central un nuevo material: la aleación de níquel Alloy 602, con más proporción de cromo que las aleaciones de níquel estándar.
La ventaja principal es su resistencia frente a la corrosión a alta temperatura, lo cual contribuye a la larga vida útil de la bujía. Un producto solamente puede cumplir de forma duradera los más estrictos requisitos de calidad si se realizan las correspondientes comprobaciones y se adoptan otras medidas de aseguramiento de la calidad. Bosch realiza al final de la producción, la llamada verificación “end-of-line”, en la que todas las bujías de alto rendimiento son verificadas en condiciones similares a las reinantes en la cámara de combustión. Las bujías Bosch se emplean en muchas carreras. Por ejemplo, en la Fórmula 1, el Campeonato Alemán de Turismos (DTM) y en las 24 horas de Le Mans. El amplio empleo de las bujías Bosch en competiciones internacionales no solamente da clara prueba del rendimiento y la fiabilidad de estos componentes, sino que, además, el deporte del motor sirve de “laboratorio de desarrollo”.
Los valiosos conocimientos así obtenidos revierten en el desarrollo de las bujías para su producción en serie. Un buen ejemplo de ello es el empleo de aleaciones de platino en los electrodos de las bujías. Esta tecnología se utilizó, por primera, vez en 1970 en Le Mans, en el Porsche 917 que ganó aquella carrera. Desde 1983, estos materiales también se ofrecen en las bujías de serie y, actualmente, forman parte del estándar técnico general. Innovaciones como la conexión en vaso o el electrodo de masa soldado de forma orientada, concebidas específicamente para cumplir los exigentes requisitos del deporte del motor, son, asimismo, ejemplos de la tecnología desarrollada para la competición que se han llevado a la producción en serie para turismos.